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¿EN SERIO ES CÓMICA “LA PAREJA FELIZ”? por Rubén Darío Buitron

rubendariobuitron.wordpress.com

13 Abril 2014

La pareja feliz. Benjamin Kanarek.

¿Es educativo, entretenido o informativo el programa “La pareja feliz”, protagonizado por David Reinoso y Flor María Palomeque y calificado como “cómico” por Teleamazonas, el canal donde se pasa esta serie local?

A nuestro parecer, la respuesta es no, y para ello nos basamos en un factor muy sencillo: el incumplimiento de los tres requisitos tradicionales para hacer comunicación social.

De ninguna manera puede ser ni educativo ni entretenido mostrar los momentos más agresivos, ridículos y monótonos de un matrimonio devenido en un espacio que degrada el amor y el compañerismo, que distorsiona la relación de pareja y no la muestra como el espacio donde priman el respeto y la consideración a quien aporta, como nadie, al crecimiento del otro como ser humano.

“Nuestra sociedad debe ubicar a la televisión como un lugar estratégico para la memoria y el encuentro, para la paz y la movilización, para la identidad y el futuro (… para) reconocer el valor del otro y dejar de lado el autoritarismo de mi propia y única verdad como criterio”, dice el colombiano Omar Rincón (1).

Si se habla de autoritarismo cuando el Defensor del Pueblo en el Ecuador dice que todos los programas de televisión de carácter degradante deberían desaparecer, incluso dos productos discriminatorios y burdos de los canales incautados por el Gobierno, como “El Nalgómetro” o “Mi recinto”, igual de “autoritario” es creer que la libertad de expresión y de prensa es poner al aire cualquier producto con contenidos de relativo éxito.

Flor María Palomeque, la protagonista de “La pareja feliz”, ha salido al paso del Defensor del Pueblo y ha propuesto una “consulta popular” para medir el rating, el interés de la gente, la cantidad de espectadores e incluso la legitimidad del espacio.

¿Una consulta popular? El país tiene asuntos muchísimo más trascendentes que debatir y resolver como para llevar a la urnas a la gente para que decida si le gusta o no le gusta ver degradados sus sentimientos, sus afectos, sus compromisos de pareja, su crecimiento como familia, su formación cotidiana como esposo y esposa, como padre y madre.

El cineasta colombiano Felipe Aljure, citado en el mismo libro, afirma que “necesitamos televisión con criterio si queremos hacer de este medio un espejo que nos diga por qué debemos dejar de matarnos y por qué debemos soñar con un mejor país”. (2)

Otros sectores, quizás los mismos que hace cuatro años venían sosteniendo que la mejor ley de comunicación “es la que no existe” porque los medios sí son capaces de autorregularse (¿Teleamazonas se autorregula al difundir ese programa?), optan por sugerir la opción más simple: cada televidente ve lo que quiere ver.

Pero no se trata de eso. Los medios, al ser un bien público y la calidad de los contenidos un derecho ciudadano, tienen la obligación de elevar su nivel y presentar programas, incluso cómicos, capaces de hacer reír sin hacer de la relación de pareja una deplorable caricatura.

“La relevancia de la información como derecho fundamental (…) la une con el desarrollo de otros derechos y la abre a la participación cada vez más protagónica de la ciudadanía (…), un derecho que respeta las libertades de los medios pero también los derechos de las audiencias al confrontarlo y articularlo con derecho como la intimidad, la honra, el desarrollo de la personalidad. (Así…,) el manejo de la información cobra otros matices y responsabilidades que no aparecían en el funcionamiento anterior de los medios (…), en donde esos medios tenían una especie de libertad absoluta que permitió, entre otras razones, la consolidación de su poder. De su poder y de su extralimitación”. (3)

David Reinoso -que incluso ha hecho publicidad para el Gobierno- y Flor María Palomeque, cuya calidad humorística en otros espacios ha sido indiscutible, tienen la oportunidad de mostrar su más alto nivel artístico y su talento, pero no apelando a la fácil salida de que “si no te gusta, cambia de canal”.

Yo los creo capaces de cambiar el eje argumental y filosófico de un programa que hoy solo alcanza a mostrar contenidos grotescos. ¿Por qué, más bien, no empiezan por ahí?
________________________
Las citas 1, 2 y 3 pertenecen al libro “Televisión pública: del consumidor al ciudadano”, compilado por Omar Rincón (ediciones La Crujía).

Fuente:   http://rubendariobuitron.wordpress.com/2014/04/13/en-serio-es-comica-la-pareja-feliz/

 

lalineadefuego
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PENSAMIENTO CRÍTICO
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6 COMENTARIOS

  1. Me alegro mucho que ¡por fin¡ alguien diga algo sobre este tipo de programas. Por su puesto que una consulta popular sería una maravilla, pero dar cuenta de la calidad de educación y valores que tenemos en nuestro país. Por ello no podemos dejar de sorprendernos como se fortalece los estereotipos que degradan a las mujeres, las mismas mujeres reproduciendo actitudes y acciones que fortalecen el machismo, y nos llama la atención que de cada 10 mujeres 7 son objeto de agresiones, por favor, la televisión es el medio que mas llega a la gente, debe ser un canal donde aprendamos a convivir como seres humanos, inculcando valores.
    gracias

  2. La tragedia es que los múltiples canales -públicos y privados- carecen de programas de alta calidad estética y valórica. Hay excepciones. Si del cable hablamos, vemos que la mayoría de canales transmiten películas violentas, deformadoras de la verdad histórica, con mensajes, casi siempre, dirigidos a presentar el “sueño americano” como lo ideal. La violencia prevalece, la guerra, el terror, la policía persiguiendo a los “malos” y personificando, ella, a los buenos. En Ecuador -si en verdad hay el propósito de devolverle la dignidad a la TV- deberían, los canales públicos dedicar sus programas a la cultura. La literatura ecuatoriana, latinoamericana y universal pueden ser cantera inagotable para producir un cine de calidad. Ello demanda voluntad política. Y dinero. El Estado lo tiene, pues no todo es infraestructura para el desarrollo del capitalismo moderno -que es en lo que se halla empeñado el gobierno- Es elevar el nivel de conciencia del pueblo, es otorgarle espacios de recreación, no alienantes, sino edificantes. La Revolución, si en verdad quieren hacerla, parte del conocimiento científico, de la Historia, del arte. Y su difusión masiva.

  3. Estoy de acuerdo con el artículo de RD Buitrón. El mensaje del programa es negativo. Ellos son muy buenos actores, con toda seguridad pueden hacer excelentes programas que aporten a la cultura.

  4. Este y otros programas, por ejemplo las telenovelas en general, pero la de los narcos en particular, en mi opinión, son cursos intensivos de prepagos, léase prostitución, y sicarios, lease asesinos a sueldo, me pregunto ¿cómo queremos tener una sociedad libre de delincuencia? si de manera permanente hasta repiten las mismas telenovelas o nuevas con el mismo contenido, en que inclusive a estos personajes, desde el espectador o televidente se los llega a victimizar o genera algún tipo de solidarida…con los victimarios, sus familias¡!
    También se dan el lujo de presentar en la televisión a “arrepentidos” asaltantes de pasajeros de buses, o sicarios que cuentan con lujo de detalles como actúan con sus victimas, sin el menor escrupulo entrevistador y entrevistado logran dar populardidad a los actores del delito, ¿dónde está la supercom? por fa. El horario no es importante es importante que se permita difundir con o sin sensura…

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