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lunes, diciembre 23, 2024

ESPERANZA Y REDENCIÓN POLÍTICA. por Jorge G. León Trujillo

 

Un desgarrante grito de impotencia nos llega al enfrentar la miseria, es fácil irse por la tangente de las soluciones milagro o de la ayudita al alcance de la mano, en lugar del esfuerzo o programa colectivo, que pasan por la organización y la política.

 Para un habitante de la Isla Trinitaria, “por afuera, al borde de La Perimetral es pura fachada; adentro es otra cosa.. sin agua ni electricidad, peor alcantarillado. Pero para el municipio ya todo está arreglado.. El gobierno dice lo mismo. Es decir nosotros no existimos.. A muchos ya no les interesa la política, mienten todos. Correa no nos cumple, pero la mayoría le dará el voto, por lo que ha prometido y porque hay más ayuda que antes. Aquí vino en 2006, en la iglesia se hospedó, a la entrada y la gente se convenció que él está con nosotros. Pero yo soy dirigente, todo lo que tenemos lo obtuvimos con lucha, no es regalo.. la gente cree que Correa nos regala su ayuda. Los planes de antes siguen, aunque hay más ayuda, para los discapacitados o los mayores.. podemos ir al dispensario o al hospital, pero la atención es pésima.. En la escuela, los hijos deben llegar temprano para no quedarse sin banca”.

 Para un dirigente de AP, “si no hay más cosas que han llegado es culpa de los mandos medios, hay gente sin vocación, pero eso el presidente no sabe”. “De todos modos, dice otra mujer, iremos al menos tres buses a apoyar al presidente.. en los buses que pone la Secretaría de Pueblos, pues somos pueblo”.

 La irregularidad de usos de recursos públicos, para fines partidarios, no les preocupa ni ven, en lo que describen, el fruto de un tipo de política, la “culpa” sería de los mandos medios, Correa es intocable, aunque algunos ven la manipulación para captar votos. Sería simple explicar esto por la legitimidad que Correa construye, con su campaña electoral permanente o porque en todo hay más propaganda que hechos. Pero hay más que ello. Cuando uno vive en la precariedad, tener alguna esperanza de futuro es más que necesidad, si no, uno mismo se derrota. ¿Cómo aceptar la desgracia? Cuenta la inclusión simbólica que hace el discurso de Correa o de dirigentes como funcionarios.

Sobre esta base los políticos se dan imagen de redentores, lo hicieron el CFP, PRE, PRIAN, PSC. Correa ahonda el fenómeno, haciéndose el invencible, el que está por encima de todos y que su palabra es verdad porque parte de principios. ¡Le fue útil mostrarse el católico practicante!

 Los hechos que desdicen todo ello no pesan, en este sector social, pues no quiere perder la esperanza y una mentira más o menos prefiere no verla. En cambio, la afirmación de los dirigentes que los problemas sólo se solucionan con organización y en largos tiempos, que esto les daría más dignidad, resulta exigente, no hace milagros. Así, esa redención apoca a la persona, postra a la sociedad, pero le da esperanza de algún milagro, para felicidad de los milagreros.   

 

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