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viernes, noviembre 22, 2024

HA  MUERTO NELSON FUENTES. Por Tomas Rodríguez León

Recuerdos en rojo y negro…       

1975, llegaron dos compañeras adolescentes  que habían contactado en el Centro de Estudios Sociales a un grupo de  chicos del Frente Unitario Revolucionario de Izquierda (FURI)  que  pedían acercamiento al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”

Bertolt Brecht

A mis 17 años, la Dirección Provincial  decidió que  tenía  que hacerme cargo. Así llegue a  Milagro, santa sede de estos infantiles y extremistas sueños, me recibieron 15 muchachos en casa de Ángel, un pelado trigueño de mi misma edad, hijo de padres empresarios mercantiles. La casa era una  morada  linda, acomodada, bien decorada y acogedora. Su madre me dio la bienvenida con elegancia y dulzura.  Ángel nos advirtió que su madre autorizaba con agrado a este club cultural, ella  nos preparó una mesa llena de cangrejos pata gorda de Churute que indujeron   la plática de la revolución y el compromiso.

El FURI  fue forjado por F. Freire, joven  de los más radicales en los inicios de los 70, con dos posiciones que fueron afirmándose con los acontecimientos; unos proclives al MIR y otros al Partido Socialista Revolucionario de Manuel Agustín Aguirre, del sector  mirista estaban Ángel, Nelson, Leonardo, Almeida y la novia de Nelson, María; del PSRE, Paco Pérez y otros compañeros. Los dos flancos  conservaban la fraternidad y la camaradería que nunca se perdió. Estando al borde  del ingreso a la uní muchos migraron a Guayaquil, habiéndose consolidado el núcleo mirista que asimiló finalmente al FURI en Milagro.

A diferencia de Ángel, Nelson era el más pobre del grupo, valiente  muchacho de extracción campesina, aguerrido  luchador estudiantil. Cuando se tomaron el colegio en plena dictadura ante el acoso policial, los jóvenes desistieron ante la represión desmesurada, pero él resistió lanzando piedras contra gases, huyendo cuando mas no pudo por el patio trasero, burlando a los ávidos chapas que querían atraparlo. Militantes con caras de niños, responsabilidades de adultos, intelecto acelerado, utopías exageradas, queríamos acortar la cronología de la vida contrayendo matrimonio, el primero fue Nelson

En la escuela,  María era maestra y Nelson conserje, ambos formaron un matrimonio  que lo llamamos proletario,  para  que no se diga, Nelson toma la delantera  y declara al Partido  que iniciaba su tarea de formar una familia comunista…y ya verán que lo hizo. El vientre de María fue creciendo y Eduardo en su interior inquietaba el ambiente.  Decían sus padres  que ya empezó a moverse un nuevo militante del MIR. Un hogar humilde y comunista en  la covacha de guardianía, tenía en sus aulas la posibilidad de largas reuniones nocturnas  de militantes de Milagro y Guayaquil que diseñábamos sueños sobre realidades. El primer grito de guerra de Nelson ante un debate  sobre el proyecto MIR en Milagro fue ¡Milagro carajo no es un proyecto, milagro es una realidad!

Y es que el sentido de temporalidad en Nelson era distinto  y lo acompañaría  en sus casi cinco  décadas de caminante,  jamás decía que había que hacer la revolución sino que  se tenía que vivirla y sentirla en la cotidianidad, pues  la revolución ya había empezado.  Sin  considerar a León Trotski,  sin teorizar al respecto, era un práctico de la revolución permanente  y para él, nadie deja de hacer de la revolución o de querer deshacerla. También para él, detenerse era ceder al enemigo. Así casi a patadas nos obligaba a los de  Guayaquil  a estar en sus sueños y realidades, en su revolución.

María, la sub comandante,  nos recibía con el pan extendido y la sonrisa acogedora, muchas veces  un arroz con tortilla de verde y una taza de café con sabor a insurrección que nos era dada como una  eucaristía roja. La joven Dirección Provincial recibió de los Fuentes el mote de “la Patronal”.

Eduardo primero, luego llegarían Pedro y la Yoca, una bebe encantadora de ojitos vibrantes. Toda una familia creciendo  entre el amor y el compromiso…y Nelson que empujaba: a la reunión del sindicato de zafreros, de los compas estudiantes, de los trabajadores de Valdez… “compas hagamos una federación de barrios, compa venga a dar una charla en el municipio…venga compa  al 26…vamos compas a Yaguachi, a Jujan… y así  toda hora, todos los días, todas las semanas, todos los años. Formemos el sindicato de trabajadoras sexuales, el de niños lustrabotas y así hasta formo su comisión de derechos humanos” y luego a gusto,  apoyo el proyecto Acción ciudadana por la Ternura.

Y como el tiempo pasa: Ángel se hizo médico, Leonardo abogado, Fultón odontólogo, Quiroz ingeniero Químico y Nelson y María revolucionarios y maestros a tiempo completo. El MIR milagreño creció  entre jóvenes y viejos, campesinos y obreros… Y llegaron tiempos políticamente difíciles, con Alfaro Vive Carajo. En  Guayaquil algunos compañeros y compañeros entraron en guerra pero a nadie recogieron de Milagro, aunque si asustaron a algunos.  Nelson, María y sus tres niños, con  Leonardo pintando  afiches  se iban por la noche  desafiando  al fiero León Febres Cordero y  luego creando las jornadas entre obreros campesinos, estudiantes y pobladores.

Un día Nelson organizó una movilización de masas en acción directa contra el gobierno y al grito de ¡Al tren! …las masas descarrilaron un vagón  y se llevaron los sacos de arroz,  fue tan descontrolado el hecho que hasta el alcalde Chicho entro en la fiesta…y corre Nelson a la clandestinidad… me toco hacer de peluquero para medio camuflarlo.

Una anécdota más, Nelson reclutó a la presidenta de un colegio y reina de Milagro como militante del MIR que maravilla….

En las tareas de maestro tampoco había descanso María en la escuela y Nelson  con otros compas forjaron un colegio proletario que en vez de  cobrar  pensión,  a diario en forma voluntaria recibían parte del  fiambre para sostenerse y claro allá íbamos de Guayaquil a dar clases de vez en cuando con algo de humanismo proletario. Había tiempo para todo, Nelson  María y sus hijos en  la  acción revolucionaria entre obreros campesinos. Pero como el  tiempo alcanza  en la revolución permanente,  Nelson debería asumir también  de dirigente deportivo en la liga cantonal…Todos los días, a toda hora en  todo tiempo.

Nelson, María  e hijos,  más dos que llegaron para la causa,  continuaron caminando  y como Milagro les quedo corto se fueron  de pueblo en pueblo, golpe a golpe, verso a verso  a organizar a los campesinos de la Costa , un día le dije: ¿María hasta cuando  más hijos? Ella me respondió: quiero tener diez hijos para el MIR, pero Nelson no me deja. Se cerraron filas, los Fuentes con cinco hijos militantes…ahhh, pero ni tonta ni perezosa, la linda Yoca adolescente se hizo madre a los quince años y ahora en estos días que relato, el nieto de Nelson ya es militante de ese  MIR tan espacial…perdón quise decir especial.

Y como si esto fuera poco el loco sin piedad consigo mismo quiso avanzar hacia el mundo y fue solidario con Venezuela y sobre todo con la causa Palestina y con  la revolución Islámica de Irán. Por ello, el embajador de Irán en su discurso de homenaje fúnebre  dijo: “Con el camarada Nelson aprendimos que mientras exista un pobre en la faz de la tierra habrá causa para la revolución en el mundo”.

Cometió errores y estos fueron tristes, como el haber apoyado críticamente a la Revolución Viudadana, error que en los días previos a su muerte los reconoció, pero Nelson es mucho más que una decisión política. Nelson es un pueblo en acción, es un campesino en lucha, un obrero en pie, un estudiante rebelde, un hijo a educar.

Nelson  hermano, aunque  quisiera, dudo al pedir que descanses en paz yo sé que si se da el caso por donde estés  ya estarás buscando que causa defender

 

 

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