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HUMALA: LOS PRIMEROS 100 DIAS, LOS PRIMEROS DESENCANTOS. por Nuevo PST

HUMALA: LOS PRIMEROS 100 DIAS, LOS PRIMEROS DESENCANTOS

18 Noviembre 2011

Nuevo PST

Los gobiernos suelen gozar de una elevada aprobación en sus primeros cien días. Es el plazo que generosamente le ofrecen los gobernados para que muestre su rumbo. El presidente Ollanta Humala no es la excepción. A poco de cumplir cien días en Palacio las encuestas muestran un amplio apoyo que va desde el extremo más rico hasta el más pobre. Pero otros hechos asoman en este panorama.

Una reciente encuesta de Datum muestra una aprobación de 62% a la gestión del presidente Humala, pero al mismo tiempo indica el siguiente dato: la aprobación presidencial ha caído diez puntos en el sur del país, es decir la región que más lo apoyó en las elecciones, y también algunos puntos en el norte. Por otro lado, la encuesta muestra la otra cara de esta realidad: un crecimiento del apoyo de los sectores más ricos (clasificados como A y B).

Es una encuesta muy ilustrativa de las tendencias políticas y sociales que comienzan a desarrollarse en el escenario nacional. Por un lado los empresarios muestran satisfacción porque en lugar del gobierno radical que esperaron tienen uno “moderado” y de “centro” (como ellos mismos lo describen), y sobre todo muy apropiado a su realidad porque la “popularidad” presidencial lo hace muy útil para garantizar la continuidad de la política económica neoliberal y el no cambio de la Constitución de Fujimori, en una palabra: la continuidad de los suculentos negocios empresariales. Lo que muestra el sur es exactamente la reacción opuesta de los desposeídos: porque ahí se esperaban los urgentes cambios ofrecidos en la campaña, cambios a los que el presidente renunció despertando un sentimiento de bronca y frustración.

No es casual que mientras los muy acomedidos Mario Huamán y compañía realizaban su aparatosa marcha de apoyo al gobierno en Lima, en Tacna y Puno el pueblo salía a las calles, pero para protestar. Antes de esa marcha, ya Tacna se había convulsionado por una gigantesca protesta contra la ampliación de la mina de Toquepala, y la respuesta del gobierno fue reprimirla produciendo 25 heridos y decenas de detenidos. Ahora una “mesa de diálogo” pretende canjear la exigencia de la población por algunas prebendas en un intento por favorecer el proyecto de la minera. Lo mismo ocurrió en Cajamarca donde el pueblo pobre bloqueó los accesos a la mayor mina de oro del Perú, Yanacocha, obligándola a paralizar sus labores. En el lugar se ha colocado otra mesa, para el “diálogo”.

Estos son sólo algunos hechos de un conflicto más extendido y que tiende a profundizarse en el interior contra las mineras y petroleras. Con el triunfo de Ollanta estos conflictos han crecido porque los pueblos se enardecen ante el incumplimiento de las promesas pues las mineras y petroleras siguen operando como quien dice “acá no pasó nada”.

Por eso mismo no es casual que el apoyo empresarial al gobierno haya subido. Alan García ya no era útil para los empresarios. Ahora Ollanta, con el “apoyo popular”, intenta paliar los descontentos y luchas con “mesas de diálogo”, discursos y hasta enviando representantes de “izquierda” para convencer a los pobladores a que desistan de sus demandas. En pocas palabras, la política de los guantes de seda en tiempos de cólera e indignación.

“Pero ha cambiado la política laboral”

Algunos sectores obreros piensan que sí. Por ejemplo algunas huelgas, como no ocurrió antes, están siendo declaradas “procedentes”. Es un hecho innegable. Pero no implica un cambio de política laboral porque ahí siguen incólumes lo grueso de esta política que son las services, las CAS, los regímenes de exportación y de pequeña empresa símbolos de la barbarie capitalista y razón del “crecimiento”. Y en la fábrica sigue el reino del abuso patronal.

Algunas huelgas fueron declaradas “procedentes”. Pero el Sr. Pablo Checa, alto dirigente del Partido Comunista colocado por su partido en el viceministerio de Trabajo con la euforia de la cúpula de la CGTP, no resuelve los conflictos ni las demandas que se acumulan en su despacho. Los mineros de Shougang fueron “mecidos” y su huelga fue derivada a la dirección regional de Ica para que ésta se haga responsable de una resolución casi dictada por la patronal. Lo mismo ocurre con los mineros de Cerro Verde que llevan más de un mes de huelga “procedente”, pero el Sr. Checa no hace nada para resolverla.

Sin embargo, todo esto no es nada ante el hecho de que el gobierno, con el apoyo de la CGTP y del empresariado, busca hacer aprobar el Proyecto de Ley General del Trabajo que viene siendo denunciado incluso por congresistas nacionalistas y expertos laboralistas, como un proyecto nefasto para la clase trabajadora.

¿Después de todo, se cumplirá algo?

Más allá de esta desazón que comienza a crecer, lo que espera la población necesitada es que llegue la tan prometida Pensión 65, Cuna Más, Gas a 12 soles, etc. Pero resulta que estos programas se anuncian para más adelante y de a poco, como el “chorreo”, porque ahora “no hay recursos”. Mejor dicho: no se quiere echar mano a los bolsillos de los que se siguen haciendo más ricos en el Perú, ahora con el pretexto de la crisis económica que se avizora.

Si pues, en Octubre, mes en que el Sr. de Pachacamilla recorre las calles de Lima en olor a incienso y multitud, no hay milagros. Menos lo habrá en noviembre o diciembre… cada día que pasa el gobierno del presidente Humala irá poniendo en evidencia su identidad patronal y en contra de los trabajadores que sólo verán en su lucha unida y movilizada el recurso para defender sus derechos.

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Fuente: Bandera Socialista nº 70, Noviembre 2011

 

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