Por Vicente Solano P.* / Publicado originalmente en diario El Tiempo (Cuenca)
Basado en el libro Caging Skies de Christine Leunens o como se denomina en español “El cielo enjaulado”, el guión de Jojo Rabbit es uno de los más impactantes. Si aún no ha visto la película, no se preocupe: apenas trataré ciertas escenas para recrear este análisis.
Una película que trata como muchas el nazismo, esta vez se ha centrado en las famosas Juventudes Hitlerianas, en alemán Hitlerjugend, haciendo una sátira, una comedia negra que a momentos nos recuerda a “El gran dictador’ de Charles Chaplin. Esa historia tiene como protagonista a Johannes “Jojo”, un niño de 10 años que pertenece a las Hitlerjugend -HJ-, que literal ha sufrido de un lavado cerebral, hasta reconocerse como un nazi. Siendo muy solitario, tiene un amigo imaginario ¿Quién? Pues el mismo Führer. Si, Adolf Hitler, el jefe del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. Aunque el pequeño Jojo desconoce que su propia familia odia al régimen del Tercer Reich.
Si, aunque esta obra retrata uno de los regímenes más oscuros de la historia de la humanidad, su director Taika Waititi nos presenta esta especie de brainwash que se le hacia a la niñez alemana. Muestra el odio profundo que se les inoculaba a niñas y niños contra la comunidad judía. Los miles de hechos falsos que emiten los voceros del régimen nazi solo generan escenas hilarantes. A su vez se muestran escenas melancólicas y que por momentos nos llevarán a las lágrimas. Pero fuera de la calidad de esta obra cinematográfica, muestra la capacidad del adoctrinamiento de ciertas ideologías que se han tomado el Estado, con el fin de reproducirlas mediante sus aparatos ideológicos como diría Louis Althusser.
La negación de la libertad de enseñanza, la anulación del laicismo y la acriticidad son parte de los enemigos de una sociedad libre. Al contrario de lo que muchos señalan, el pensamiento crítico, frente a los dogmas y el conservadurismo, es la principal arma para no continuar reproduciendo sociedades inequitativas y carentes de racionalidad. El oscurantismo muchas veces se enmascara en tradición para no develarse como discriminador ¿Cuántos Jojo Rabbit están en formación ahora? Pocos o muchos, lo innegable es el deber del Estado velar porque se garantice la libertad ideológica, sin darle preferencia a los vestidos de nacionalistas o tradicionalistas. Solo así podremos alejarnos del fascismo, la xenofobia y la discriminación. En fin, Jojo, el Estado debe ser laico, mira la película, antes que te quiten la opción de verla.
“La negación de la libertad de enseñanza, la anulación del laicismo y la acriticidad son parte de los enemigos de una sociedad libre. Al contrario de lo que muchos señalan, el pensamiento crítico, frente a los dogmas y el conservadurismo, es la principal arma para no continuar reproduciendo sociedades inequitativas y carentes de racionalidad”.
*Abogado de los Tribunales de Justicia de la Republica y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad de Cuenca. Magister en Derecho con mención en Derecho Constitucional por la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Estudiante del Máster in Global Rule of Law and Constitutional Democracy por el Instituto Tarello de la Universidad de Génova – Italia. Doctorando en Responsabilidad Jurídica por la Universidad de León – España. Docente de la Universidad de Cuenca. Correo electrónico: vichosolano@hotmail.com