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viernes, noviembre 15, 2024

LA BODAREAL “Existen otros que lo consideran un gasto grotesco en una edad de austeridad impuesta y privación económica.”

DESDE LONDRES

LA BODAREAL

“ Existen otros que lo consideran un gasto grotesco en una edad de austeridad impuesta y privación económica.”

Jamie Potter

De la cobertura periodística del momento en el Reino Unido, uno podría pensar que el país entero está esperando con mucha anticipación el matrimonio de su futuro Rey y nominal jefe de estado. Por todo lado se ven y se venden los jarros conmemorativos y una multitud de recuerdos; los preparativos para la boda dominan las columnas de la prensa escrita y los noticieros de la televisión; y los hoteleros de Londres se preparan para recibir con brazos abiertos una ola de monarquistas flechados.

Sin embargo, lo que para algunos es visto como un día de celebración nacional y una oportunidad de mostrar a la audiencia mundial – que se espera alcanzar dos mil millones de personas – lo bueno que somos en armar la pompa y solemnidad, existen otros que lo consideran un gasto grotesco en una edad de austeridad impuesta y privación económica.

Para el matrimonio real se gastarán unos £20 millones de libras esterlinas (US$32 millones)solo en medidas de seguridad. Numerosos jefes de Estado de todas partes del mundo (Obama y Blair no constan entre los invitados) asistirán a la fiesta más exclusiva del año, mientras la gente llenará las calles para alentar a los recién casados cuando dejan la Abadía de Westminster rumbo a la recepción en el Palacio de Buckingham. Irónicamente la última vez que multitudes tan inmensas atestaron las calles de la capital fue durante la protesta contra las medidas del gobierno para reducir el déficit fiscal, que ha recortado billones de libras del programa de seguridad social y eliminado decenas de miles de puestos de trabajo.

Desde que la coalición de Conservadores y Liberales subió al poder hace casi un año, el paso del cambio ha sido despiadado. En un esfuerzo para enfrentar los impactos de la recesión, resultado principalmente de la crisis bancaria, el gobierno está pasando la factura a la gente de Gran Bretaña en vez de los pocos financieros que causaron el hundimiento. La resaca económica, que impacta de manera desproporcionada a mujeres y jóvenes, implica recortes serios en los servicios básicos. Por ejemplo, unas £400 millones menos de apoyo económico para estudiantes pobres; reducciones de £18 mil millones en asistencia social; un aumento del 2.5 % en el impuesto de valor agregado, aplicable a casi toda compra (y reconocido como impuesto regresivo). Por otro lado veremos una reducción del 4% en la tasa impositiva de las empresas durante los próximos cuatro años. El número de jóvenes desempleados ha llegado a niveles récord; los universitarios
recién graduados luchando por encontrar un trabajo; y al mismo tiempo que los honorarios en la mayoría de las universidades se triplican.

Pero aun, es sumamente raro que esta clase de política económica de ´crisis´ sea cuestionada entre políticos de cualquier corte y esta vez no es la excepción. Pocos se han atrevido a sugerir que los ricos contribuyan más a través de impuestos más altos o que se haga un mayor esfuerzo para impedir la evitación de impuestos. Y mientras muchos en el país se están inquietando ante la posibilidad de un día feriado, hay un número importante de personas sub empleados que tendrá que renunciar a otro día sin sueldo en un mes que ya cuenta con tres feriados nacionales. Y a pesar de todo esperan que llenemos las calles para expresar nuestro apoyo a la boda del futuro rey.
Una interesante anécdota es que, al margen de este evento tan extravagante, una petición ha sido puesta en marcha para exigir un sueldo digno para los trabajadores encargados de la limpieza de la casa de la familia real.

El verdadero costo

El verdadero costo de la boda es difícil de cuantificar. El evento mismo será pagado por la familia real, pero la seguridad, los adornos de calle y limpieza serán pagadas por la gente a través de sus impuestos. Mientras tanto, el TUC (el central sindical) calcula que el coste económico de un día feriado adicional sea alrededor del £1 mil millones, después de restar los beneficios de un empujón en el turismo y las ventas de mercancía kitsch.

A pesar de una notable falta tino o tacto, el apoyo para la boda real ha sido fomentado a través de un circo mediático que viene produciendo un aluvión sin fin de historias irrelevantes y programas aduladores sobre la pareja ´encantadora´. Una red mediático estadounidense incluso ha producido una empalagosa película de televisión que traza la historia de la relación de William y Kate, tomando algunas libertades con la verdad en el proceso. Una pretendiente al Oscar no lo es.

El diario el Daily Express, un periódico nacional que todavía imprime historias sin número sobre la Princesa Diana, creó su propio clima del miedo al sugerir que miles de anarquistas y ex soldados se estaban preparando para “provocar caos en el día de la boda real.”. Sin duda los manifestantes estarán presentes, pero no es de sorprender que la prensa derechista aproveche cualquier oportunidad para atacar de manera desproporcionada a los odiados manifestantes e indicar su apoyo para la realeza.
Incluso el Primer Ministro entró en el circo, presentándose en los medios de comunicación animando a la población que solicite permisos para realizar fiestas callejeras en el espíritu de los espectáculos reales de décadas anteriores. Por fortuna, no todos se han perdido en la histeria matrimonial. En la ciudad de Hull, hasta ahora no hay ni una sola una aplicación para una fiesta callejera, reflejando una relación débil con la familia real.

La oposición y la apatía existen, o sea debido a un sentimiento republicano existente, el rechazo del costo del evento o la exasperación absoluta respecto a la cobertura general de la prensa y la televisión. Las encuestas discrepan en cuanto al apoyo para la realeza y el evento, aunque de forma reveladora, la mayoría de las fiestas callejeras parecen ser localizadas en vecindarios prósperos o de clase media, mientras los barrios de clase obrera aparentemente aparecen renuentes a participar en las fiestas.

Mientras los medios de comunicación y los partidarios de la familia real se preparan para llorar de felicidad por personas privilegiadas a quienes probablemente nunca conocerán, no debemos olvidar a los sectores de la sociedad que no gozan de tales privilegios, que están siendo marginalizados y hasta destruidos por las políticas económicas que benefician a los pocos en desmedro de los muchos.

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