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LA GEOPOLÍTICA DEL CAPITAL Y LA LUCHA DE LOS PUEBLOS.[i] por Napoleón Saltos Galarza

LA GEOPOLÍTICA DEL CAPITAL Y LA LUCHA DE LOS PUEBLOS.[i]

Napoleón Saltos Galarza

Quito, mayo 2012

 

Las ciencias sociales para conocer ubican el objeto en el tiempo, la historia, y en el espacio, la geografía. Hegel presentó una visión del movimiento general del tiempo y el espacio: decía que la historia se mueve de Oriente a Occidente. Quizás hemos realizado un giro completo y hoy la historia de la humanidad se mueve hacia el ‘Oriente’.

 

Estamos en un tiempo de transición. La hegemonía norteamericana ha entrado en crisis. Los BRICs (encabezados por China, India y Brasil,[ii]) están emer­giendo como nuevas potencias económicas mun­diales. Crecen las resistencias sociales. ¿Cuáles son los escenarios de desenlace?

 

Primera constatación: estamos ante una crisis estructural, que afecta al centro, a la tríada Estados Unidos, Unión Europea y Japón. Hoy la crisis tiene como epicentro a Europa.

 

Un creciente número de economías de la zona euro (ZE), y la de Gran Bretaña que está fuera de la moneda común, están nuevamente en recesión. La agencia Bloomberg informa este 26 de abril que la economía de la zona euro continuó en el primer trimestre del 2012 la contracción de 0.3 por ciento que se confirmó a finales del 2011. Peor aún, una contracción afecta desde hace nueve meses a la industria manufacturera de la ZE, que en su conjunto registra una tasa de desempleo del 10.8 por ciento. La crisis es el momento en el cual las grandes tendencias geopolíticas muestran bifurcaciones y virajes. En 2010, por primera vez desde que la UNCTAD tiene registros, o sea, desde 1970, los países desarrollados recibieron menos de la mitad de los flujos globales de IED. Hasta fines de la década de 1980, las economías desarrolladas atraían el 97 por ciento de las inversiones. En 2005, las economías en desarrollo y emergentes ya atraían un porcentaje del 12 de los flujos globales; pero en 2010, en un panorama de fuerte descenso de los flujos de capital en el mundo, esas economías superaron la barrera del 50 por ciento.[iii]

 

Segunda constatación: Hay un reordenamiento geoeconómico. Estamos presenciando el auge económico de los BRICs, mientras que Estados Unidos y Europa continúan en una crisis que parece ser irreversible.

China tiene la segunda economía del mundo. Es actualmente el mayor exportador del mundo y el segundo mayor importador. En cuanto a divisas y reservas de oro, China es número uno, con un total de casi 3,2 millardos de dólares, Brasil y la India son sexto y séptimo. ¿Y Estados Unidos? En décimosexto lugar. Argelia, Tailandia y Arabia Saudita tienen más reservas de oro y divisas que Estados Unidos. China e India son el primer y segundo país más poblado del mundo, respectivamente. Ambos juntos tienen alrededor de 37% de la población mundial. Brasil es el quinto en población.

Con 780 millones de obreros, China tiene la mayor fuerza laboral del mundo. La India está en segundo lugar, con 478,3 millones. Esto significa que ambos países juntos tienen 1.258.300.000 trabajadores: casi 40% de la clase trabajadora del planeta. La Unión Europea tiene 225,3 millones y Estados Unidos 154,9 millones de trabajadores.

China es el mayor usuario de electricidad del mundo. India y Brasil están en quinto y sexto lugar, respectivamente. China es el país que más teléfonos celulares tiene. Tiene tres veces más celulares que EEUU, que queda en tercer lugar. La India es segunda en la lista, con el doble de celulares que Estados Unidos. China tiene casi el doble de usuarios de internet que Estados Unidos. India y Brasil están en tercer y quinto lugar en el número de cibernautas.

Tercera constatación: hay disputas en torno al desenlace de la crisis.

 

Arriba hay un debate entre las fórmulas fondomonetaristas de la austeridad, basada en un “Consenso de Washington” reloaded; y las posiciones de reformas controladas que tomen en cuenta los costos sociales, el rostro bancomundialista. El triunfo de Hollande en Francia expresa este debate; así como el retroceso de Nueva Democracia  y sobre todo del Pasok, en Grecia.

 

Cuarta constatación: en estas disputas empiezan a surgir resistencias antisistémicas.

 

Las movilizaciones sociales de los Occupy,  de los indignados, en las economías centrales restablecen el sentido de la lucha de clases y del enfrentamiento a los cimientos del poder, la concentración financiera y la democracia liberal, aunque todavía se mueven a la defensiva y en forma contestataria.

 

Las luchas sociales en Túnez y Egipto abrieron un proceso de cambios democráticos que actualmente ha sido controlado por la alianza del imperio y las fuerzas reaccionarias; pero los procesos no han concluido. Libia es un tema diferente, marcado por la geopolítica del poder imperial.

 

Aunque débilmente en la propia Europa empieza un resurgimiento de la izquierda. En Francia surge Melechon a la cabeza del Frente de Izquierda, con un planteamiento de reunificar las fuerzas de los trabajadores para buscar una salida que vaya más allá del capitalismo. En Grecia avanza Alexis Tsipras, líder del segundo partido más votado, la Coalición de Izquierda Radical (Syriza), que logró 52 diputados.

 

ESCENARIOS DE DESENLACE

 

Giovanni Arrighi, en el Epílogo del “Largo Siglo XX”, presenta tres escenarios de desenlace de la crisis:

 

  1. Las viejas potencias, la tríada Estados Unidos de Norteamérica, Unión Europea y Japón, pueden recuperar su hegemonía y el sistema mundo capitalista pasaría a un nuevo ciclo bajo la forma imperio. Asistiríamos al sueño de la Comisión Blindenberg: dos mundos desconectados, un mundo del capital y un mundo desechable.
  2. Las potencias emergentes, desde Oriente, lograrían un predominio económico. Arrihi se refería Japón, ahora habría que colocar a China. Pero la hegemonía implica también poder político y militar. Y allí el poderío de Estados Unidos es predominante. Por lo cual puede acercarse un escenario de conflicto bélico de larga duración, que ha sido una característica de los cambios de ciclo de hegemonía.
  3. Ninguna de los dos grupos logra hegemonía y desembocamos en un escenario catastrófico: barbarie o barbarie. Los signos se muestran en las paradojas del capitalismo tardío: la crisis ecológica y el calentamiento global; la crisis bélica y el paso a la guerra permanente; la crisis social y la profundización de la brecha entre ricos y pobres.

 

Hoy es más visible el segundo escenario. Hay un desplazamiento del predominio económico hacia Oriente, hay un reordenamiento del mapa geoeconómico: ante la decadencia del eje Norte-Sur, dominado por las viejas potencias, hay el crecimiento del eje Este-Oeste, liderado por los BRICs.

 

La relación entre las viejas potencias y las potencias emergentes es el teatro principal – no el fundamental – de las contradicciones actualmente, ordena el mapa económico-político. La fortaleza económica y los juegos diplomáticos de los BRICs han contenido la estrategia tradicional de las viejas potencias de desplazar los costos de la crisis hacia las periferias y de jugar las guerras en los bordes para consolidar su hegemonía. Por ello, como sucede en Europa, los capitales han dirigido los ataques a sus propios trabajadores y pueblos a través de medidas de shock que ya se ensayaron en América Latina en los 80, con los costos políticos que empiezan a emerger.

 

Esto lo vemos también en el cambio de posición sobre todo de China y Rusia ante los planes imperiales sobre Siria; al momento han logrado contener la estrategia tipo Libia, y con ello frenan el avance hacia el conflicto contra Irán.

 

Tenemos un teatro de confrontaciones en dos terrenos: la disputa económica que hoy se concentra en la batalla monetaria y en el control de la renta. Y la disputa político-militar que hoy se expresa en el reordenamiento del dislocamiento de las fuerzas imperiales: el paso de la doctrina Bush de seguridad nacional que estaba guiada por la lucha contra el terrorismo, a la doctrina Obama que retoma el enfrentamiento al enemigo geopolítico, hoy representado por el eje China-Rusia.

 

Pero estas confrontaciones se mueven en el marco del capital, por lo cual hay un límite en las disputas: Hay una imbricación de las economías en un mundo globalizado que impide tomar medidas unilaterales. Son más bien movimientos de ganar posiciones.

 

Hay continuidades y diferencias en los manejos imperiales de los dos polos. El eje Norte-Sur y en particular Estados Unidos, se mueve en el campo del capital financiero-rentista, desde una estrategia belicista que busca compensar el debilitamiento económico. El eje Este-Oeste y en particular China, liga la dinámica financiero-rentista a las lógicas del capital productivo, desde una estrategia de negociación que busca compensar su debilidad militar.

 

Cuarto escenario

 

En estos escenarios falta la visión de los actores de abajo. El desenlace de la crisis no va a darse sólo en el campo económico, se resuelve fundamentalmente en el campo político. Se trata de una crisis civilizatoria.

 

Y entonces podemos hablar de un cuarto escenario: es posible pasar a un mundo postcapitalista. Todavía esta orientación se presenta como resistencia, a la defensiva, desde diversas vertientes.

 

Encontramos cuatro puntos de resistencia antisistémica que puede convertirse en la base para un escenario alternativo:

 

  1. La resistencia al dominio del capital financiero: el signo es la lucha de los Occupy y algunos intentos de los gobiernos posliberales de América Latina.
  2. La resistencia al dominio del capital rentista: la lucha contra el modelo extractivista y la defensa de la “madre-naturaleza”. La crítica a la visión del progreso y las tesis del no-crecimiento y el no-desrrollo.
  3. La resistencia a la democracia liberal y la dictadura del capital: el signo es la lucha de los indignados.
  4. La disputa del sentido del tiempo histórico y la naturaleza del cambio: el sentido del socialismo, la visión del sumak kawsay, las potencialidades del ethos barroco como una alternativa de modernidad. La construcción del pensamiento crítico con capacidad de alternativas, en un horizonte hacia el comunismo.

 

Desde el Ecuador

El debilitamiento del eje Norte-Sur permitió una desvinculación y desacoplamiento parciales. Desde allí se ha trazado una vinculación al eje Este-Oeste: vínculo financiero a través de los créditos chinos y vínculo rentista a través de las inversiones petroleras y mineras de China y Brasil. Aunque se empieza a transitar al retorno de los capitales norteamericanos y canadienses, sobre todo en petróleos y minería.

La salida no está en desvincularse de una dependencia para pasar a otra. La posibilidad está en una bisectriz que rompa el juego de espejos entre los dos polos. El antiimperialismo se articula con el postcapitalismo.


 


[i] Apuntes presentados en  el foro “Con Vistas al Oriente”, organizado por la Asamblea de Estudiantes de Sociología y la Asociación de Estudiantes de Historia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, martes 8 de mayo de 2012.

[ii] RUIZ MARRERO Carmelo, Las nuevas potencias económicas, ALAI, abril 2012.

[iii] ZIBECCHI Raúl, La nueva geopolítica del capital, La Jornada www.jornada.unam.mx, abril de 2012

 

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