03 junio 2014
La reforma constitucional de la reelección indefinida que propone el señor Correa, no solamente altera los derechos políticos de las personas, de la libre elección y de la alternancia de gobierno, sino el carácter de la República; porque al ponerse en vigencia aquella reforma, el Estado democrático que estipula la Constitución de la República pasaría a ser un Estado totalitario, de carácter autoritario manejado por una cúpula burocrática codiciosa de poder.
La reelección indefinida que propone el señor Correa no es solamente una enmienda del texto constitucional, sino un reforma constitucional de carácter estructural, porque modifica la estructura del Estado; pero no solo esto, sino algo más grave, sustituye los fundamentos del Estado republicano por los de un Estado totalitario manejado por un caudillo que presume saberlo todo. Esta propuesta nos remite a la edad antigua, en la que existía esa contradicción fundamental entre regímenes democráticos y monárquicos, en la que existía una caterva de demagogos y engañadores del pueblo que actuaban por sobre la ley (Aristóteles).
Este cambio de la concepción del Estado no debe ser sustituido por medio de una simple enmienda constitucional, sino previa consulta al soberano, en el sentido: qué si está de acuerdo con cambiar el carácter del Estado, qué si está de acuerdo en sustituir al Estado constitucional democrático por un Estado totalitario.
Si el señor Correa no consulta al soberano sobre el transfondo de su intención política, el pueblo tendrá que impulsar dicha consulta; lo sabremos en los próximos días; la república no puede estar al vaivén de los intereses de una cúpula burocrática codiciosa de poder.
* Asambleísta de Pichincha (A)