Marzo 01 de 2017
En la monarquía quienes se sentaban a la izquierda del Rey representaban a la plebe, y quienes se sentaba a la derecha a las clases dominantes, la aristocracia, los señores feudales. La situación espacial izquierda/derecha se convirtió metafóricamente en un modo de aprehensión de la actividad política. Las Ciencias Políticas históricamente han recurrido al eje izquierda/derecha como una lente de comprensión conceptual político ideológica de las organizaciones en las sociedades. Las concepciones sobre la izquierda y la derecha se sustentan en teorías, de las cuales surgen los programas de gobierno.
El marxismo se convirtió en el izquierdómetro por excelencia, mientras más cerca o más lejos se estaba del marxismo, asimismo se era más o menos de izquierda. La derecha, por su parte, se ha sustentado en el liberalismo y en posiciones desarrollistas estructuralistas. Desde los ochenta hacia acá el neoliberalismo ha marcado la hoja de ruta de la derecha.
Las categorías izquierda/derecha, en la comprensión política, están unidas a la categoría lucha de clases que identifica la situación de las clases dominantes y dominadas. En nuestra sociedad un eje que distribuye a la burguesía y el proletariado como dos clases opuestas en medio de las cuales existen diferentes graduaciones. Entonces, en teoría en los procesos electorales alguien de izquierda representa al proletariado y las clases populares; y alguien de derecha a la burguesía y las clases dominantes.
A estas categorías de investigación se han sumado los eslabones étnicos, de género, regionales y otros para dar mayor globalidad, detalle y diferencia al análisis.
Ahora bien, desde la entrada en escena de los llamados “gobiernos progresistas” en Latinoamérica, estos se apropiaron técnica y pragmática del discurso y los símbolos de la izquierda, pero añadiendo un programa y un accionar práctico de derecha, con representación burguesa y de beneficios para los capitales nacionales y transnacionales.
El significante “izquierda”, por interés del poder dominante, ha sido vaciado de su contenido teórico y práctico. De tal forma que en el imaginario social mayoritario los “gobierno progresistas” como el correísta, aunque sea de derecha es presentado y aparece como de izquierda en las ciencias sociales, en los medios y en el sentido común. Sin embargo, las organizaciones de la izquierda, que provienen antes de estos gobiernos, defienden su concepción y programa desde una parte numérica e institucional marginal sin poder disputar con miras a ganar la hegemonía en el imaginario social y mucho menos en la hegemonía política.
El resultado de las últimas elecciones en el Ecuador muestra ejemplarmente esta situación. La creación del campo político dicotómico amigo/enemigo que se ha creado en el país se presenta como correísta/anticorreísta, aunque más del 51% de la población haya elegido otras candidaturas o se haya ausentado del proceso electoral. La creación de este campo político dicotómico responde a la circunstancia populista que vacía de contenidos los significantes y los símbolos(1). El mismo Lasso (CREO) no se presenta como de derecha e incluye en su programa una que otra propuesta elaborada por el lado correísta y los sectores populares no representados.
En consecuencia, por las jugadas estratégicas del poder, el modo de conocer y comprender la política (la gnoseología de la política) para tomar posición en ella, por cualquiera de los bandos partidistas y programáticos en la democracia representativa, ha desplazado el eje izquierda/derecha hacia los rincones, de tal manera que las categorías izquierda/derecha han sido subordinadas al eje correísta/anti-correísta.
Este campo dicotómico correísta/anticorreísta fue creado por la misma hegemonía correísta resquebrajada y por la recomposición política de la burguesía ecuatoriana en todos los campos: mediático, institucional, educativo y cultural. Los bandos mediáticos, estatal y no estatal, vendieron la idea de que Lasso estaba segundo y que era el principal contendiente. El poder dominante creó la noción política dicotómica correísta/anticorreísta.
La tarea del pensamiento crítico, del marxismo y de las organizaciones de izquierda que sobreviven es no sucumbir en este campo político maniqueo. En el eje izquierda/derecha, Moreno/Lasso representan a dos derechas, dos campos de clases dominantes que se disputan el poder y la gerencia estatal para administrar la acumulación capitalista. El campo político dicotómico correísta/anticorreísta es parte del fenómeno global de la “despolitización de la política”. Es decir, de la supresión del contenido ideológico conceptual y humano de la política, para convertir a la política en una mera herramienta tecnocrática y pragmática. Ubicarse en cualquiera de los dos campos, correísta/anticorreísta, y gane una u otra opción, hace que la presente situación populista rija una posición de derecha. Así, estamos ante la consolidación del populismo de derecha en el Ecuador (2).
1 Al hablar del eje o lente de izquierda/derecha lo hago en calidad de categoría teórica para comprender la realidad. Hablar de un eje correísta/anticorreísta tiene el mismo sentido. En las situaciones populistas es claro reconocer, por ejemplo en Argentina, peronistas/antiperonistas, pero asimismo peronistas de izquierda y derecha.
2 Véase mi artículo filosófico político en extenso INTRODUCCIÓN A LA HEGEMONÍA COMO ESTRATEGIA POLÍTICA. CRÍTICA A LA RAZÓN POPULISTA.
*Este artículo ha sido publicado por el autor en su blog personal http://jaimechuchuca.blogspot.com/
A este análisis netamente político, le hace profunda falta revisar la propia historia política latinoamericana reciente (siglo XX) y tratar de entender en ese marco la realidad de la economía política nacional. De allí, esas conclusiones tan reductoras.
Creo que se está justificando votar por Lasso.
Lamentablemente hoy en día los partidos no representan sus ideales. Es impensable en democracias consolidadas que un partido de izquierda se aliara con uno de derecha, sin embargo esto sucede en los procesos electorales latinoamericanos. Es necesario que los partidos y candidatos en verdad tengan propuestas de acuerdo a su posición en el espectro político.
-La Dette
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