LAS IMÁGENES DEL ASESINATO DE GADAFI Y LOS EFECTOS COMUNICATIVOS EN LA COMUNIDAD MUNDIAL.
Miguel Ángel Soto.
Las recientes imágenes del asesinato de Gadafi, difundidas por la cadena árabe “AL Jazeera”, y reproducidas por sus pares de la CNN, son el reflejo del irrespeto a los más elementales principios de Derechos Humanos. Dichas imágenes del crimen cometido por los rebeldes Libios demuestran no solo la intolerancia y la xenofobia que Occidente tiene hacia los pueblos que buscan decidir libremente su destino político, cultural y social, sino también explicitan la barbarie de la Guerra, evidenciando lo más profundo de la miseria humana.
Las Imágenes del asesinato de Gadafi se dan en un contexto en que los conocimientos generales de la población se adquieren a través de los medios de comunicación, especialmente la televisión. Sin embargo, estas imágenes mediáticas presentadas y difundidas por casi la totalidad de las compañías transnacionales de la comunicación han tenido como objetivo transformarse en una realidad única e indiscutible. Crearon en los espectadores la dificultad de obtener una versión más amplia de los sucesos confundiéndolos a la hora de buscar las causas y las verdades de los hechos.
De igual manera, los efectos que ellas producen son utilizados como una herramienta para configurar y justificar las políticas que suelen ser siempre impuestas por intereses ajenos a los de los países o las regiones en desarrollo, rompiendo todos los códigos éticos y morales; contrariando totalmente a lo estipulado en normas y legislaciones mundiales.
Durante el siglo pasado, y lo que va de este siglo, la capacidad de llegar a las muchas personas que acceden a los medios de comunicación audiovisual, se orientaron a construir una realidad socialmente aceptada. Según Sánchez “los seres humanos tenemos cada vez más el sentimiento de que, en el mundo actual, junto a las vivencias inmediatas que han podido tener las personas de todas las épocas, existen otras experiencias mediatas o mediadas que se sobreponen a las primeras y que han aumentado cualitativa y cuantitativamente hasta extremos insospechados”[i].
Es decir que los contenidos mediáticos se otorgan a sí mismos un papel totalizador, colocando como realidad a todo aquello que se transmite por medio de los canales televisivos, tornando la información en una tarea imposible para que el espectador mundial pueda acceder a otra versión de los hechos noticiosos. Las imágenes están al servicio del poder, y es a través de estas que las personas adquieren la información y la apreciación de la realidad. Son imágenes que a veces pueden ser muy distintas a esa realidad, sobre todo en el caso de aquellas que vienen de lejos y cuando es posible un acceso directo.
Se conoce que estos mecanismos fueron utilizados desde tiempos remotos, en que los reyes negaban sus errores y creaban grandes victorias, ergo en nuestros días los medios de comunicación se han perfeccionado en la modulación de los hechos. Actúan de acuerdo con las necesidades del mercado, llevándolos a introducir nuevos simbolismos, los mismos que remplazan a los valores de la vida y superponiendo la muerte y la destrucción como valores supremos; desechando la esencia verdadera del Ser Humano por caducos y negativos para el proyecto mundial de expansión.
En este contexto, los medios de comunicación tienen un rol importante en la construcción de este nuevo orden simbólico, proporcionando contenidos sesgados de acuerdo con los intereses de los estados o los grupos económicos. El cine y la televisión tienen esta función imprescindible de asentar estos valores negativos ligados también a las transnacionales, cuyos mecanismos publicitarios y propagandísticos configuran verdaderas estrategias para crear enemigos comunes, consignas generales, aunque vacías y abstractas, convierten a los países asiáticos, africanos y latinoamericanos en el nuevo enemigo de la civilización occidental.[ii]
La imagen tiene una naturaleza sustitutiva, aunque la asociamos más con su carácter de representación, al tener una capacidad de reproducir a un original o tener una similitud con éste, más no establece una relación de semejanza entre el objeto y la representación, sustituyendo imagen por realidad, donde la creación procede de la comunicación.
En consecuencia, la imagen se convierte en un símbolo, algo que está en el lugar de lo real, y a medida que esta copia abarca más ámbitos, tiene mayor importancia la imagen que el imaginario individual y colectivo, uniformando las imágenes, y de paso se universaliza el imaginario. [iii]
Finalmente, las imágenes del asesinato de Gadafi, también plantean la siguiente pregunta ¿Qué rol está jugando la cadena árabe de televisión “Al Yazeera” en el contexto mundial? Suponíamos que esta televisora era una alternativa y una contestación a la BBC, FOX o CNN pero que sin embargo, adoptó los formatos televisivos que en otros tiempos ellos mismo condenaron…Al parecer entraron en la misma lógica que sus competidores occidentales. Habría que ver el futuro y el desarrollo comunicativo de este medio de comunicación.