¿LEGITIMANDO UNA FORMA DE GOBIERNO?
Ricardo Cobo <www.cartasallibertador.com>
Detrás de las cortinas de un proceso electoral, entre telones, los resultados finales afianzan un entramado de legitimidades. Legitiman el ejercicio del poder, legitiman un liderazgo y tejidos de representatividad, legitiman un gobierno, legitiman un proyecto.
“La larga noche liberal” concluye al momento mismo en que se destrozan sus puntales de legitimidad. Tres Presidentes son derrocados precisamente cuando se deslegitiman sus gobiernos. Por ello, el levantamiento de un sector de la Policía Nacional del 30 de Septiembre, estaba condenado a su fracaso… No contó con ese factor de legitimidad, ese soporte que en ocasiones anteriores otorgó y sustentó la movilización social. Todo el largo periodo en que gobernaron aquellos actores (la partidocracia) que se alinearon en ese proyecto de privatizaciones, de distribución de riquezas de arriba hacia abajo, de la determinación a ultranza del mercado, el neoliberalismo, estallaron al unísono con sus legitimidades, de ahí la fragilidad de sus gobiernos.
En un sentido amplio se podría afirmar que la práctica política concluye, precisamente, en la construcción de legitimidad, hacer el ejercicio del poder… legítimo. Una elección, un referéndum o una consulta, funciona como factor de legitimidad, sus fortalezas transcienden los ámbitos de las leyes y reglamentos que regulan el proceso, tiene que ver también con la representatividad de sus actores y la calidad de la campaña.
En este sentido, es pertinente también preguntarnos que se legitima con los resultados de la consulta en marcha.
Las elecciones anteriores, de referéndum, elecciones de asambleistas y gobierno, legitimaron una propuesta cuyos puntales se establecían en sus ejes principales: economía solidaria, redistribución de riquezas y democracia participativa. Esa legitimidad los llevó en mayoría a Montecristi, ratificó a Rafael Correa en la presidencia y mantiene su vigencia con niveles de aceptación inusuales en nuestra política.
La legitimidad del proceso Montecristi, ¿está vigente? Pues, me inclino a pensar que está en plena vigencia y esta consulta se ubica en un parteaguas de esa legitimidad.
El escenario inicial varió. Lo que se esperaba, un escenario bipolar configurado como Correa vs Partidocracia, es decir una reedición de los escenarios anteriores, se desplazó al momento en que se consolidaron las contradicciones internas de PAIS, el NO bifurcó sus vertientes. Correa hoy se visualiza como el único tren que arrastra el vagón del SI, es el único vocero, el único motor Le venia funcionando esa estrategia, polarizar lo político en Correa vs oposición y toda oposición se deslegitimaba como parte “del pasado”. No contó con que el NO se alimentaría de otra vertiente que nacería de la legitimación de Montecristi… Se desplazan los actores en el continente legitimante.
Los primeros movimientos de la comunicación electoral afirman esta hipótesis, desde la propaganda gubernamental se esta haciendo esfuerzo por desplazar a la vertiente del No – Montecristi hacia el terreno del NO de la oposición y así deslegitimarla, a nivel discursivo se observa esta intención con mayor claridad. Al Gobierno, como vocero del SI, le resulta incomodo implementar una campaña “de ataques” contra los voceros del NO – Montecristi, pues podría dar a lugar un efecto bumerang, por lo tanto tiene forzosamente que posesionarlos en el segmento de la oposición para que surta efecto su ataque. La campaña cobijada en el slogans del “esta vez No” ha logrado posesionarse en el cuadrante de la legitimidad Montecristi y desde ahí captura a sus posibles votantes, busca sus electores en el mismo segmento de los votantes que en elecciones pasadas apoyaron a Correa.
Lo que resta de campaña tendrá como tarea afianzar esos votantes y empujar a los indecisos en el tramo de las definiciones bajo estas reglas, los resultados finales tendrán mucho que ver de los resultados en esta cancha, me atrevo a afirmar, sin lugar a dudas.
Peor la interrogante inicial continua irresuelta. ¿Que legitimidad esta en juego en esta consulta?
Se disputa la legitimidad Montecristi. Los resultados finales afianzarían a un Correa ya libre de la variopinta que significó en su momento PAIS y lo sitiaría con un liderazgo absoluto e unívoco, no solo significaría el afianzar su política en el Estado, sino que además lo legitimaría, plataforma óptima para calcular su reelección. Para la vertiente del “esta vez NO” donde confluyen muchos de los fundadores de PAIS, movimientos sociales y organizaciones de izquierda, ponen en juego la legitimidad de sus acciones posteriores y las proyecciones de poder articular una opción electoral para las próximas elecciones.
La posibilidad de una victoria electoral del NO le significaría a Correa la apertura de un periodo muy empinado, pues las acciones que desarrollen los movimientos sociales en los escenarios próximos ya contarían con una dosis de legitimidad y ya tendrían un legítimo contradictor en la arena política, ecuaciones que en todo su periodo de gobierno no ha tenido, sería un escenario nuevo.
Quedan aún por despejarse algunas X en esta ecuación, una de ella tiene que ver con la composición del equipo de gobierno pues se la percibe como el punto débil de Correa, una eventual victoria del No tendría una lectura que apuntaría a esta composición heterogénea y en segundo plano a las relaciones con su bancada legislativa. Un NO victorioso y ceñirían a Correa a buscar sus sustentos en el marco del espacio Montecristi.
El segundo tramo de interrogantes surgiría de una eventual victoria del SI, se estaría otorgando un piso de legitimidad a un posible giro de Correa en su gobierno que aún no se ha explicitado y hecho manifiesto, el factor Montecristi se dilataría o disolvería en un nuevo entramado de legitimidades.