Para la historiadora, el Gobierno muestra señales de que atraviesa un proceso de “implosión”, como la derrota electoral del 6D y las críticas de disidentes chavistas.
Caracas. Margarita López Maya es historiadora, profesora universitaria y ha estudiado el fenómeno chavista desde mucho antes de que llegara al poder. Hoy sostiene que este se encuentra en proceso de implosión y enumera tres señales de ello: la derrota en las elecciones del 6 de diciembre, las críticas públicas por parte de exministros y dirigentes del chavismo y el paso masivo de venezolanos por la frontera hacia Colombia para comprar comida y medicinas.
La investigadora prepara un libro, que le ha llevado más de 10 años de estudio, sobre el proceso político venezolano desde 2005 hasta las elecciones parlamentarias de 2015. El texto es la continuación del libro “Del viernes negro al referendo revocatorio”. La analista sostiene que el desenlace a la crisis actual “no puede durar mucho” y enumera los tres escenarios que considera más probables. “La estabilidad democrática no es posible sin un diálogo entre las partes”, añade.
-¿El desenlace de la crisis está cerca?
-La apertura forzada de la frontera con Colombia simboliza la implosión del modelo chavista socialista. Pienso que el modelo colapsó. Los miles de venezolanos atravesando ese puente son la imagen de un muro de Berlín a la venezolana que se derrumbó. No hay forma de seguir con la fantasía de que vamos al mar de la felicidad y de que la guerra económica es lo que nos tenía parados, incapaz de desarrollarnos. Se corrió el velo, las cortinas del escenario, y apareció la verdad desnuda.
Uno comienza a ver las señales de que se está moviendo el chavismo por dentro. Se han atrevido algunos, que tenían tiempo mascando su disidencia, a dar la cara y salir silenciosamente, muy discretamente y hacer críticas. El desastre está a la vista ¿cuál es el paso siguiente? Creo que no hay ningún analista que pueda plantear con claridad cuáles son las opciones. Uno podría decir, muy gruesamente, que Venezuela está en una encrucijada en la cual la situación es tan desastrosa que necesita una solución. Yo creo que el desenlace no puede durar mucho.
-¿Cuáles son los escenarios más probables?
-La salida puede ser una continuación, siempre se puede estar peor, o un endurecimiento de las tendencias autoritarias para poder controlar el conflicto social. Tenemos encima la ingobernabilidad, la crisis económica, la carestía, el hambre. Todo eso es una bomba que tenemos en la sociedad y eso necesita una contención y la vía más fácil pudiera ser: vamos a ser más autoritarios, más represivos e ir hacia un régimen militar. Eso está en un extremo, es una salida y es un escenario probable para Venezuela.
En el otro extremo está lo que todos, la mayoría de los venezolanos, los civiles de a pie quieren: una salida pacífica y democrática. En medio de este desastre en el que estamos, en esta ruina del proyecto, vemos que la gente sigue apegada a la idea de que se puede salir por las urnas (electorales) y que esa salida puede significar que no haya derramamiento de sangre o que no haya una militarización extrema. Yo diría que estamos entre esos dos escenarios extremos.
El otro escenario es que tengamos un régimen más o menos en el medio. Ese sería el principio de un nuevo comienzo que está lleno de obstáculos. Venezuela está destruida. He estado revisando material de estos últimos 10 años y no se puede creer el nivel de desastre al cual se nos condujo, aparentemente hasta como contentos, así como el flautista de Hamelin. Chávez tocaba la flauta y todo el mundo salía brincando. Esas son las consecuencias de un liderazgo carismático cuando la gente no asume sus deberes ciudadanos y se deja enamorar, seducir por un discurso.
-¿Se trataría de una transición? Ya sea hacia lo civil o a lo militar.
-El Gobierno la tiene como una mala palabra. Uno menciona la palabra transición y es como si le fueran a dar un golpe de Estado. El voto popular le fue adverso en 2015 y siguen pensando que son mayoría, lo cual es parte de la locura de estos últimos tiempos del chavismo. No poder bajar a la realidad. La palabra transición cabe no porque se haya abierto. No se ha abierto la transición. Maduro está ahí, sigue mandando. Cada vez con menos apoyo popular, cada vez más necesitado del apoyo militar para mantenerse con el aparato de propaganda y de represión y mientras él esté ahí, en esa situación, no tenemos transición.
La transición en términos políticos significa que eso se mueva, ya sea porque esta subida de Padrino López se concrete en un efectivo desplazamiento del poder hacia los militares. Él (Padrino) está ahora igual o por encima del vicepresidente. No está muy claro quién está mandando en este momento. Quién tiene más poder en este momento. Si eso se hiciera un poco más claro, lo enviaran hacia la vicepresidencia, uno pudiera decir que estamos entrando a una transición porque parece que vamos a un régimen militar, pero no lo sabemos.
-¿Qué papel tendrá el diálogo en la transición?
-El chavismo controla mucho poder: sigue teniendo un apoyo popular minoritario pero importante, sigue controlando los poderes regionales, controla todas las claves del Estado, los poderes públicos con la salvedad del Legislativo. Controla la Fuerza Armada, de manera que ya no tiene capacidad para gobernar, pero sí tiene capacidad para no dejar gobernar. Si se montara un Gobierno de transición sin el apoyo del chavismo lo más seguro es que no pudiese sobrevivir, porque la guerra que le montaría con todos esos poderes y esos recursos prácticamente no lo dejaría. Una negociación o diálogo implicaría la desmovilización de todos esos colectivos armados, la capacidad de que el Ejército recupere el monopolio de la violencia con el apoyo de un Gobierno civil y democrático. De manera que en Venezuela no hay posibilidad de una estabilidad democrática sin una negociación de las partes. Eso es absolutamente imprescindible. Los actores políticos, al menos la mayoría de los de la oposición, están conscientes de eso. Espero que estén estudiando y preparándose para sentarse en una mesa de negociación. En estos momentos creo que la prioridad es negociar el reconocimiento de la crisis humanitaria para traer comida y medicamentos por las vías más rápidas posibles.
-Esto que describe, ¿dejará un aprendizaje a la sociedad?
-Esa es la gran pregunta. Haciendo un poco de historia, Venezuela tiene un siglo siendo petrolera. Barroso II en 1921 fue el que le dijo al mundo: este es un país petrolero. En 1927 lo que exportábamos principalmente era petróleo. Eso nos acostumbró a un facilismo que está durando un siglo, por eso uno responde con miedo estas preguntas. En los últimos 8 años vivimos una prosperidad sin precedentes. El presidente Chávez se encontró con un barril a 8 dólares y llegó a 120 y gozó de una prosperidad petrolera entre 2004 y 2012 que ningún presidente había tenido. Tuvimos prosperidades grandes con (Juan Vicente) Gómez, (Marcos) Pérez Jiménez, Carlos Andrés Pérez y todos de alguna manera se volvieron locos. Yo sospecho, por la situación internacional que vivimos en los últimos años, que el rentismo petrolero venezolano está muriendo también. Creo que ya no da y no va haber otro boom, tengo la impresión de que la compañía está destruida, de que han aparecido tecnologías que permiten sacar el petróleo a países como Estados Unidos y que va haber más abundancia del petróleo en el mundo en los próximos años. Quizá vamos a tener que aprender a la fuerza.
-¿Qué papel tienen los ciudadanos en la crisis?
-El pueblo, todos nosotros, con nuestra conducta, actitud y apoyo, vamos a ser cruciales para ver qué tipo de orden político vamos a legitimar. Si es a un autócrata, ¿lo vamos a dejar pasar por unos mendrugos de pan? Chávez gobernó 14 años, hizo 17 elecciones y solo perdió una y eso que en 2006 dijo claramente que si ganaba iba por el socialismo y la gente lo refrendó con 63 % de los votos. Así como refrendamos eso aprendamos a escoger un Gobierno más informado, educado, menos agresivo. Si queremos epopeyas vamos a tener cuartel, pero si queremos una vida en sociedad de prosperidad y de igualdad vamos a ser más conscientes con nuestro voto y movilización y vamos a apoyar a los políticos que buscan, en estos momentos, una salida democrática.
-¿Cómo ve a los partidos en relación con las luchas sociales
-Los partidos se han ido fortaleciendo pero siguen siendo actores todavía no muy bien equipados para el inmenso desafío que tiene Venezuela. Hasta el año pasado los vimos compitiendo por liderazgos en momentos en los que la población ya estaba sufriendo fuertemente. Hay líderes que todavía pareciera que, en medio de esto, anteponen intereses particulares y de su partido a la gravedad de la situación. Creo que la gente tiene que confiar en este momento en ellos porque no podemos salir de esto sin los partidos políticos. Todas las transiciones se han hecho con coaliciones de partidos que han concertado entre ellos. Me parece que en América Latina el caso más emblemático fue la concertación chilena en el caso de Pinochet. Los partidos son lo que nosotros queremos que ellos sean y tenemos que controlarlos porque de eso se trata. Algunos son muy piratas porque hay un liderazgo de transición. No se puede esperar que en un país así tengamos unos Summa Cum Laude en política. ¿Crees que un señor bien preparado y estudioso se va dejar que le tomen diez puntos de sutura en la cabeza en el Parlamento o que te rompan la nariz? Hay que ser muy valiente y muchas veces la gente más valiente no es exactamente la más preparada. Ramos Allup, por ejemplo, hay que ver la cantidad de barbaridades que ha hecho en su carrera política, pero en este momento hace falta porque tiene la capacidad de moverse en estos mundos tan bajos de la diatriba política como la que vivimos.
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-En 2004 fue oradora de orden en la AN ante el presidente Chávez y le hizo críticas que le incomodaron ¿Qué le diría hoy al presidente Maduro?
-(Risas). No creo que ahora eso sea posible, que alguien le pueda decir algo públicamente a Maduro. Ya el tiempo para rectificar pasó. Siempre quedaría un pequeño espacio para salir con dignidad. ¿Por qué no dejas que una parte del chavismo logre sobrevivir cuando tú ya no puedes sobrevivir? Creo que ya la caída de la casa de los Maduro-Flores es indetenible, pero todavía el chavismo, con mucho esfuerzo, podría sobrevivir como una fuerza política en una transición democrática, ¿por qué no lo dejas sobrevivir? ¿Por qué vas a llevarte todo contigo? Eso es lo que hace cada día que pasa ahí sin negociar, sin hablar, sin conceder, persiguiendo, se extingue el chavismo como fuerza política y me parece que el chavismo merecía sobrevivir en una próxima etapa, pero públicamente creo que ya no hay nada que decir. Ya está acabado, quizá cuando comenzó su Gobierno y ganó con tan escasa mayoría él tenía que haber hecho algo distinto, pero creo que ya ese tiempo se agotó.
Fotos: Miguel González
Fuente: http://cronica.uno/lopez-maya-ocurrido-frontera-muro-berlin-venezolana/
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