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martes, noviembre 5, 2024

Memoria y justicia para Luis Vaca, accionante del primer juicio por lesa humanidad en Ecuador

Por Mayra Caiza*

Luis Alberto Vaca Jácome, militante del grupo Alfaro Vive Carajo (AVC) y uno de los accionantes del primer juicio de crímenes de lesa humanidad en Ecuador, falleció la madrugada del 8 de abril de 2021, en su ciudad natal Ibarra, norte del país. 

A sus 69 años de edad, Luis Alberto “no soportó,  a pesar de su espíritu combativo y sereno”, la enfermedad que le venía asechando: cáncer. Así lo informaron sus compañeros de la organización mediante su fanpage de Facebook.

El pasado 18 de febrero se tenía previsto que la Corte Nacional de Justica instale el juicio por el presunto delito de lesa humanidad cometido en contra de Luis Vaca, Susana Cajas y Javier Jarrín,  militantes de AVC. Sin embargo, no hubo tribunal para el juzgamiento de los 10 agentes estatales acusados por este delito. Por sexta ocasión la audiencia no se instaló.

Para la presidenta del Comité Nacional de Víctimas del Ecuador, Clara Merino, la muerte de Luis Vaca es un hecho muy doloroso porque las personas víctimas de lesa humanidad y graves violaciones de derechos humanos están muriendo no solo sin justicia, sino también sin verdad. “La respuesta de la justicia es nula, es nada. La muerte de Luis Vaca nos duele inmensamente, con todo respeto y cariño a Susana creo que se suma a otros casos de graves violaciones de derechos humanos que han ido muriendo en este proceso de 30 y 35 años – explica Merino. Los perpetradores siguen libres, igual han muerto algunos, porque van pasando los años, pero también han muerto en impunidad”.

El caso Vaca, Cajas y Jarrín fue registrado en el Informe de la Comisión de la Verdad que recoge 118 casos y 456 víctimas de graves violaciones de derechos humanos ocurridos durante el período de 1984 a 2008. El 68 % de violaciones de derechos humanos corresponden al gobierno del líder socialcristiano León Febres Cordero. De los 118 casos, solo dos tienen sentencia en firme y 11 han sido judicializados. 

Juan Pablo Albán, abogado del caso, dice que la falta de respuesta del sistema judicial se debe a que  “no hay voluntad política de hacer justicia, las víctimas no son importantes”.  El jurista explica que llevan cerca de siete años esperando la instalación de la audiencia y que se puso en conocimiento de las autoridades el estado de salud de Luis Vaca, sin embargo no hubo respuesta. 

Tres años desaparecido

Luis Alberto Vaca Jácome estudió Administración de Empresas en la Universidad Central del Ecuador hasta el segundo año. En las aulas conoció a Fausto Basantes y a Mireya Cárdenas, con quienes formó tres células del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y luego se vinculó con Arturo Jarrín para estructurar la organización Alfaro Vive Carajo. Así lo recoge el informe de la Comisión de la Verdad publicado en 2010. 

Organizados en AVC, el 10 de noviembre de 1985, Vaca, Cajas y Jarrín viajaron a la ciudad de Esmeraldas para participar en un encuentro de la organización. Esa noche, los tres integrantes fueron detenidos por miembros del Ejército, en el Parque Infantil de la ciudad  costera. Luego fueron trasladados al Batallón de Inteligencia Militar (BIM), ubicado en Conocoto, al suroeste de Quito. 

“Nos desvestían, nos mojaban con agua helada, y venía el interrogatorio acompañado de electricidad. Todo el tiempo patadas, golpeados, sometidos a semiahogos, sin dejar dormir, sin alimentación”, relató Luis Vaca a los integrantes de la Comisión  de la Verdad. 

Quince días después de la detención, tortura y violencia sexual, Susana Cajas y Javier Jarrín fueron liberados en una quebrada ubicada en el sector de Cumbayá. 

“Me tuvieron esos quince días desaparecida, y después me sacaron y me llevaron (…) ya estábamos solo con Javier Jarrín, entonces me llevaron, o sea me soltaron; me sentaron en un sitio y tapada los ojos. Entonces me dijeron: ´Si regresas a ver te mueres`. [Luego me] destaparon los ojos, dijeron: ´No abras, no abras los ojos, no regreses a ver`; (…) se fueron y cuando iba abrir estaba como en una quebrada (…) que había sido por Cumbayá, era una zona rural en un campo, estaba al lado de (…) Javier. Entonces yo, yo ya esperaba el disparo atrás te juro”.

Testimonio de Susana Cajas – Informe de la Comisión de la Verdad

Luis Vaca no corrió con el mismo destino. Él permaneció en cautiverio y desaparecido desde 1985 hasta mediados de 1988. Ese año, tras ganar la presidencia Rodrigo Borja, Luis Vaca fue liberado a las 03:00, a una cuadra de la casa de su madre en Ibarra. Seis meses pasó sin salir de casa.

Cuando Luis Vaca empezó a explorar el exterior iba acompañado de sus hermanos porque temía que algo le pueda suceder. 

Los perpetradores protegidos

Este 9 de abril de 2021, la familia tiene previsto realizar una misa en memoria de Luis Vaca y luego sus restos serán cremados, mientras el caso judicial continúa. Con una voz pausada y afligida,  Juan Pablo Albán dijo que ahora están desmoralizados, pero que de ninguna manera la familia o la defensa técnica se darán por vencida en la lucha por verdad y justicia. “En el país se cometieron  crímenes de lesa humanidad y es nuestra obligación con las generaciones futuras preservar esa memoria histórica, porque si no, no vamos aprender de nuestros errores pasados, tenemos que hacer justicia”.  Hoy tiene previsto presentar una comunicación al presidente de la Sala y de la Corte Nacional de Justicia para que se nombre un Tribunal y se instale la audiencia de juicio. 

El jurista explica que no es un juicio contra las Fuerzas Armadas, sino que es en contra los militares que incurrieron en un delito. Esto debido a que el 9 de noviembre de 2015, en el primer intentó de la instalación de juicio “apareció  toda la plana mayor de las Fuerzas Armadas a sentarse en la primera fila de la sala de audiencia – recordó Albán-; entonces hay presión”.  Con él, coincide Clara Merino que enfatiza: “los perpetradores han sido protegidos desde el principio están en altos puestos de la Policía y las Fuerzas Armadas (…) eso obedece a estructuras de poder que están en el Ejército y la Policía, pero también en los gobiernos”. 

El delito de lesa humanidad está tipificado en el artículo 89 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) que dice: “son delitos de lesa humanidad aquellos que se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil: la ejecución extrajudicial, la esclavitud, el desplazamiento forzado de la población que no tenga por objeto proteger sus derechos, la privación ilegal o arbitraria de libertad, la tortura, violación sexual y prostitución forzada, inseminación no consentida, esterilización forzada y la desaparición forzada, serán sancionados con pena privativa de libertad de veintiséis a treinta años”.

“En el país se cometieron  crímenes de lesa humanidad y es nuestra obligación con las generaciones futuras preservar esa memoria histórica, porque si no, no vamos aprender de nuestros errores pasados, tenemos que hacer justicia”.

–Juan Pablo Alban, abogado

*Mayra Caiza es comunicadora y periodista.

Fotografía principal: Diario El Telégrafo


 

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