Quito, 10 de diciembre de 2012
En materia de hidrocarburos, el problema más grave del país es la refinación del petróleo.
En el manejo de esta actividad, el país sufre, paradójicamente, de un enorme déficit de los derivados del petróleo. Para poder abastecer el mercado interno, el gobierno nacional se ve obligado a importar estos productos a precios internacionales, generándose con ello una mayor salida de divisas y la descapitalización del país, entre otros aspectos que afectan el ahorro interno, como el contrabando y los subsidios indiscriminados.
Desde que se empezaron a explotar los hidrocarburos en el Ecuador, la mayoría de los gobiernos no tuvieron la visión de explotar este recurso natural en el marco de una economía de escala, sino que optaron por una economía extractivista y exportadora de materia prima, la cual creó una mayor dependencia de la economía internacional, especialmente desde la década de los años noventa, a partir de la cual se empezó a incrementar la importación de los derivados de los hidrocarburos, tales como: gasolina de alto octano, diesel, gas licuado de petróleo, avgas, jet fuel, cutter stock, aceites lubricantes, fibras sintéticas, etc.
En los primeros cinco años del gobierno de Correa las importaciones de hidrocarburos superaron los USD 13.200 millones, y en el 2012 serán de USD 4.100 aproximadamente; esto significa que en este gobierno las importaciones de combustibles superarán los USD 17.000 millones, en cuyo monto no están incluidas las importaciones de aceites lubricantes, las fibras sintéticas y otros productos derivados del petróleo. En el nuevo período de gobierno que se inicia en mayo del 2013, el monto de las importaciones de estos productos será muy superior al monto señalado debido al incremento de la demanda nacional, las cuales no se detendrán hasta que no se construya una nueva refinaría de petróleo, por lo menos para procesar unos 200 mil barriles por día.
Si bien es verdad, es urgente reponer las reservas de petróleo comercialmente explotables, más aún cuando el gobierno de Correa ha extraído durante los primeros cinco años de su gestión aproximadamente 1.000 millones de barriles, y los que es más grave no ha sustituido un solo barril de petróleo con nuevas reservas comercialmente recuperables, es decir se ha roto la fórmula del 1×1 que es la consigna de los que explotan el petróleo, sin embargo es urgente corregir otros aspectos del mal manejo de la industria petrolera, como es el caso de la refinación del petróleo.
Hasta no superar el problema de las importaciones de los combustibles, el gobierno nacional no debió convocar a una nueva ronda petrolera, porque si bien es verdad, por esta vía podrían ingresar nuevos ingresos para el país en los próximos años, en cambio por el lado de las importaciones la salida de divisas es mucho más grande de lo que se recibiría de esta nueva ronda petrolera: primero, porque se estima que las reservas petroleras en estas nuevas zonas del país no son prospectivas en yacimientos hidrocarburíferos, segundo por el alto costo que tendría el país para extraer los hidrocarburos de estas zonas que están muy alejadas de la infraestructura petrolera existente.
Se estima que en estas zonas del sur-oriente podrían existir reservas hidrocarburíferas que no superan los 800 millones de barriles en situ, de las cuales se podrían extraer un 20%, esto es aproximadamente 160 millones de barriles, que por su alto costo de producción que se incluye en la licitación petrolera no se justifica extraer los hidrocarburos de estas zonas.
Antes que ampliar la frontera de exploración y explotación hidrocarburíferas en el sur oriente ecuatoriano, con el riesgo de causar irreparables daños ambientales a los ecosistemas de estas zonas, más bien se debería trabajar en los procesos de recuperación mejorada de los yacimientos que están en producción, así como ampliar los procesos extractivos en estas zonas y no extenderse a otras que podrían implicar mayor riesgo en inversiones y daños ambientales.
* Presidente Nacional, Izquierda Democrática
