El motivo esgrimido –y apoyado por EE.UU. y otros metrópolis occidentales-, el de los cohetes lanzados por milicianos de Hamas, táctica política de armar ruido y mostrar presencia antes que acciones de guerra. Los cohetes no han ocasionado mayor daño ni guardan proporción alguna con los bombardeos israelíes. De hecho, no se trata de una guerra entre adversarios iguales sino de una masacre de una de las mayores potencias militares a un pueblo casi indefenso.
Fieles a su política racista, Israel considera que la proporción es de cien o mil palestinos por un israelí. Así lo hacen en los intercambios de prisioneros y en las ataques a campamentos y poblaciones palestinas. Tal como lo dijo el Rabino Yaacov Perrin en 1994. “Un millón de árabes no valen ni una uña judía”.
Tremenda masacre la de estos meses. Sin embargo el genocidio contra el pueblo palestino es casi rutina. El Ministro del Interior Eli Yishai, durante la Operación Pilar de Defensa, 2013 declaró:
“Destruyan y dañen la infraestructura, los edificios públicos y los del gobierno. Debemos asegurarnos que Hamas tenga que pasar muchos años reconstruyendo Gaza y no pueda atacar a Israel, “El objetivo de la operación es hacer regresar a Gaza a la Edad Media; sólo así Israel estará en calma durante los próximos 40 años.”
Una masacre persistente y que, como lo señaló Saramago, es parigual del genocidio israelí por los nazis. En efecto la terrible Nakba (catástrofe en árabe), generada cuando se decidió de manera inconsulta la partición de la tierra palestina, produjo, entre junio de 1946 y mayo de 1948 el inicio del mayor crimen de los últimos 70 años: 500 localidades vivieron la limpieza étnica y 300 fueron despobladas, 81 desaparecieron, 140 quedaron en escombros y en varias como las aldeas de Deir Yasin o Damayma se cometieron diversas atrocidades. Las mayores ciudades palestinas de la época, Yaffa y Haifa, fueron vaciadas de gran parte de sus habitantes por grupos terroristas sionistas, la Haganah, creada en 1920 con la asesoría británica, el grupo Lehi y el Irgún, erigido por Menahem Beguin, Primer Ministro entre 1978.83 con Ariel Sharon de Ministro de Defensa.
Después vino el saqueo. El historiador israelí Tom Seje señala que sólo de la ciudad de Lydda salieron 1.800 camiones con pertenencias palestinas. 800 mil palestinos se convirtieron en refugiados en países árabes vecinos iniciando un proceso creciente que ha llegado a más de 3 millones de exiliados. Los refugiados eran mas que los 190.000 que quedaron Gaza y los 280.00 en Cisjordania, a quienes, además, la ONU, considera desplazados. Todos los palestinos son refugiados incluso en Cisjordania y Gaza.
Mahmud Darwish cantor palestino del éxodo de su pueblo nos dice: Lejos de mi lejanía. Si el hombre es un ser de lejanías, lo es a partir de un centro. El exiliado, inmerso en flujos incesantes espacio-temporales, se halla perpetuamente lejos de ese centro desde el cual podría experimentar su lejanía.
Mi patria no es más que una maleta insiste Darwish y señala: en el camino hay espacio para el éxodo (…) no nos gustan los trenes cuando sus estaciones son nuevos exilios”-.
Bombardeo a Líbano
En 1982 se dio la masacre del Líbano cuando la insurgencia chiita precipitó el derrumbe del poder maronita y la perspectiva de un gobierno con participación de los miles de refugiados palestinos junto a chiitas, sunitas y drusos. Varios compañeros nos integramos entonces a una activa solidaridad con la causa palestina y logramos movilizar, gracias al Comité del Pueblo de entonces, más de 15 mil personas.
Los israelíes bombardearon Beirut con miles de bombas al punto de que se llegó a decir que la cantidad de bombas igualaba a las arrojadas durante la segunda guerra mundial.Sin embargo, las milicias palestinas y libanesas –allí nació el Hizbolah del pueblo chiita- contuvieron el ataque y no permitieron que los sionistas tomen siquiera el Aeropuerto. En tal ocasión se mostró que con una fuerza real, aunque varias veces inferior a la israelí, se podía contenerla y derrotarla en sus invasiones.
Sin embargo, el bombardeo incesante e interminable de Beirut perseguía un objetivo: obligar a las milicias palestinas a retirarse del Líbano para evitar la masacre de un pueblo hermano.
Cuando se retiraban las milicias con sus armas, las fuerzas maronitas encauzadas por Ariel Sharon y otros jefes militares israelíes, asesinaron entre el 16, 17 y 18 de septiembre de 1982, a miles de refugiados de los campamentos de Chatilla y Sabra. Uno de los mayores dramaturgos de la época, Jean Genet viajó de inmediato a los campamentos y narro sus vivencias en Cuatro horas en Chatilla” de aterradora belleza:
“De un lado al otro de una calle, doblados o arqueados, los pies empujando una pared y la cabeza apoyada en la otra, los cadáveres, negros e hinchados, que debía franquear eran todos palestinos y libaneses. Para mí, como para el resto de la población que quedaba, deambular por Chatila y Sabra se parecía al juego de la pídola (el sin que te roce). Un niño muerto puede a veces bloquear una calle, son tan estrechas, tan angostas, y los muertos tan cuantiosos.”
Su olor es sin duda familiar a los ancianos: a mí no me incomodaba. Pero cuántas moscas. Si levantaba el pañuelo o el periódico árabe puesto sobre una cabeza, las molestaba. Enfurecidas por mi gesto, venían en enjambre al dorso de mi mano y trataban de alimentarse ahí. El primer cadáver que vi era el de un hombre de unos cincuenta o sesenta años. Habría tenido una corona de cabellos blancos si una herida (un hachazo, me pareció) no le hubiera abierto el cráneo. Una parte ennegrecida del cerebro estaba en el suelo, junto a la cabeza.
Las fotografías no captan las moscas ni el olor blanco y espeso de la muerte. Tampoco dicen los saltos que hay que dar cuando se va de un cadáver a otro. Desde hacía tres meses las manos tenían una doble función: por el día, coger y tocar, por la noche, ver. Los apagones obligaban a esta educación de ciego . Desde que las carreteras estaban cortadas, los teléfonos mudos, privado de comunicación con el resto del mundo, por primera vez en la vida me sentí palestino y odié a Israel.”
Las dos intifadas
Y cuando los israelíes cantaban victoria y la total derrota de los palestinos obligados a dispersarse en varios estados árabes, apenas 5 años después estallo la Primera Intifada, la revuelta (levantar la cabeza en árabe), de los palestinos de Gaza y Cisjordania que duró casi 6 años. De finales de 1987 a 1993, en que se firmaron los Acuerdos de Oslo.
Ante el fracaso de los Acuerdos, germinó la Segunda Intifada, la de Al-Aqsa de septiembre de 2000 febrero de 2005. Los israelíes respondieron con bombardeos inmisericordes y brutales. Tropas y tanques que no iban por las calles sino por las casa, y el reforzamiento de los asentamientos que comenzaron construirse en 1967 y que en la actualidad albergan a cerca de 600 mil colonos israelíes.
Mahmud Darwish que retorno a vivir en Ramallo, escribió un excepcional poema, Estado de Sitio,
No hay noche en nuestra noche deslumbrada por el bombardeo.
Velan nuestros enemigos y nuestros enemigos encienden para nosotros
la luz en la oscuridad de los refugios.
En Estado de Sitio brilló como nunca el “lirismo épico”, advertido por el gran poeta griego, Hyannis Risos, y al que nos permitimos añadirle:
Es una épica invertida, sin embargo. Mostrar el horror en negativo. En este punto, Darwish alcanza y sobrepasa a los salmos bíblicos. La épica, la “guerrilla”, de la hogaza de pan y el café, el canto a la vida en su última raíz, en la matriz del lamento, en su puro hueso, es, a la vez, la crítica del horror y de la muerte que están detrás, en los alrededores del poema.
El ejército israelí es uno de los 5 más poderosos del mundo, recibe 8 millones de dólares diarios de los EE-UU. Frente a ellos la imagen de la lucha palestina es la de niños enfrentándose con “catapultas” a poderosos tanques. La causa palestina es la causa de todos los pueblos del mundo.
Los ataques recientes de Israel no son sino la fase más brutal de una política criminal que dura ya 60 años de ocupación, expulsión de miles y aun millones de palestinos de sus casas, hoy tres millones de refugiados en muchos país árabes, construcción de barrios israelíes en territorios palestinos, construcción del Muro de la Vergüenza para convertir a la Cisjordania en una cárcel gigantesca, bloqueo por mar y tierra a Gaza provocando miles de muertos y enfermos por falta de alimentos y fármacos; desobediencia a centenares de decisiones de la ONU, continuas ataque no solo con bombardeos sino con tanques que se mueven no por las calles sino destruyendo la casas de los pobladores.
Los asentamientos crecen a un ritmo cada vez mayor, a pesar de varias resoluciones de la ONU que los condenan y demandan su desmantelamiento. En efecto, en 2013 se registró un aumento del 123,7% de residencias comenzadas a construir respecto del 2012.
Los asentamientos fracturan el tejido social y territorial de Cisjordania y aseguran la presencia de controles militares en todo el territorio, de modo que los palestino necesitan atravesar múltiples controles militares israelíes para circular por sus propias calles y carreteras. ¿absurdo y monstruoso verdad? A la vez los colonos, protegidos por sus tropas, asaltan las tierras y casas palestina y les roban sus cosechas y presionan para obligarles a irse.
El Muro de la Vergüenza es otro de las atrocidades israelíes, a pesar de la condena de la ONU y del Tribunal de La Haya. Se extiende por 273 Kilómetros a la redonda y expulsa también a los campesinos ribereños de sus tierras, afectando a 500 mil palestinos.
Los sionistas utilizan el argumento de que cualquier crítica a la política israelí es antisemita y que Israel fue la solución a la diáspora judía. Los palestinos y quienes los apoyamos condenamos la barbarie nazi en contra del pueblo judío. Pero creemos, Saramago entre ellos, que el sionismo es el antisemitismo de esta época. En la película sobre Hanna Arendt, La banalidad del Mal, un dirigente israelí la increpa por sus declaraciones sobre la complicidad de los dirigentes judíos en la masacre nazi y le dice: los jóvenes del Israel actual que nos acusan de cobardes vana encontrar tu respaldo- La pregunta es: quien era el judío de los guetos de Varsovia asesinado por los nazis: una suerte de Woody Allen, flaco desgarbado, inteligente y tímido. Los actuales, en especial muchas mujeres, proclaman su dimensión de rubias occidentales y asumen un racismo delirante.
El periodista y cineasta canadiense David Sheen en Terrifying Tweets of Pre-Army Israely Teens” (“Aterradores tuits de adolescentes israelíes premilitares”) presenta a jóvenes muchachas que dicen frases como las siguientes:*
– Odiar a los árabes no es racismo, es un mandato de dios
– Maten a los niño árabes para que no haya una próxima generación
– Desde el fondo de mi corazón deseo que los árabes sean quemados.
– Si dios quiere, ya no habrán más árabes al final.
Por otra parte, la “solución al problema judío” es ambigua. En la Encuesta Mundial de población judía de 2002, los judíos en el mundo, a comienzos de 2002, eran 13.296.100 de los cuales 5.025.000 vivían en Israel, 37% y 6,064.000 en Amèrica del Norte, el 45,6% Según el demógrafo israelí Sergio Della Pergola, Nueva York tiene 2.099.000 habitantes, Tel Aviv, la capital de Israel solo 405.500. El caso de Jerusalén, 780.517 en el 2010, es distinto porque la ONU la reconoce como ciudad internacional y el lado Este tiene una mayoritaria población palestina. Los árabes en Israel son 1.413.000 habitantes, el 17 %. Se trata, por supuesto de una política de colonización. Al final de la Segunda guerra mundial y del Holocausto habían 11 millones de judíos en el mundo, de los cuales solo medio millón vivía en Palestina.
A nuestro juicio, Israel fue concebida por el poder norteamericano y el lobby judío como un centro activo del capital en la zona y como una base militar de Occidente para jaquear a los gobiernos nacionalistas árabes.
En el 2013, según el Report for Selected Countries and Subjects del International Monetary Fund el, el PIB de Israel era 288.176 mil millones de dólares con un PIB per cápita de 35.824.
El área de Silicon Wadi está localizado en la llanura costera de Israel y es una suerte de segunda sede del Silicon Valley de EE.UU., y en la cual múltiples compañías norteamericanas y europeas tienen centros de alta tecnología. Y trasnacionales israelíes como Zoran Knowledge Aladdin Systems, NICE Systems, Horizon Semiconductors Radvision, Check Point Software Technologies, Israel Aircraft Industries, Solel de energía fotovoltaica, entre otras.
Por otra parte, Israel es un centro de inversiones de grandes trasnacionales como IBM, Intel, Microsoft, Motorola, BMC Software, Hewlett-Packard, Philips, Siemens, Google Apple Inc.. Covidien y múltiples otras.
El pueblo palestino que aun en condiciones de tan brutal opresión ha desarrollado su cultura, eliminado el analfabetismo, generado artistas, escritores y pensadores como Mahmud Darwish, uno de los mayores poetas de la época, Gassan Kanafani, extraordinario narrador y Edward Said pensador social de talla mundial, postulan la igualdad de todos los hombres y de todos los pueblos y de todas las culturas. Oigamos a Mahmud Darwish
“En mi escritura, me confieso hijo de varias culturas sucesivas. Hay lugar para las voces judía, griega, cristiana y musulmana”.
Pero cuando Yossi Sarid, Ministro de Educación israelí. decidió, en cumplimiento de los Acuerdos de Oslo, incorporar a Darwish a la currículo escolar de Israel, tal como los palestinos lo hacían con autores israelíes, a derecha israelí armó tal escándalo que estuvo a punto de derrocar al Gobierno. Tiempo después Sharon destruyó con sus aplanadoras la casa del poeta y el Centro Cultural Sakakini. Frente al monstruoso hecho, Juan Goytisolo escribió un doloroso texto “Memoricidio en Ramala”. Poco antes, el 24 de marzo de 2002, Goytisolo junto a Wole Soyinka (Nigeria), José Saramago (Portugal), Russell Banks (EU), Breyten Breytenbach (Suráfrica), Bei Dao (China), Vincenzo Consolo (Italia) llegó a Ramallo a expresar su solidaridad al pueblo palestino. Fueron recibidos por Darwish en el centro Sakakini.
La solución de la Izquierda palestina e israelí
Por supuesto que hay una izquierda en Israel. Organizaciones políticas como Meretz-Yachad, Progressive list for peace, Left camp of Israel, Mapam, Ratz, HaOlam HaZeh – Koah Hadash, Gus Shalom y múltiples escritores, artistas plásticos y cineastas – el grupo Artistas contra la guerra-, todos los cuales apuestan por la paz definitiva con los palestinos. Muchos de ellos postulan que la única solución definitiva sería la creación de un estado laico con judíos, árabes, cristianos, drusos y samaritanos como ciudadanos.
Shministim es un grupo integrado por estudiantes del último año de secundaria formado en 2009 y opuesto al servicio militar obligatorio que deben cumplir a los 18 años pues no quieren integrarse a lo que califican como un “ejército de ocupación”.
Maya Wind, presa en el 2011 por negarse al Servicio Militar Obligatorio cree que la solución de los dos estados no es viable, “porque Cisjordania ya tiene un millón de colonos judíos y nadie los va a sacar, mientras que por otra parte el 20% de la población israelí son palestinos con ciudadanía, así que es imposible separarlos”.
“Lo que nosotros buscamos es una verdadera democracia, donde palestinos e israelíes tengan los mismos derechos y la ciudadanía en un estado unificado”, concluye.
Tal solución parece por ahora imposible.