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domingo, diciembre 22, 2024

POR QUÉ ES NECESARIO UNA NUEVA IZQUIERDA EN EL ECUADOR. Por Jorge Oviedo Rueda

04 Noviembre 2014 

izquirda

 

Tres razones explican esta necesidad

1. La izquierda en el Ecuador ha fracasado sistemáticamente
2. Correa enterró a “esa izquierda”.
3. Es necesaria una nueva teoría para soñar una nueva realidad.

Analicemos cada uno de ellos.

1. LA IZQUIERDA EN EL ECUADOR HA FRACASADO SISTEMÁTICAMENTE.

Hace ochenta y ocho años se fundó el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE). En su fundación convergieron intelectuales de prestigio, sectores medios y trabajadores. Los que tomaron las riendas de la dirección política e ideológica del nuevo partido fueron los intelectuales. El primer documento programático aprobado en la jornada fundacional dejó sin definición categórica el importante tema de la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, pese a haberse definido marxista.

Intelectuales como Jorge Carrera Andrade, terratenientes como el coronel Juan Manuel Lasso o miembros de la bancocracia como Luis Napoleón Dillon mal podían entender el marxismo como una guía para la acción revolucionaria, apenas lo entendieron como una doctrina ética que debía disputar, en el marco de la legalidad, el favor de los sectores populares emergentes. Este pecado original la izquierda ecuatoriana (PSE y PC) lo arrastró hasta el advenimiento del régimen reformista de Rafael Correa, como veremos.

Después de su fundación el PSE se enfrascó más en la disputa interna con la corriente comunista que en la reflexión y elaboración de planteamientos programáticos verdaderamente creadores que lo distinguieran de la izquierda mundial y latinoamericana, en un momento en que Mariátegui, en el Perú, comenzaba a pensar con cabeza propia. Se ha dicho que la razón principal de la división del PSE fue la existencia de un ala filo comunista; cierto que esto influyó, pero este enfoque desmerece la existencia de un sector de raigambre nacional que trataba de afianzarse en la identificación y solución de nuestros problemas. Ese socialismo nacional y revolucionario ha sido, desde entonces, atacado por el comunismo y ahogado, sin contemplaciones, por todos los matices del socialismo “patiamarillo” surgidos en los últimos ochenta y ocho años.

La izquierda ecuatoriana, desde la década de los años treinta, viene participando en los procesos electorales. En cerca de un siglo nunca puso en peligro la legalidad burguesa, jamás triunfó electoralmente. Sí fue objeto mostrenco en regímenes oligárquicos como el de Galo Plaza Lasso y el del mismo Velasco Ibarra y, como negarlo, tuvo destacada participación parlamentaria en varios períodos, así como figuras individuales del arte y la cultura que le dieron lustre; pero la lucha política por el poder, siempre la perdió.

La disputa electoral por el apoyo popular nunca la ganó, jamás descifró con éxito su rivalidad con el caudillismo velasquista, por ejemplo. Las masas que apoyaron el velasquismo fueron consideradas, por esa izquierda, de segundo orden, casi un subproducto del capitalismo dependiente, en la errónea idea de que en países como el nuestro el sujeto revolucionario era el proletariado. Sentados a la vera del camino vociferaban contra el sistema, sin darse cuenta que la “chusma” velasquista estaba siendo manipulada por la oligarquía para reafirmar su dominación.

Esa izquierda era experta en justificar “teóricamente” su fracaso. Plagada de figuras notables, intelectuales destacados, doctores y sabelotodo, copaba el escenario intelectual y político y relegaba, a planos secundarios, las posiciones de raigambre nacional y revolucionaria que en él existían. El stalinismo absorbente, pese a que actuaba sobre las estructuras comunistas, terminó contaminando también al socialismo ecuatoriano, con lo cual, casi se anularon en sus filas los arrestos “heroicos y creadores” de esa mínima fracción nacionalista.

¿Por qué la izquierda ecuatoriana actuaba de esa manera?

La extracción clasista de sus dirigentes es una de las principales razones, el doctrinarismo rampante es otra y, como consecuencia, la incapacidad crónica de elaborar un programa representativo de los intereses del pueblo. Esa izquierda se conformó con adscribirse a las posiciones “progresistas” más avanzadas, nunca de definir una posición programática anticapitalista y revolucionaria, como le correspondía. Fue una izquierda conceptualmente reformista cuyo accionar se circunscribía a un nivel ético-político, confrontativo en el discurso con las distintas fracciones de la derecha oligárquica. Nunca sus propuestas pusieron en peligro el poder de las clases dominantes y, cuando el pueblo presionó para hacerlo, no supo responder con eficacia revolucionaria, como sucedió en la llamada “revolución gloriosa” del 44, o en el período de la “partidocracia” o de la revolución ciudadana.

En lo que al PSE se refiere, en la década de los años sesenta (1963), se fundó el Partido Socialista Revolucionario, de la mano del doctor Manuel Agustín Aguirre. Treinta y siete años después de su fundación, el ala del socialismo nacional y revolucionario se constituía orgánica y políticamente como un partido diferenciado de la corriente electoralista y legal. Se definió como marxista-leninista, de profunda raíz nacional y opuesto a la concepción comunista de la revolución democrático-burguesa. Sostuvo que la revolución en el Ecuador tenía que ser socialista o no había revolución.

Soplaban los vientos de la revolución cubana y el pensamiento de Fidel Castro y el Che Guevara caía en la tierra fértil del pueblo explotado. “El deber de todo revolucionario es hacer la revolución” decían los barbudos guerrilleros de Sierra Maestra. El SRE trató de estar a la altura de las circunstancias histórica, pero, a pesar de sus heroicos esfuerzos, nada concreto pudo hacer.

En 1978 el PSRE se integró al FADI en un esfuerzo desesperado por salir del aislamiento político en el que había caído. En el FADI el Socialismo Revolucionario hacía esfuerzos para coexistir con el comunismo reformista, pero nunca se consolidó esa alianza. Dentro de la izquierda era una unión contra natura que sólo llegaría a hacerse realidad años más tarde, cuando la fracción reformista del Partido Socialista liquidó, textualmente, al socialismo revolucionario. Entonces se planteó, no sólo una unidad, sino la fusión de las estructuras.

La participación electoral de la “izquierda unida” en el FADI volvió a fracasar. El regreso a la democracia fue consolidando las posiciones reformistas al interior de la izquierda ecuatoriana que ahora, libre de las dictaduras militares de la década de los setenta, consideraba en serio su participación electoral en la política nacional.

El FADI, por su cuenta, y el PSE, ya legalizado, participaron en las elecciones de 1984. El PSE candidatizó a Manuel Salgado Tamayo. El resultado fue un nuevo fracaso electoral que la veta reformista y electoralista -que ya actuaba nuevamente al interior del PSE- hace ver a Enrique Ayala con marcado entusiasmo. “Desde entonces” –dice- “quedó planteada la alternativa…” (electoral. N.A.) Dos años después llevó ocho legisladores al parlamento. La corriente reformista no cabía de dicha, como el mismo Ayala lo demuestra: “este es, sin duda” –dice- “un triunfo electoral enorme y significativo.” (1)

Prevalidos de que la contienda electoral lo era todo en el accionar político de la izquierda, en 1988 el PSE hizo un pacto con el APRE para candidatizar a Frank Vargas Pasos en binomio con Enrique Ayala Mora. Los resultados fueron, una vez más, catastróficos; pero en estos antecedentes están las raíces del liquidacionismo impulsado por esos dirigentes socialistas. Ellos resumirán, en sus posiciones, todo el acumulado histórico del amarillismo socialista al haber liquidado, orgánica e ideológicamente, al socialismo revolucionario.(2)

En 1988 el electoralismo “patiamarillo” dentro del PSE y de la izquierda ecuatoriana en general, ignoraba la presión que un pequeño grupo de socialistas revolucionarios hacía en su interior para recordar cuales eran las tesis originarias del socialismo nacional y revolucionario (aguirrista) que no apostaba todo a la carta electoral, sino que planteaba la necesidad de construir un partido ideológico, semi clandestino y revolucionario que se fuera adaptando orgánica y políticamente a las exigencias de la lucha social. Eran tesis válidas para toda la izquierda frente a la concepción del “partido de masas” y al desbordante entusiasmo electoral que le había inundado. (3)

En 1990 la izquierda vuelve al Congreso nacional

En 1990 la izquierda vuelve al Congreso nacional, esta vez el PSE con seis diputados provinciales. No es cierto que el “éxito” se fundamentaba en una reconstitución orgánica del PSE, como dice el “historiador” ad doc de la corriente amarilla Germán Rodas Chávez, sino en el prestigio personal de figuras locales que aprovecharon el evidente descontento popular que había en el país por el alto grado de descomposición ética y política. Toda la izquierda parlamentaria, incluido el MPD, durante los años noventa, fue parte de la más profunda corrupción alcanzada por el parlamento burgués en toda su historia. Tan radical había sido el cambio de mentalidad en las filas de la izquierda ecuatoriana que hasta hoy, figuras como las de Ayala Mora o Salgado Tamayo, incluyen, con orgullo, en sus currículos, las dignidades que ocuparon en las cloacas del poder burgués. En manos de esos dirigentes socialistas estaba la conducción del partido y la formación ideológica de su militancia.

El electoralismo “izquierdoso” en 1992 se presentó por separado a las elecciones presidenciales. Dentro del PSE la corriente liquidacionista y electorera encabezada por Granda y Ayala -que hacían mayoría en el seno del Comité Ejecutivo-, impuso la candidatura de León Roldós Aguilera, pese a que para entonces había sido nombrado secretario General del Partido Diego Delgado Jara que siempre defendió su condición de socialista revolucionario. (5) Los resultados volvieron a ser decepcionantes.

Fracaso tras fracaso, desde los años treinta, nunca un performance peligroso para los poderes establecidos. Hasta la candidatura del seudo socialista León Roldós Aguilera, la izquierda ecuatoriana seguía siendo víctima de su pecado original: tendencia legal-electoralista y ausencia de un programa de raigambre nacional y revolucionario.

La búsqueda de instancias competitivas en el tinglado electoral ecuatoriano llevó a la corriente reformista de la izquierda a la fusión orgánico-política del PSE con el PC. “Dicha fusión constituyó el reencuentro de las raíces históricas de la izquierda…” anota Rodas (5). Claro, el reencuentro histórico de la corriente electoralista que había prevalecido desde el surgimiento de la izquierda en 1926, de espaldas a la izquierda nacional, revolucionaria y socialista, añado yo.

En el gobierno de Mahuad se produjo el feriado bancario. La corrupción institucional se desbordaba por todo lado, la partidocracia se repartía la nación a su antojo, teniendo en sus manos el férreo control de todas las funciones del Estado. Con la caída de Mahuad se inicia en el Ecuador uno de los períodos de mayor inestabilidad política de su Historia y se precipita la más profunda crisis institucional jamás conocida. El país fue víctima de las políticas de reajuste estructural dictadas por los organismos internacionales de crédito en contubernio con la partidocracia nacional.

En medio de esta crisis generalizada y con la presión de un pueblo que estaba dispuesto a luchar hasta las últimas consecuencias por sus derechos, la izquierda reformista y electorera, en lugar de tomar la iniciativa y proponer soluciones políticas y económicas inspiradas en las necesidades transformadoras del pueblo, se sentó en la orilla del camino a esperar que llegara el Mesías prometido y, como era de esperarse, la Divina Providencias les envió el Redentor en la persona de Rafael Correa Delgado.

La izquierda ecuatoriana, sin excepción, se embarcó en la nave del nuevo timonel. Así es como la izquierda volvió a poner su “granito de arena” para que se consumara el acto más importante de todo proceso político, cual es, el triunfo electoral y la posesión del Estado, acto que se llevó a cabo el 10 de Agosto de 2007, teniendo a Correa como el Rey de esta creación de la, desde ahora, “izquierda boba” más oportunista del continente. Por primera vez la izquierda, unida al proyecto reformista de Correa, triunfaba apoteósicamente en una contienda electoral. Había “jugado como nunca, pero perdido como siempre”.

¿Por qué digo que Correa enterró definitivamente a la izquierda oportunista y reformista del Ecuador? Lo explicaré en una próxima entrega.

 

NOTAS

1. Ayala Mora, Enrique: El Partido Socialista Ecuatoriano en la Historia, Ediciones La Tierra, Quito, 1988, pg.23.

2. Enrique Ayala Mora fue, después de las elecciones presidenciales de 1992, el principal impulsor de una fusión orgánica y política con el APRE de Vargas Passos. La militancia revolucionaria se opuso. En el siguiente documento, que tiene mi firma y otros, se expresan las ideas y el sentimiento de esa militancia: ¡Defendamos nuestro partido! ¡Digámosle no a la fusión!, mimeo interno, 1995, Quito.

3. Sólo como una pequeña muestra de que en medio de la fiesta electoral un sector luchaba denodadamente por corregir la marcha del PSE, hago públicos los siguientes documentos: Nuestro Partido de masas es nuestro partido de cuadros, mimeo interno, 1987; Carta a La Juventud Socialista ecuatoriana, mimeo interno, 1992; Mensaje a la Juventud Socialista Revolucionaria ecuatoriana, mimeo, interno, 1993. Todos de mi autoría

4. Germán Rodas sostiene que Delgado se apropió de las siglas PSRE después de que el SRE se había insertado orgánica y políticamente al SE en la década de los ochenta. Nunca sucedió tal cosa. La corriente revolucionaria fue minimizada, ignorada y combatida por el eje reformista de Ayala, Granda y el mismo Rodas. Véase: Rodas Chávez, Germán: La izquierda ecuatoriana en el siglo XX, Abya Yala, Quito, 2000, nota, pg. 162. Véase también el siguiente documento de mi autoría: Carta a Diego Delgado Jara, Secretario General del PSE, mimeo, Quito, 17 de febrero de 1992.

5. Rodas Chávez, Germán: La izquierda ecuatoriana en el siglo XX, Abya Yala, Quito, 2000, pg. 165.

 

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17 COMENTARIOS

  1. Por idioteces como tan “sesudo” texto, es que están como están. O beodos, o idiotas, o “tiras”, de esos de los 80as, de los que luego se publicó que recibían por su torpe radicalismo, dineros del SIC-10… ¡Qué risa, qué tristeza: y esta es la “verdadera izquierda”..

  2. Alexis: lo de la idiotez del texo me trae sin cuidado porque su valor depende del tamaño del cerebro del que lo lee; pero que por una oveja descarriada quieras mancharnos a todos los revolucionarios, es una infamia. Yo reclamo mi condición de revolucionario de ayer, de hoy y de siempre y la defenderé contra frustrados reformistas como tu en cualquier campo. Refuta lo que se sostiene en el texto, para respetarte, si no lo haces no esperes ninguna consideración.

  3. Si, tienes razón. Lucho a diario para elevar mi conciencia y no responder a provocaciones rupestres. Todavía tengo fe en que el talento pueda ser respondido con talento. Saludos.

  4. Son tiempos de reflexión profunda, de toma de conciencia como bien dices, porque la izquierda cambio y no hay duda de ello. Creo que hay que buscar en el espacio vacío que aparece en esta transición . Los paradigmas del mundo cambio. Me uno a tu fe. Saludos

      • Excelente consejo y buen ejercicio para trascender más allá de la diatriba mutua en la que caímos otros, Patricia; ya bajé tu libro publicado por Senplades. Es voluminoso el libro, me atrajo el título en el índice, que lo miré de reojo, acerca del período de García Moreno; espero llegar a tal capítulo (de GGM me parece crucial releer, para los nuevos tiempos, acerca de su “progresismo curuchupa”) / dicho esto, concluiré en que tienes razón en la esencia de tus mensajes previos: por ello, retiro todos los términos ofensivos, porque no ayudan a nada, menos ahora que se requiere sobrepasar la violenta polarización que existe en todos los bandos. / por mi parte, suprimo todos los adjetivos mal usados desde la indignación. / eso sí, no volveré a leer nada del autor: es mi derecho, a la felicidad en este caso. / Pepe (Robayo): muchas gracias por tus generosos recuerdos que escribiste de aquel trajinar estudiantil por el Mejía y la militancia de la Vida. Así fue… así es: espero que llegue el día en que el Mejía vuelva a levantarse, otra vez, con toda la dignidad de su historia. Lo hicimos ayer, lo tienen que hacer las nuevas generaciones hoy o mañana. Pepe querido: mientras esto te escribo, te recuerdo, jovencísimo, como si aquel ayer aún no terminara de concluir. No concluyó. Lo sé. Un abrazo…

      • Gracias Alexis. Muy buena tu postura.
        Es una investigación que parte de otros enfoques teóricos, audaces y nuevos. Admito la caritica, hasta epistemologica.

        Lo que demuestro es que Garcia Moreno, igual que Alfaro, Ayora, Bombita y Correa tienen una ideología potente de edificar lo nacional, el Estado, cada uno en el entorno ideológico de la época, ya sea ultra conservador, o ultra liberal, revolucionario militar o socialista del siglo XXI. Hay una línea común en estos líderes carismaticos, son nacionalistas interés superior a sus propias ideologías de la época. Les preocupa construir el Estado, la nación, la Patria. El Progreso.
        Con esta aseveración comprobada con la evidencia dura de los datos levantados, me desmarcó a propósito del análisis marxista y optó por la de Gramsci y entro de lleno en el novel campo de la neuropolitica, la teoría de sistemas.

        Garcia Moreno, uso a la iglesia para tener escuelas, Alfaro, expropio las haciendas de la iglesia, para obra social. Ayora, toma de la mano la masacre del 22 y la revolución de los jóvenes coroneles, Rodríguez Lara nacionaliza el petróleo y designa un monto para lo social y Correa recupera el Estado para una distribución social de la riqueza.

        Si solo miro el fenómeno politoco desde las misma óptica de la izquierda, el socialismo, el capitalismo, no es fácil comprender el proceso que vivimos hoy , caemos en una retórica que no permite ver la que estamos viviendo. Un circulo que de tanto caminar en el mismo, nos quita horizontes nuevos para rehacer aquello por lo que ha dado sentido a la vida particular y colectiva.

  5. Da risa de verdad leer supuestas reflexiones de un resentido, no se si social o político, son algunos comentarios de Jorge Oviedo que los he revisado y hasta ahora lo único que han causado es repugnancia al constatar que existen payasos en nuestro medio político que quieren aparecer como que han sido ilustres dirigentes y hasta pensadores del Marxismo, pretenden dar clases de lo que es el socialismo, que ironía….recuerdo las palabras de mi Maestro Telmo Hidalgo, “Cuidado se debe tener de esos generales sin tropa, esos son los infiltrados frustrados que facilmente ingresan a las organizaciones con el fin agentista de destruirlas, dividirlas o desaparecerlas” . Esa, precisamente esa era la actitud de este ilustre desconocido, ahora increible columnista Jorge Oviedo, lo conocí en el PSE, cuando se fusionó con el PSRE, yo venía del sector del Socialismo Revolucionario, nunca significó nada, no era dirigente de nada y estaba colado con la tendencia cristiana que posteriormente sonó muy fuerte que era una secta financiada por la CIA norteamericana, razón por la que salieron del partido, nunca significaron nada el lo organizativo y dirigencial, solo trajeron la insidia, la calumnia y la división; a Alexis Ponce lo conozco como un gran dirigente estudiantil en el Patrón Mejía, luego siempre estuvo vinculado a la lucha de los Derechos Humanos, mis respetos a un luchador social como él con el que no tengo contacto desde hace 25 años pero doy fe que supo enfrentar al asesino Febres Cordero sin vacilaciones, yo también podría escribir varias anécdotas sobre la izquierda de nuestro país, donde seguramente dentro de las páginas negras y vergonzosas podrían estar nombres como este frustrado escritor de articulos rebuscados, pero no, este pueblo que ha sufrido mil derrotas, no se merece que se escriba estupideces y se le desinforme por resentidos como este que su sola intención es desprestigiar a la única tendencia política que ha luchado y seguirá luchando por los sagrados intereses de los más necesitados…más allá de los nombres o los hombres, muchos ya se ha ido y otros seguramente pronto partiremos y la gradeza de las ideas y la lucha por esta noble causa del socialismo seguirá perenne en las nuevas generaciones que seguramente y por el bien de nuestro pueblo sabran corregir nuestros errores pero sobre la base del sacrificio y entrega que han aportado miles de luchadores sociales. LA IZQUIERDA ECUATORIANA, más allá de las diferencias políticas o teóricas que tengamos, no podemos negar que en este país quien a puesto los muertos y la sangre en la lucha permanente por costruir una patria fraterna y solidaria, por defender los derechos de los trabajadores y de todos los sectores organizados de nuestro pueblo, ha sido la izquierda, llámese comunista, socialista o cualquier otra secta o tendencia, desconocer eso y hasta mancillar a las organizaciones, solo demuestra la posición agentista de este individuo, un análisis serio debe rebasar los hombres y los nombres, solo un mediocre puede concebir que 2 o 3 personas pueden imponer criterios o posiciones políticas a toda una organización, en un partido revolucionario se acierta o se fracasa colectivamente, cierto es que en el plano electoral se ha cometido varios errores pero otros pueblos del mundo y partidos fraternos han tenido que trajinar historias parecidas, solo importa que no se decline ni se traccione porque la tarea sigue ahí y hoy más que nunca es necesario cerrar filas a detractores que ya quisieran que la izquierda desaparezca, además esa siempre ha sido la disposición de los sicarios del norte. …. “Mil veces un hombre con todos los defectos y equivocaciones, pero dentro de la organización…a tener a un lúcido y con todos los aciertos…pero fuera de ella” (Neruda)

    • Pepe (Robayo): muchas gracias por tus generosos recuerdos que escribiste de aquel trajinar estudiantil por el Mejía y la militancia de la Vida: así fue, así es. / espero que llegue el día en que el Mejía vuelva a levantarse, otra vez, con toda la dignidad de su historia. / lo hicimos ayer, lo tienen que hacer las nuevas generaciones hoy, o mañana. / Pepe querido: mientras esto te escribo, te recuerdo, jovencísimo, como si aquel ayer aún no terminara de concluir. No concluyó. Lo sé. Un abrazo…

  6. Patricia: te recomiendo revises este link: forosocialistaecuador.com. Hay muchos materiales que te van a interesar. No creo que uno pueda “desmarcarse” del análisis marxista a estas alturas. Marx está en la base de la cultura occidental como está Smith en la economía o Newton en la física. Los más interesantes “análisis” marxistas los he leido en algunos informes del FMI, ¿por qué será? Siempre creí que el enfoque marxista podía aceptar el aporte de otras visiones, lo que los “marxólogos” de la izquierda han visto como una herejía. De ahí que tu enfoque, en lo que llevo leído -y disculpa la demora-, me parece una interesante base para la discusión.

    Pueden parecerte duros los términos de mi reflexión sobre la izquierda en el Ecuador. Seguramente. He aprendido que la verdad, cuando se la ve de frente, duele. Lástima que algunos procedan como el avestruz, escondiendo la cabeza en la arena para ser felices. Otros somos felices luchando, sin tregua ni descanso, aunque sea en minoría, hasta el último aliento. La tragedia de nuestra Patria viene de lado de una izquierda que jamás supo estar a la altura de las circunstancias históricas, no tanto de una derecha lúcida que siempre supo qué hacer, al extremo de que ahora el pueblo tiene atravesado en la garganta al más habil reformista (no revolucionario) de todos los tiempos.
    En la Historia hay “pequeñas estaturas” que viven de fútiles recuerdos de cuando, siendo estudiantes, tiraban piedras contra los gobernantes de turno. A mi esos “detalles” casi se me han borrado de la memoria, me quedan si las huellas de las grandes batallas ideológicas en que he participado y a las que he asisitido. Largo sería detallarlas y no viene al caso, quizas un día, frente a una espumosa taza de café, podamos conversar.
    Si me pasaras un correo te haría llegar la segunda parte de esta reflexión sobre la izquierda en el Ecuador antes de que se publique, después viene una tercera. De todas maneras, mañana en la diereción que consigné al principio la puedes encontrar.
    Saludos de un luchador.

  7. Patricia: me he tomado un tiempo para seguir revisando tu interesante libro. En él investigas cómo se ha ido formando el Estado nacional en el Ecuador, tomando en cuenta la voluntad de cinco mandatarios que, a tu parecer, son los más representativos de nuestra Historia. Trasladas a la Historia los fundamentos de la neurociencia para tratar de explicarla. A pesar de ser “novedosa” esta teoría no deja de coincidir con otras, más antiguas, que ven a la sociedad como una máquina o que la comparan con un organismo biológico, en los cuales, la jerarquía de las piezas y su distribución lo explican todo. Creo que en esta época de la cuántica y el pensamiento sistémico esas concepciones están en desventaja.

    Me parece que la neurociencia aplicada a la Historia no supera enfoques mucho más coherentes en su lógica interna. No me cabe duda que la personalidad de los líderes juega un importante papel, pero sólo si se entiende que esas personalidades están hechas, invariablemente, por la capacidad que el individuo tiene para captar las contradicciones de la época en que le tocó vivir. Bolívar, por ejemplo, sintetizó las contradicciones de su época. Su voluntad aceleró el avance de la Historia y por eso ahora los pueblos latinoamericanos lo reconocemos como padre de nuestra libertad. Igual sucede con los cinco personajes de tu estudio, pero el caso de García Moreno sirve para contradecir tu propio estudio, si te fijas. Dotado de una voluntad portentosa, quiso “modernizar” el Ecuador manteniendo los fundamentos productivos de la colonia en un momento que la historia proyectaba la economía mundial al desarrollo del capitalismo. Aisló al Ecuador del contexto general y nos hizo perder más de un siglo. No es el caso de Alfaro, su personalidad sintetizaba las fuerzas impulsoras de la Historia y fue el artífice de la única revolución auténtica que ha habido en el Ecuador, si no fue más allá, fue porque las fuerzas ciegas de la colonia y del naciente interés económico se lo impidieron; Correa dice que es el continuador del proyecto trunco de Alfaro y no me cabe duda de que tiene razón, pero su límite está en ese proyecto, precisamente. Al igual que García Moreno, Correa no está capacitado para trascender los límites del Estado-nación y no podrá abrir las puertas a otro tipo de sociedad que en nuestra época equivale a otro tipo de civilización, para eso vendrán otros líderes que sintetizarán genialmente las contradicciones de nuestra época y proyectarán la sociedad al futuro.

    En fin, creo que tu esfuerzo ha tomado por un camino que no lleva a puerto seguro, pero mientras más honesta sea la búsqueda se encontrará el camino correcto. Mucho sugiere tu libro y creo que se deben seguir discutiendo estos temas que nuestra “fauna” política, correista o no, se empeña en ignorar.

    Un fuerte abrazo de este luchador. Saludos.

    • Gracias por tomarte tiempo para leer.
      1. El libro es interdisciplinario. La historia es un instrumento muy valioso. Sin ella no se podría estudiar los procesos que atraviesa el análisis.
      2. No es trasladar la historia a la neurociencia, sino al revés, la utiliza. La óptica es diferente.
      3. En efecto no es novedosa, por ello digo que Hobbes, por ejemplo, en el Leviatan, compara el Estado como un organismo humano, cabeza, tronco y extremidades. Lo novedoso es que los paradigmas tanto de las ciencias naturales y sociales empiezan a mirarse mutuamente, y en este sentido, las teoría sistemica, la de la complejidad son poco usadas para reflexionar el fenómeno politico. Buscar en el Ecuador análisis desde esta óptica teorica es muy escasa.
      4. Respecto de modernización y contradicción en García Moreno lo leeré nuevamente para encontrarla.
      Lo que no hay que perder de vista y es eje central en la investigación es la construcción del Estado NACIONAL, de la Republica.
      García Moreno yAlfaro más allá de sus ideologías, conservadora o liberal tienen el mismo fin: lo nacional.
      5. Si, la de Alfaro es una revolución genuina. No hay que olvidar que a los 2 les asesinaron. Al uno, las fuerzas liberales y al otro, las fuerzas conservadores, ( iglesia, masonería, etc)
      6. Los acontecimientos son lo que fueron en los contextos de la Epoca. Son procesos.
      7. Te preguntó: en que consiste y porque tienen que trascender a los límites del estado nación?
      Yo creo que es necesario tener un estado nacional fuerte, como condición básica para el bienestar de todos, la equidad, la justicia para tener paz. Los Estados escandinavos son un ejemplo.
      En este sentido el liberalismo político que tienen diferentes matices de acuerdo al contexto de cada sociedad, va lidiando entre sociedades feudales, semifeudales. Ecuador no ha logrado todavía superar una noción de autoridad populista y autoritaria, paternalista, por ello este problema no esta en los gobernantes sino en quien los elige. Si se dice que Correa es populista, la respuesta adecuada, es mirarnos a nosotros mismos, los ecuatorianos.

      8. Por eso el trascender a otro tipo de sociedades, no depende exclusivamente del presidente, el cambio esta en los mapas mentales de los ecuatorianos. Esta por verse si la réforma radical de la educación como política estatal de este gobierno, logra ese objetivo.
      Recordaba que me educaron desde niña a detestar a los peruanos, mis cuadernos tenían el slogan: el Ecuador, es y será pais Amazónico y admirar al niño héroe. Hoy en la educación hay otros paradigmas como el Buen Vivir. Esto esta regado en todo el sistema educativo. Cual es el mejor? Cual trasciende los límites del Estado nacional ? Son temas de reflexión.

      No investigue con la intención de llegar a un puerto seguro. Tan solo para salir del entrampamiento de como la ciencia social y las ideologías operan en este momento en el Ecuador.
      Por ejemplo, haz realizado un buen documento sobre porque la izquierda perdió en este trayecto de tanto años. Yo diría que no perdió , que fue parte de un momento histórico, con entornos internacionales de cambios en el mundo. La sangre derramada en América latina no ha sido inútil. Lo interesante seria en encontrar y descubrí lo que ella insidio.
      Hacer una estado de la cuestión de la misma es adecuado pero no suficiente.
      El cerebro humano guarda el pasado, tiene memoria, pero olvida. El cerebro humano, es impredecible, y es manipulador. Pero vivir anclado al pasado, es un bloqueo, tanto humano como colectivo. Y la cultura cumple esa función porque hay practicas, forma de hacer las cosas que ya no son viables porque el entorno cambio.

      En este sentido la metáfora con el cerebro es útil y necesaria. Si están por ahora en desventaja la cuántica y la teoría de sistemas. Habrá que ver como sigue el desarrollo de la neuropolitica,

      Muchos saludos y aguardo tu tercera entrega. Seria bueno una conversación con mas personas. Mi correo es aguamar@uio.satnet.net

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