02 mayo 2014
Estuve el primero de mayo de 2012 en Bogotá y observé la marcha del día del trabajo. En la Plaza Bolívar se reunieron quizá más de 20.000 manifestantes y unos 2.000 policías en un impresionante despliegue de control acompañado de una llovizna persistente. Entre los manifestantes, la mayoría eran trabajadores públicos y de los servicios junto a escasos grupos de trabajadores industriales. Como esta fecha evidencia el despliegue de la izquierda, era muy notorio el Polo Democrático y la Juventud Comunista. No faltaban trostskistas y maoístas. Algunos militantes del Partido Comunista de Colombia-M se habían puesto caretas de Mao y Stalin. Aparecían también contingentes juveniles de anarquistas y skin heads declaradamente anti fascistas; no faltaban punks.
También se habían sumado a la marcha grupos de baile costeño que mostraban fragmentos de la música y baile del Caribe colombiano. Un afro con casco de minero portaba una bandera blanca con los números 666 y daba el encuentro a los manifestantes. Entre el público observador muchos militantes y sindicalistas con el pelo encanecido. Todavía se cantó La internacional, cuya letra casi no recuerdo. Muy notoria la multitud de vendedores ambulantes que vendían de todo. Algo curioso: se ofrecía en venta caretas de Anonymous. Cuando sonó el Himno Nacional de Colombia, el público parecía tener presente la metida de pata de Shakira cuando en la Cumbre de las Américas dijo la libertad de “ublime” en lugar de “la libertad sublime” equivocándose al cantar la canción patriaen Cartagena.
Entre los sindicalistas alguien con megáfono daba consignas que se respondían con viva! viva! viva!, o abajo! abajo! abajo!, un coro que se repetía tres veces meticulosamente. Los discursos de los dirigentes sindicales insistían mucho sobre demandas contra la precarización del empleo, las libertades sindicales y su descontento con el TLC. Mucha gente solo se quedaba un instante en la plaza, hacia acto de presencia y luego se marchaba.
La lluvia tenue se aplacó y por las paredes y puertas de los edificios Carrera 7 aparecieron muchos gaffitis con los símbolos de los ácratas y los grupos guerrilleros que así mostraron también se presencia en la marcha.Unos conatos de incidentes fueron rápidamente disueltos por la policía.
Si el primero de mayo es un día que expresa una tradición de izquierda con las demandas laborales por delante, es también un modo de mostrar los múltiples rostros de quienes están descontentos. Un día atado a la memoria histórica de las conmemoraciones de los de abajo que desde tan diversas posiciones hacen de un antiguo ritual una manera de mantenerse vigentes.
