Hoy, los pueblos ancestrales y los pueblos afrodescendientes, montubios y mestizos, herederos de un legado de resistencia, son los principales defensores del agua frente al abuso del poder que privilegia la minería o los grandes proyectos agrícolas, ganaderos e industriales, antes que la defensa de la vida, la soberanía alimentaria, la integridad y armonía de la Madre Tierra.