Hoy, intentamos construir otro país. Uno en el que tengamos cabida todos; uno en el que gobiernen ellas, porque ellos nunca pudieron. Hoy, sin embargo, no dejo de maldecir con todas las fuerzas a todos aquellos que nos destrozaron. No nos vamos a olvidar de los Noboa, los Lassos, los Nebotces, los Paula Romos y todos sus acólitos de tinta, cámara y micrófono. Nunca. Por lo menos nos quedará la memoria.