Resulta que nos venden como solución el caduco y anticuado recetario neoliberal de los 90: eliminar el subsidio a los combustibles, aceptar los recortes en la educación y salud públicas y pagar puntualmente la deuda externa –así nos quedemos sin liquidez en tiempos de una megacrisis–.
Con bombos y platillos los dadivosos y caritativos bancos decían que donaban alrededor de unos 30 millones de dólares para “salvar vidas”. Casi todos aplaudían y vitoreaban semejante desprendimiento de los solidarios banqueros. Algo, que para ellos es solo una canita al aire, luego de haber ganado el año pasado 600 millones de dólares, es decir, su solidaridad alcanza apenas al 5% de esa suma.