Pedir cooperación internacional para la lucha contra el crimen organizado es una clara muestra de debilidad institucional, incluso poniendo en duda la capacidad de las Fuerzas Armadas del Ecuador. La improvisación se ha convertido en el proyecto de Gobierno de un presidente al que le quedó alto el cargo, por más plataformas (físicas o virtuales) que utilice para divisar mejor el horizonte devastador que ha generado.