Un tema altamente controversial durante la pandemia han sido las cuarentenas. Solo después de casi un año de haberse aplicado indiscriminadamente, (algunos países tuvieron 5 meses de confinamiento seguidos o más), David Nabarro, encargado europeo de la Organización Mundial de la Salud, indica: “en la Organización Mundial de la Salud no abogamos por las cuarentenas como el principal medio de control de este virus”, debido a que “demasiadas restricciones dañan los medios de subsistencia de las personas y provocan resentimiento”. Igualmente, sostiene que la disponen “para reorganizar, reagrupar y reequilibrar sus recursos, y para proteger a los trabajadores de la salud que están agotados. Pero, en general, preferimos no hacerlo”.
Por Tomás Rodríguez León*
Se comprende mejor la situación pandémica si se reconoce la relación de los sistemas locales con las agencias internacionales de salud,...
El coronavirus ha producido un nuevo cambio en la política ecuatoriana. Si el Paro de Octubre detuvo la implementación de la subida de los combustibles, la coyuntura actual es un shock que profundiza el autoritarismo y la escalada neoliberal.
Orden, disciplina y control son las grandes tentaciones del poder político. Suponen una condición ideal para gobernar, es decir, para conducir a una sociedad hacia donde alguien creer que debe llegar. El gobierno y sus cortesanos piensan que con las decisiones que están tomando nos alejarán de la catástrofe del coronavirus.
La medida de cuarentena adoptada por todos los países ha hecho visibles muchos problemas que atraviesa América Latina y no son de ahora: esta región siempre ha sufrido el embate de problemas sociales.
En Ecuador, desde que tiene efecto el actual estado de excepción, la Fiscalía ha registrado 500 denuncias por violencia doméstica. Sin embargo, expertas de casas de acogida entre Quito, Cuenca y Guayaquil advierten: muchas mujeres no llaman, porque tienen a sus agresores cerca.