Para algunos pensadores griegos, el debate era un intercambio de ideas y opiniones para intentar llegar a un punto medio de la discusión, pero según el CNE (Consejo Nacional Electoral) del Ecuador, un debate es un juego de preguntas y respuestas con tiempo cronometrado, sobrecitos de colores en parejas, e interrupciones cuando un candidato quiera opinar fuera del tictac del segundero. En otras palabras, una especie de “Juego del Calamar” criollo.