El viernes 17 de julio, a través del decreto 1059, el gobierno nacional extendió la agonía de la Empresa de Medios Públicos. Su gerente, Edison Toro, anunció, mediante rueda de prensa, que “los medios públicos no desaparecerán”.
Uno de los signos de estos tiempos es la guerra contra el trabajo. Y, la epidemia, con su secuela de temor, ansiedad y desesperación, les vino “como anillo al dedo” (la frase es de un alto funcionario gubernamental) para lanzar sobre las clases laboriosas los golpes salvajes y despiadados que la resistencia popular contuvo desde 1981.
Hemos pasado de una época en la que se intentó transformar a los funcionarios estatales en militantes del partido de gobierno, a otra caracterizada por el desprecio de los ciudadanos –exteriorizado en redes sociales con insultos y generalidades canallescas– que los asocia como los únicos causantes del descalabro económico de la república.
Análisis sobre las medidas de confinamiento necesarias para enfrentar la crisis mundial del coronavirus y sus consecuencias en el mercado laboral. La Organización Internacional de Trabajadores (OIT) en sus previsiones, establece que en los países de Latinoamérica se han perdido hasta el momento 14 millones de empleos.