Aprovechándose del pánico al contagio del virus y el toque de queda que logra encerrar a la mayoría de ecuatorianos, bajo la represión policial, militar y mediática, el gobierno de Lenín Moreno propone un nuevo sacrificio a los más golpeados por los bajos ingresos, la precariedad y el capital depredador, a pretexto de ocuparse de los más “vulnerables” y “la emergencia sanitaria, económica y social”.