e creen, miren a su banco de confianza. Ese, al que llaman Bankchincha. Ese, al que llaman Banquegas. Ese, que cobra unos intereses como para de una vez dormirse en el ataúd a corto plazo. Ese banquito que se hace de la vista fidel con cientos de clientes que han sido estafados. Así es, no quieren responder por la vulneración a su sistema informático, y muchos se quedaron sin su dinero, ese dinero que le confiaron a Don Naza con pedigrí o con Egacrí. Da lo mismo.