Entre el domingo 16 y el domingo 17 de junio de 2024 se registraron fuertes temporales de lluvia en gran parte del Ecuador, con precipitaciones que provocaron la crecida o el desbordamiento de varios ríos; y deslaves que afectaron a más de la mitad de las provincias del país. Como consecuencia, se reportó la muerte de 13 personas, otras 24 con heridas de diversa gravedad, un número todavía indeterminado de desaparecidos y alrededor de mil evacuados.
Es innegable, a pesar de todos los intentos de encubrimiento, el daño que la extracción petrolera ha hecho a los territorios de los pueblos ancestrales e históricos que habitan en la Amazonía ecuatoriana, así como a la propia naturaleza y a las especies animales y vegetales que la constituyen.