Las movilizaciones de Colombia entre octubre y diciembre de 2019 fueron truncadas por la pandemia. Un sinnúmero de demandas se fueron acumulando ante un gobierno que se ha hecho de oídos sordos ante la pobreza, el desempleo, la insalubridad y la carestía de la vida. Según el Observatorio de Conflictos, Paz y Derechos Humanos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), solo en 2020 fueron asesinados 290 líderes sociales por el paramilitarismo y las fuerzas represivas. Un promedio de seis dirigentes campesinos e indígenas muertos por semana, sobre todo por conflicto de tierras. Además hay miles de heridos y constantes amenazas.