Tras los inesperados resultados electorales del 11 de abril, lo que se puede esperar del nuevo gobierno, es la continuidad. Se mantendrá la continuidad de las políticas económicas neoliberales de ajuste estructural, privatizaciones, desregulación de los mercados y aperturismo comercial indiscriminado, medidas que fueron iniciadas por el régimen de Lenín Moreno. Guillermo Lasso profundizará el proceso destituyente: desmantelará la institucionalidad pública definida por la Constitución vigente, –que impulsó Moreno con la Consulta Popular de 2018 y que se concretaron con las acciones inconstitucionales de Julio César Trujillo–; mantendrá su alineamiento incondicional de respaldo a la política estadounidense para la región latinoamericana y el planeta de “guerra híbrida” contra las naciones y procesos que sean contrarios a sus intereses y de recuperación de los territorios que conforman su patio trasero, para acceder a los recursos naturales, energéticos, mercados y trabajo barato. La “heredad imperial”.