Despensas vacías. Llamadas de los bancos solicitando el pago de las cuentas pendientes y ofreciendo convenios y reprogramaciones para la cancelación de las deudas contraídas. Mandiles blancos colgados a las afueras de los hospitales públicos. Docentes en huelga que decidieron, previa explicación a sus estudiantes, suspender las clases. Servidores públicos de toda índole impagos y, pese a ello, laborando – salvo excepciones y “vivarachos” – más que antes, bajo los alicientes morales de que “al menos tienen trabajo” o “hay que ponerse la camiseta”, aunque el derecho a recibir puntualmente sus sueldos ha sido violentado.
En los partidos políticos no están los hombres y mujeres con las mayores y mejores cualidades y condiciones. Mas bien, esta gente se aleja de los partidos políticos porque consideran que son un antro de lo más insulso, donde están los vampiros que quieren vampirizar a todos, de aquellos que quieren entrar a la disputa sucia para arrancharse el poder, de quienes gustan de las batallas de gallos para sacarse los pellejos y hasta los ojos por llegar a lo más alto de una dignidad y así engrandecer su ego y de paso su bolsillo.
Según un reportaje del Financial Times de 22 de junio de 2020, Ecuador sería uno de los países de peor desempeño frente a la pandemia, al registrar en 2020 un incremento del número de decesos por semana (por todas las causas) de 122%, en relación con años anteriores.