¿Por qué podría yo cometer la herejía de plantear una analogía entre Guayaquil y la infame Salò de Pasolini? Lo que está ocurriendo ahora en Guayaquil me recordó a la escena final de Salò, después de que los esclavos sexuales rebeldes sean torturados de formas indescriptibles por los guardias. Mientras la tortura se perpetraba, el duque, el presidente y el magistrado la observaban con unos binoculares, excitándose por la perversión. Al mismo tiempo, dentro de la mansión, los guardias danzaban al ritmo de un vals que callaba los gritos de los torturados.
Guayaquil fue el epicentro de la pandemia y Omar Jaén Lynch estaba en medio de él. Después de haber perdido a su tío, empezó la búsqueda por el cuerpo. Relatamos la odisea de una familia guayaquileña que se despidió de su ser querido, sin estar segura de si el sepultado era el correcto.
Contra el coronavirus hay que lavarse las manos, dicen. En los suburbios de Guayaquil, con el agua que dejan los tanqueros, se bañan, limpian, beben, cocinan. El 7% de los guayaquileños no tiene acceso al agua potable. Y aunque esta pandemia no discrimina a quién infectar, al parecer sí lo hace en cuanto a quién decide matar: aquellos que son vulnerables por estilos de vidas precarios e insalubres.
A partir de la crisis sanitaria generada por la covid-19, Ecuador nos ofrece hoy un espejo reluciente de cómo se puede observar el fenómeno acerca del Estado fallido vs. iniciativas comunitarias.
La crisis del coronavirus es mayúscula. Configura, sin duda alguna, la mayor prueba para la sociedad humana globalizada. Y para Ecuador, un pequeño país colgado de la Cordillera de los Andes, el reto resulta descomunal.
Con el slogan “Actuemos solidariamente en tiempos de coronavirus. Tu donación marca la diferencia”, Fundamedios junto a organizaciones de la sociedad civil como SOS Familias Guayaquil, Nos Faltan 3, Chicas Poderosas y Periodistas sin Cadenas recolectaron fondos para los trabajadores de la prensa afectados por la pandemia de covid-19 en la ciudad de Guayaquil.
Con bombos y platillos los dadivosos y caritativos bancos decían que donaban alrededor de unos 30 millones de dólares para “salvar vidas”. Casi todos aplaudían y vitoreaban semejante desprendimiento de los solidarios banqueros. Algo, que para ellos es solo una canita al aire, luego de haber ganado el año pasado 600 millones de dólares, es decir, su solidaridad alcanza apenas al 5% de esa suma.
No es de sorprenderse que la ciudad más desigual del Ecuador, Guayaquil, sea la que encabeza el número de contagiados y muertos por coronavirus. Análisis de la abogada Adriana Rodríguez sobre las diferentes aristas del caso.
Análisis de las acciones de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, en los primeros días de la pandemia por coronavirus. Del bloqueo de la pista del aeropuerto de la ciudad al supuesto contagio de covid-19 sufrido por Viteri, Alfredo Espinosa Rodríguez desmenuza sus arbitrariedades y torpezas en el manejo de la situación.
Durante diez años se amplificó una agria disputa entre la propuesta del modelo populista clientelar del correato y aquella del modelo empresarial socialcristiano aplicado en Guayaquil. Las descalificaciones mutuas fueron el pan de cada día y el principal argumento para defender una u otra propuesta. A la luz de la situación actual, constatamos que ninguno de los dos modelos funcionó.
03 de noviembre 2016
“Si sólo se dieran limosnas por piedad, todos los mendigos hubieran ya muerto de hambre.” Friedrich Nietzsche
“Los ricos tienen dietas, los...