Es un relato poético, a pesar de llevarnos hacia un espacio íntimo a través de algunos recursos como la memoria del cuerpo que está fuertemente marcado por la realidad cruda y dura. La historia alcanza su mejor tono con el enojo, sin aspavientos, con el que se dirige al detestable mundo que las excluye y las violenta; y, con el gesto sensible con el que ellas, las malas, pueden hacerse cargo de aquello que ese mismo mundo se resiste a acoger.