En la región noreste de Sudáfrica, el Transvaal, viven los Bapedi. Son un pueblo paradójico: uno de los grupos étnicos más castigados por la discriminación y la violencia racial institucionalizada, tiene sin embargo una música tradicional festiva y alegre. Cuando Zenzile Miriam Makeba los conoció, siendo apenas una adolescente, se enamoró de ese rasgo que ella compartía desde pequeña, en un país donde las rejas y los golpes oscurecían los sueños de la inmensa mayoría. “Cuando niña, me gustaba trepar a los árboles y ponerme a cantar. Me imaginaba que era un pájaro y volaba…”, recordaba.