Hace años que el sistema de salud en Ecuador funciona cerca del colapso. Peor ahora con la pandemia del covid-19. Crónica sobre las malas condiciones laborales en el sector sanitario, las protestas de lxs trabajadorxs y los mecanismos de control y represión oficiales.
En Ecuador, desde que tiene efecto el actual estado de excepción, la Fiscalía ha registrado 500 denuncias por violencia doméstica. Sin embargo, expertas de casas de acogida entre Quito, Cuenca y Guayaquil advierten: muchas mujeres no llaman, porque tienen a sus agresores cerca.
Sobre el nuevo coronavirus y su comportamiento en el organismo del humano todavía se sabe poco. Lo que sí se sabe es que los virus son parte de la vida en el planeta Tierra. Nuestros propios cuerpos están llenos de ellos. Lo que nos protege es nuestro sistema inmunológico y la fortaleza de este sistema no depende únicamente de cómo nos cuidamos a nosotros mismos, sino a la Tierra como organismo vivo.
La crisis sanitaria pone en evidencia que la normalidad como la conocemos tendrá un destino trágico si no se hace algo al respecto, es ahí donde el problema se vuelve una oportunidad, en opinión de Acosta. ¿Cuál sería la oportunidad?
La falta de recursos, la mala nutrición y el bajo acceso al sistema de salud pone en riesgo a los grupos empobrecidos del Ecuador: no solamente son más propensos a contagiarse de covid-19, sino que su índice de mortalidad es mucho más alto. La emergencia sanitaria por la que atraviesa el país incrementará las desigualdades socioeconómicas.
El temor a una posible infección con el nuevo coronavirus alertó también a las comunidades indígenas del Ecuador. Dirigentes hacen un llamado al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional para que se les incluya en sus comisiones. Lo que está en juego es la sobrevivencia de pueblos y nacionalidades enteras.
El covid-19 preocupa a las comunidades indígenas y campesinas del Ecuador. Leonidas Iza Salazar, presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi habla sobre la emergencia sanitaria en las comunidades, el rol del Estado en torno a la producción agrícola y la importancia de suspender el pago de los créditos para toda la ciudadanía.
Desde el pasado lunes 16 de marzo, el gobierno ecuatoriano impuso medidas obligatorias para restringir la libre movilidad de los ciudadanos. Pero hay familias que no se pueden quedar en casa, pues si no salen a la calle, no logran sobrevivir. Relatos en primera persona de quienes viven el "#QuédateEnCasa" como una amenaza a su subsistencia diaria.
Lxs trabajadorxs del Mercado San Roque, como tantas otras personas, no pueden quedarse en casa para protegerse del covid-19: deben arriesgarse para procurar el sustento diario de sus familias. En este fotorreportaje, Luis Herrera R. nos presenta la realidad de un sector tan desprotegido como olvidado.