Hugo Noboa
17 marzo 2025
Y sus seguidores también. Su ejército de trolls y los fanáticos anti-correistas que le siguen, ya no usan ese forzado humor...
Raúl Borja N.
24 febrero 2025
En el juego del Cuarenta (Made in Ecuador), lograr 38 puntos provoca un grito con
sabor agridulce: ¡Treintaiocho que no juega!...
La limitada astucia política y las aspiraciones de grandeza del presidente de Ecuador han creado un personaje que no es ni una, ni otra cosa, cimentando su intrascendencia internacional.
Opinion*
Por Jaime Chuchuca Serrano
15 enero 2024
El objetivo de la élite en el poder es acabar con el Estado constitucional de derechos y justicia; una...
Opinion*
Por Gladys Montaluisa.
12 de enero 2024
En estos días, cuando finaliza un año y comienza uno nuevo, he esperado serena, quieta, pero emputadamente atenta a...
Mucho se ha escrito, se ha publicado y se ha opinado sobre el caso “Los 4 de Guayaquil”, y lo positivo, por no decir lo único, es que mantiene fresco el evento y ejerce presión sobre las autoridades; sin embargo, el tratamiento de la “noticia” por parte de los periodistas, sobre todo de los medios tradicionales, no ha sido el más acertado.
En los últimos años, el gobierno venezolano ha emprendido una serie de reformas económicas. En el laberinto de esta «perestroika» criolla, elites nuevas y viejas se encuentran. Nicolás Maduro devolvió empresas y bienes expropiados en la época de Hugo Chávez y entabló un nuevo vínculo con Fedecámaras, el gremio empresarial otrora virulentamente opositor, mientras que casos como PDVSA-Cripto dieron lugar a purgas dentro del campo bolivariano.
A Mario Vargas Llosa no le interesa precisar que los romanos invadieron el territorio de lo que hoy se llama España y que les impusieron el latín, de donde surgieron el castellano, el catalán, el gallego, el valenciano, el asturiano, etc. Siendo totalmente falso que en España, en referencia al castellano, es “la tierra donde aquella lengua nació y evolucionó”, o la mentirosa frase: “El español, la lengua que nació en Castilla”.
Yo, que tengo la misma edad que Don Diego Oquendo, les tengo dicho a los verdugos de mis hijos: si ven que desvarío constantemente, si quedo en ridículo tres veces por semana y antes que cante el gallo; por dios, ya no me dejen hablar cualquier cosa, quítenme la computadora, bloquéenme el facebook y el twitter. Hay que envejecer con dignidad.
Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo, (OIT), 305 millones de personas perderán en todo el mundo sus empleos a tiempo completo, a causa de las medidas de confinamiento que aplican los gobiernos para hacer frente a la pandemia del covid-19.
Frente a la pandemia del coronavirus hay gobiernos y gobernantes que no se percatan de la magnitud del problema. Como los nuestros. El desorden y la improvisación han llegado a tal extremo que pudieran conducirnos a un colapso nacional.
Las declaraciones y recomendaciones de los voceros de los banqueros y los grandes empresarios, los proyectos de ley presentados y los anuncios gubernamentales están en la línea de los compromisos que en marzo del año pasado el gobierno suscribió con el Fondo Monetario Internacional: disminución de la masa salarial en el sector público, eliminación de los subsidios de los combustibles, reformas en el sistema tributario, reforma que flexibilice las relaciones laborales, afectación a la capacidad adquisitiva de los trabajadores.
La única forma conocida hasta el momento para salir de la pandemia (China, Corea del Sur, Nueva Zelanda) es el confinamiento planificado, lo que al mismo tiempo significa que la población confinada deje de producir riqueza económica inmediata, pero que sus necesidades sean satisfechas por el Estado. Otros países como Italia, España y EEUU se saltaron las restricciones y ya conocemos el desastre humanitario desatado.