Se ha dicho que los gobiernos progresistas de América Latina no lograron crear una cultura (conciencia, ideología, valores, expectativas de vida, imaginarios, modalidades de consumo, utopías, etc.) que correspondiera a los logros económicos, políticos, sociales, que promovieron. La tesis no es tan cierta en el caso del ex presidente, Rafael Correa, quien a través de la pedagogía social de las sabatinas estuvo a punto de lograr que ciertos valores fraguaran en el alma de los sectores sociales medios y bajos.