Y aquí les dejo mi testamento, medio en prosa, medio en verso, pero igual de justo y generoso con los que destruyen la nación al revés y al derecho. Sabrán disculpar los adjetivos de espeso calibre y lo macabro de mis deseos. Pero como ya estoy de partida, el texto debe ser contundente, para que los aludidos entiendan que, con la burla y la risa nos vengamos de quienes han jodido al Ecuador.