Las disputas públicas desenmascaran cómo la esfera de la política es la arena donde se proyectan los miedos y las esperanzas de las personas, aunque no obstante, estas disputas parecen resolverse siempre de forma clandestina y secreta, generando estrategias donde lo evidente no es la verdad y lo que permanece oculto es la realidad que termina imponiéndose.