Desde chiquita quería ser Presidenta. Dicen que su abuelo la convenció de aquello, y ella, desde ese momento, solo soñaba con una banda presidencial que bajaba del árbol más grande de Loja; y, claro, María Paula, trepaba y trepaba hasta llegar a la cúspide. Contó el sueño a medio mundo y, desde ese instante, sus conocidos le dicen “la trepadora”.
Las sociedades humanas, viven todas las luchas por el poder y esa es su desgracia. Autoridades, autócratas, jerarquías y oligarquías arremeten a colectivos humanos...