ANÁLISIS | BOLIVIA: BALANCE DEL PROCESO DE CAMBIO EN 2012 Y RETOS A FUTURO
Gara <www.gara.naiz.info>
13 enero. 2013
El analista y militante del proceso de cambio en Bolivia, Katu Arkonada valora lo que ha dado de sí 2012 y desgrana los retos que afronta el Gobierno de Evo Morales en el proceso de transformación que vive el país, colonizado y saqueado durante siglos.
El año pasado fue, sin ninguna duda, el año de la consulta en el TIPNIS, el año en el que, probablemente, el Gobierno perdió una batalla internacional contra una gran estrategia de marketing diseñada en las oficinas de cierta oposición y algunas ONGs, pero en el que ganó la guerra por la legitimidad en Bolivia.
El resultado fue contundente y no dejó lugar a dudas, de las 58 comunidades consultadas (84% de las mismas pues 11 se negaron a participar en la consulta), 55 de ellas (79%) aprobaron la construcción de la carretera.
Este resultado desmontó los análisis postmodernos y rousseaunianos que desconocían a la historia y los actores del TIPNIS, describiéndolos como los buenos salvajes que vivían en la selva sin necesitar nada más, y demostrándonos que la mayoría de las comunidades del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure demanda más Estado como forma de acceso a la salud y la educación. El conflicto no ha terminado y en los próximos dos años la oposición hará bandera electoral contra la construcción de una carretera en un país tan colonizado y saqueado que ni siquiera cuenta con conexión entre dos de sus nueve departamentos.
Pero 2012 también fue el año de la economía. Bolivia ha continuado creciendo a un ritmo de un 5,2% anual (por encima de la tasa de Brasil, México o Uruguay por ejemplo), y el PIB per cápita se ha incrementado en 2012 hasta los 2.238 dólares, el doble del que se tenía en 2006 (1.182). Si hablamos de comercio exterior, las exportaciones del primer semestre de 2012 superaron la totalidad de las exportaciones del año 2007, 5.068 millones de dólares frente a 4.822 millones, y las reservas internacionales ya han alcanzado los 14.000 millones de dólares, prácticamente un 50% del PIB boliviano, convirtiendo a Bolivia en el país con mayor nivel de reservas en porcentaje de PIB de toda la región latinoamericana.
Asimismo, la inversión pública superó en 2012 los 2.000 millones de dólares frente a los 879 millones de 2006, y todo ello con una deuda pública externa de 3.704 millones frente a los 4.947 millones de deuda en 2005. Hasta junio de 2012, tres de cada diez bolivianos se beneficiaron con el pago de transferencias directas condicionadas (bonos), provocando una redistribución de la riqueza que hizo bajar la pobreza prácticamente 12 puntos en 5 años (48.5% en 2011) y la extrema pobreza 13 puntos en el mismo periodo (24.3%). Reducción de la pobreza motivada también por el incremento en 2012 del salario mínimo a 1.000 bolivianos, frente a los 815 de 2011 o los 440 establecidos en 2005 cuando el MAS llegó al poder.
Otro elemento importante son los logros en materia de política exterior. Especialmente relevantes fueron los movimientos realizados en las negociaciones con Chile por el acceso soberano al mar y la demanda que Bolivia interpondrá en La Haya, así como la firma en Brasilia de adhesión al Mercosur, la quinta economía mundial, en calidad de miembro pleno.
También es de destacar el liderazgo de Bolivia al interior del ALBA y el G77+China en los foros de negociación multilateral como la Conferencia de Naciones Unidas de Desarrollo Sustentable Río+20 o la COP de Cambio Climático. Nunca antes Bolivia tuvo una política exterior soberana, cambiando además el paradigma de actuación diplomática neoliberal por el de la Diplomacia de los Pueblos.
No podemos finalizar este balance sin citar el caso de corrupción destapado en el Ministerio de Gobierno, que ya enfrentó de manera correcta el motín policial de junio y que ahora ha hecho lo que un Gobierno que lidera una revolución cultural y democrática debe hacer, actuar con contundencia deteniendo a todos los implicados, y seguir tirando del hilo, caiga quien caiga. Probablemente, no han salido a la luz (todavía) todas las ramificaciones del caso, pero por el bien del proceso deben salir, castigándose con la mayor dureza a cualquiera de los posibles implicados.
Retos para 2013-2014. A pesar de los recientes acontecimientos en Venezuela, la victoria de Chávez y la más que probable de Rafael Correa en Ecuador en febrero hacen que el proceso que se lleva adelante en Bolivia se vaya a ver más agredido aún si cabe por quienes se sienten amenazados por las políticas antiimperialistas y anticoloniales que lleva adelante el presidente Evo Morales.
No hay duda de que se van a invertir muchos esfuerzos (y dinero) en golpear a uno de los eslabones institucionalmente más débiles del ALBA y de los procesos de cambio en el continente, así como en tratar de consolidar una alternativa de oposición al Gobierno del MAS.
Un primer paso para seguir profundizando el proceso de cambio debería ser la victoria de Jessica Jordan, la candidata del MAS a la Gobernación del Beni. Una victoria en este departamento amazónico el próximo domingo sería un golpe definitivo a la Media Luna y a las aspiraciones de repetir en Bolivia el esquema venezolano de la Mesa de Unidad. No es nada fácil la victoria en una de las regiones más conservadoras de Bolivia donde el poder hacendal mantiene una gran capacidad de acción y movilización, pero el solo hecho de estar disputando el primer lugar es ya una victoria y una demostración de que las cosas están cambiando.
Otro elemento a no descuidar es el de las clases medias a quienes el MSM trata de acercarse con un discurso moderado y basado en la gestión. Sin embargo, la ejecución presupuestaria de la Municipalidad de La Paz gobernada por este partido de centro-izquierda en octubre de 2012 era de un 26%, cifra muy inferior al 50% de media ministerial, lo que nos permite concluir que si el MSM no es capaz de gestionar una Alcaldía, difícilmente va a poder gestionar un Estado. Pero dentro de esa capa de clases medias, y a la espera de los resultados del Censo de Población 2012, vamos a tener a centenares de miles de nuevos votantes que en 2009 eran demasiado jóvenes para votar y ahora necesitan ser seducidos con un discurso que tiene que ir mas allá de la propuesta de cambio, tiene que ir acompañado de un programa que les haga implicarse en la construcción de lo político en este país.
No se pueden descuidar las bases que han construido y consolidado el proceso de cambio. Puede que las bases más cercanas no estén en riesgo, pero es necesario afianzarlas, seguir ampliando el núcleo duro, los sectores populares y subalternos que son el ajayu de esta revolución, pues sin ellos la misma se derrumbaría, pedazo a pedazo, pero con ellos, podemos comenzar a pensar en la Agenda Patriótica 2025, en convertir esta revolución política y descolonizadora en una revolución económica post capitalista.