¿VOTARÁN POR LENÍN MORENO LOS QUE GANARON EN LA “DÉCADA GANADA”?
Marzo 14 de 2017
Es obvio que el bloque social y político que fue el soporte de la Revolución Ciudadana se fue modificando. Ese bloque tuvo dos rasgos: fue nacional y fue transversal a las clases sociales, es decir, que a diferencia de los partidos de la partidocracia que solo tenían base regional logró nacionalizar el voto y logró que pobres, sectores populares, clases medias y estratos altos apoyen de una manera homogénea a los candidatos de Alianza País.
Durante la “década ganada“ la pobreza bajó y la clase media se amplió. Si sumamos a los sectores altos, medios típicos y sectores bajos, sumaron casi el 70 % de la población. La sociedad se benefició por la movilidad social ascendente: muchos pobres salieron de la pobreza, los sectores populares se hicieron capas medias, aunque hay un estrato de vulnerables que pueden volver a caer en la pobreza y los de las capas medias altas también se beneficiaron. Hubo un sector importante que se benefició del acceso a los servicios públicos, de la educación, la salud y la seguridad social. Varias familias populares lograron que sus hijos lleguen a la universidad. En general se amplió el mercado interno y el mundo del consumo con los supermercados y los malls.
Hay un sector de la clase media que no solo tuvo altos sueldos en la empresa privada y el Estado, sino que logro tener una o dos viviendas y autos, hizo turismo internacional, sus hijos fueron a estudiar al extranjero y disfrutaron del vaporoso mundo del consumo y del confort. Un sector de esta amplia clase media, la de los estratos altos, votó por Alianza País durante una década, pero desde hace tres años comienza a votar por la derecha. Ya en el 2014 autoridades locales del PSC, CREO y SUMA fueron electos alcaldes en veinte de las principales ciudades, donde habitan estos sectores medios. Un sector medio alto estuvo detrás de las manifestaciones de las banderas negras y las protestas contra las salvaguardias así como de los proyectos de ley de herencias y plusvalía en el 2015 y hoy están apoyando a Lasso. Un ejemplo de esto es el norte de Quito, donde ganaron el candidato banquero y los asambleístas de CREO y SUMA.
Este sector que votó por Correa muchas veces, no encuentra en Moreno hoy un candidato que les atraiga. Moreno no es un sinónimo de éxito para estos sectores. Moreno puede ofrecer calidez, impulsar la Misión Espejo, ofrecer políticas sociales, pero no les ofrece seguir avanzando donde quieren: viajes a Miami, carros Audi, modas como la de Coco Chanel, acceso a universidades extranjeras como la Harvard University, en resumen, el sueño del confort y un nivel de vida como la que tiene la burguesía de este país.
Por ello tampoco el mensaje de la marcha del 8 de marzo contra el Feriado Bancario cala en este sector. Una marcha de 30.000 personas en las calles de Quito, que fue ignorada por los medios privados, tuvo la participación de organizaciones sociales, grupos de base de Alianza País y activistas verdeflex, parecía una marcha clasista del Primero de Mayo, con consignas en contra de la plutocracia y el Feriado Bancario. Pero la verdad es que el mensaje de la marcha, de sus consignas, símbolos y discursos, sirvió más para afirmar la cohesión de los partidarios de Moreno (unir filas que se habían fracturado en la primera vuelta y animar a los que participaron para seguir en la segunda vuelta) que para llegar con su mensaje a la amplia clase media quiteña.
Se está dando un nuevo giro histórico en las capas medias. La clase media fue progresista como consecuencia del Feriado Bancario. Allí, estos sectores se despertaron de la larga noche neoliberal y volvieron su mirada 180 % hacia los sectores populares e indígenas que venían organizando las protestas durante más de una década. La clase media se volvió a encontrar con las consignas nacionalistas y de justicia social, volvieron a cantar con Pueblo Nuevo. Pero luego de 18 años del Feriado giran su mirada y van hacia la derecha. Primero porque el discurso democratero de la derecha los seduce y Lasso los ha convencido de que Correa es un dictador (por cierto, este país no tiene idea de lo que es una dictadura como la de Pinochet o la de Videla, por eso se dejan comprar por la propaganda de Lasso).
A estas capas medias ya no les convence el tono confrontativo de Correa, tampoco les gusta los Inti-Illimani y Pueblo Nuevo, no les preocupa que vuelvan los banqueros y que manden en este país los medios de comunicación “corruptos”. Paradójicamente luego de 18 años, los sectores de la clase media que dieron un viraje para aliarse con el pueblo por el Feriado Bancario, hoy viran 180 % hacia la gran burguesía monopólica para abrir el camino de una nueva larga noche neoliberal.
Estos sectores medios -especialmente urbanos- ya ganaron en la década ganada y no quieren quedarse con la Revolución Ciudadana. No quieren quedarse en ese peldaño – eso es para la plebe-. Quieren ascender y Moreno no les convence. Quieren más y más. Paradójicamente, Lasso es ahora el representante del éxito. Este personaje tiene apellido aristocrático, construyó un relato de su vida como el de un hombre que viene de abajo, que se ha hecho a sí mismo y es un triunfador. Él es banquero, tiene familia y esposa, va a misa y ha llegado a la cima. ¡Qué más quiere un ecuatoriano!
Ahora muchos de ellos que viven desde la avenida Patria hacia el Labrador, y desde las colinas del Pichincha hasta Cumbayá, abandonan su progresismo que les retuvo junto al pueblo por 17 años y giran a la derecha. Por eso a ellos no les llega el mensaje de la concentración de la Plaza de Santo Domingo, ya no quieren un movimiento popular que huela a pueblo, ellos quieren el sueño pasteurizado, sin conflictos. Los que ganaron en la década ganada, no votarán por el que vota la plebe, votarán por el sueño que les ofrece el banquero.
La ingenuidad y la pobreza del análisis se ha entronizado en este blog. NO es como Ud. dice:
“Estos sectores medios -especialmente urbanos- ya ganaron en la década ganada y no quieren quedarse con la Revolución Ciudadana. No quieren quedarse en ese peldaño – eso es para la plebe-. Quieren ascender y Moreno no les convence. Quieren más y más. Paradójicamente, Lasso es ahora el representante del éxito.” Y lo dice sin fundamento alguno.
Yo pertenezco a la clase media y no voy a votar por Moreno por razones muy diferentes:
1. Es verdad que ha habido una mejoría en el nivel de consumo de las clases medias y también una reducción de la pobreza pero con un precio del petroleo promedio de $60-$70 e ingresos del estado de más de $200000 millones el resultado es realmente magro.
2. La inmensa corrupción del correato que ha llevado al colmo de construir una refinería fantasma por 1500 millones de dólares; sin contar la inmensa deuda del estado de más de 55 000 millones de dólares y la deuda al IESS de más de 25 000 millones.
3. Existen muchísimas razones más para no votar por Moreno pero no es una de ellas que:
“Moreno puede ofrecer calidez, impulsar la Misión Espejo, ofrecer políticas sociales…” sino que Moreno es un personaje corrupto que vivió becado en Ginebra y que sólo está haciendo el pobre papel del “policia bueno” del correato represor y corrupto.
Para que Ud. vea lo equivocado que Ud. está, vaya al repositorio de la Universidad Andina (no se si ya esté ahí) y vea en el estudio de Carlos Larrea en base a datos y modelos matemáticos como la clase media en la primera vuelta apoyó mayoritariamente a Moreno en la Sierra y en la Costa. Lasso recibió más apoyo de las calses bajas o muy altas.