El miércoles 17 de septiembre tendrán lugar dos actos públicos. Una festividad en la Plaza de la Independencia, auspiciada y financiada por el gobierno y una marcha convocada por sectores de izquierda y democráticos contrarios al régimen.
La festividad contará con conjuntos musicales y posiblemente será bailable, a la manera del correismo. Esta celebración oficial, que manipula emociones y está instrumentalizada por el poder, parece insustancial frente a la marcha, que levanta una significativa carga de memoria histórica y de nuevas reivindicaciones revolucionarias. Estarán presentes los indígenas, los obreros, los ecologistas, los servidores públicos, los médicos, los estudiantes. La marcha tiene un núcleo histórico, los sectores que son víctimas de reiteradas injusticias en el ámbito político, económico, social, cultural y ecológico.
Es posible que al festival concurra más gente que a la marcha, pero esto no es un motivo para ufanarse. Con dinero se puede llenar no solo una plaza. Lo que importa es que se tenga conciencia de las injusticias.
Deberíamos preguntar qué es lo que el gobierno va a celebrar, ¿acaso su reconciliación con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial? Como dice el economista Alfredo Castillo, “el FMI-BM en Latinoamérica fueron y son instrumentos de despojo con inequidad. Sus imposiciones tienen un solo resultado: la reproducción del subdesarrollo sostenido y sustentable”.
¿Quizás su decisión de explotar la reserva del ITT? Recordemos que los efectos de la destrucción de la biosfera implican no solo son negativos para esta, sino que amenazan con la extinción de pueblos milenarios y en ocultamiento voluntario, como los tagaeri y taromenani.
¿Será que se festejan los cambios que se han hecho a la Constitución de Montecristi? Pero hay que observar que semejantes variaciones y tergiversaciones no son aceptadas por la conciencia proletaria. No parece pertinente que se convoque a un festejo cuando la actitud de los gremios demuestra su inconformidad.
¿Acaso puede ser motivo de alborozo la liquidación de la Educación Intercultural Bilingüe? La Dirección de la Educación Intercultural Bilingüe se caracterizó por un notable contenido político autónomo y anticolonial.
¿Será la aprobación de la ley de recursos hídricos? Esta ley amenaza con arrasar las comunidades indígenas, con acabar sus valores sociales, su actividad laboral y cultural colectiva.
Si algo de lo dicho se va a festejar, no hay duda posible: se trata de un gobierno que se debate en contradicciones, de un gobierno que necesita un profundo y urgente autoanálisis para definirse. No hay nada que festejar, ni el socialismo del siglo XXI ni la revolución ciudadana.
Habrá la marcha y habrá el festejo. Dime a dónde irás y te diré quién eres.