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domingo, diciembre 22, 2024

A CRUCIFICAR LOS CONDONES. por Hugo Palacios (el búho)

 

ULTIMA HORA: La abstinencia sexual será obligatoria en los colegios. ¡Elé!
 

 
No sería nada raro que luego los que sabemos
se inventen una prueba de admisión virginal
para ingresar a las Universidades.
Y que le nombren Ministro de Educación al Monseñor Arregui.
La materia se llamará “abstinencia Patria”
 
óDespués de hacer público el nombre de la nueva Opus en el gobierno, de la flamante directora del Enipla, mi abuelita Rosa, que sabe de lo que habla, dijo que iba a mandar una carta a los Carondeletes. La transcribo:
“Señor Presidente, me molesta, que le haya parado bola a esa señora de apellido Opus o Dei o como se llame la bonitica. Mal le veo. A mí lo que me parece es que de tanto andar de revolucionarios han sufrido una especie de represión sexual. Por eso hacen cada bobada. Yamismo que el excelentísimo manda a importar unos dos mil profesores del Vaticano para que les instruyan sobre sexualidad a los chicos. Capaz es. No sería nada raro que luego los que sabemos se inventen una prueba de admisión virginal para ingresar a las Universidades. Y que le nombren Ministro de Educación al Monseñor Arregui. La materia se llamará “abstinencia Patria” y consistirá en plantear a los jóvenes que su cuerpo es una tierra sagrada, de honor y de hidalguía, que se abstuvo de sexo y no conoció el dolor. Cómo me enorgullece poder llamarte virgen, virgen, como mi madre, con infinito aleluya-amén.

Me han contado que esa señora Hernández se cubre los ojos cuando ve adolescentes acariciándose aquí y allá, y se tapa los oídos cuando le nombran un pene; imagínense lo que hará la pobre cuando le presenten un condón. Horror. Capaz que se santigua, no 35 sino tres veces más. No quiero imaginar cuando alguien le explique lo que significa 69. Ese rato tacha las teclas del celular que tengan esa numeración. Qué dirá la señora si le cuento que yo todavía me masturbo. ¡Jesús! ¿Y usted señora Hernández, se masturba? ¿Se masturbó alguna vez? Porque yo sí les digo a mis nietos que lo hagan, que conozcan su cuerpo, que sepan lo que les gusta y lo que es el placer. Y que se cuiden, y los métodos y los preservativos cuando ya las ganas le pegaron un tiro a la razón. Me va a tocar ir de campaña con mis amigas de tejido e ir a regalarles unos condoncitos a esos pobres que desconfían del sexo. Esa palabra creo está prohibida en Carondelet. En los ojos se les nota. Tanta mujer joven que se muere por practicarse abortos en clínicas clandestinas y éstos, porque no tienen otro calificativo, éstos, envés de solucionar el problema les quieren regalar una cruz de marca hernández.

¿Qué será? ¿Qué querrá ver el señor Presidente? Jóvenes yendo a misa como él y guardando la virginidad hasta que cumplan 35 años? Ya en serio, ¿a qué edad conoció lo que es el amor apasionado? ¿Por qué le espanta que los jóvenes tengan sexo o hagan el amor o follen o se hagan los toques? Claro que lo bueno sería que esperen unos añitos, pero la realidad anda en trole y no en auto nuevo. ¿Usted no se acuerda de cuando era joven? ¡Qué! ¿Se aguantaba las ganas mientras rezaba el rosario? ¿Y ahora, sigue amando? ¿O no? Porque dicen que cuando a un revolucionario en el poder se le empieza a caer el pelo es que ya colgó los botines… o lo que sea.

A prepararse jóvenes, que la educación sexual que les llegará al colegio será con sotana. Mejor no les cuento cuando esa señora Hernández y sus amigos les visiten. Capaz que les dice que los homosexuales son enfermos, que los que practican la sexualidad libremente son unos judas, unos Caifaces, unos pícaros por el camino del mal. Les contarán que el placer no existe en el cuerpo, que esa palabra solo existe cuando se hace la primera comunión. Les exigirán que aprendan de su Presidente casi virgen; les jurará que masturbarse hace daño a las falanges, que darse una mucha con lengua es cosa de desadaptados sociales y que los condones son el cuco disfrazado de cucurucho.

Pobrecita la señora. Tener que pelearse con esos temas raros, asquerosos. Pero más difícil va a ser tener que lidiar con el círculo de Carondelet, porque aquí en confianza, los que analizamos el rostro y los gestos no verbales, enseguidita nos damos cuenta que, por ejemplo, los Alvarado parecen condones con sonrisa mal hecha; el abogado, hoy revolucionario y ayer febrescorderista, una pinta de t de cobre a más no poder; el Elhers mejor ni hablemos, por eso anda solo con su sombrero de paja toquilla… El Ochoa, ese es el peor, es como ver pornografía con lentes de aumento.

A persignarse jóvenes, que los moralistas de cuarto de hora, envés de educación, les obsequiarán una cruz. Amén.”

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