En Australia más de 500 millones de animales han muerto por los incendios desde septiembre de 2019. Las autoridades buscan culpables en posibles pirómanos, pero ese no es el fundamento del problema.
El método capitalista de explotación, el extractivismo agresivo de los recursos naturales, la tala indiscriminada de los bosques, la extinción masiva de los sistemas biodiversos son las causas reales de los incendios. Las organizaciones sociales ya habían anticipado los peligros que corría el país por el aumento de las oleadas de calor y combustión fósil.
Donald Trump empezó el año de modo apocalíptico. EE.UU. atacó de nuevo medio oriente e Irán perdió a Soleimani. El asesinato del general, no es más que un señuelo lanzado por el imperialismo para iniciar la guerra de invasión contra Irán. El objetivo es crear un periodo de bonanza económica de los hidrocarburos. En un día, el barril de petróleo subió el 4%, en un par de semanas las ganancias serán abismales. El gobierno iraní ha caído en la trampa. La prensa internacional ha reportado el ataque a una base estadounidense en Irak con 80 víctimas mortales.
Hace poco, los incendios en la Amazonía brasileña y boliviana nos indicaron la gravedad de los desastres naturales para el globo, pero las políticas de los gobiernos fueron casi nulas. Los países amazónicos han profundizado la expansión de la frontera agrícola, petrolera y minera. Los Estados no buscan soluciones al calentamiento global y las calamidades naturales pueden tomar dimensiones colosales.
Donald Trump aceleró el conflicto bélico en Siria y proclamó su derecho al petróleo de los bloques conquistados, tal cual botín de guerra. Las protestas en Irak causaron la dimisión del primer ministro iraquí y ahora se pide el retiro de las fuerzas armadas estadounidenses. EE.UU. teme que las movilizaciones se agudicen en el resto de países árabes. El conflicto bélico de EE.UU. e Irán demuestran que la guerra continúa siendo el recurso económico fundamental del imperio. El pueblo de EE.UU. ha rechazado con protestas la guerra con Irán. La naturaleza y la sociedad arden al rojo vivo en un sistema asesino.
“Hace poco, los incendios en la Amazonía brasileña y boliviana nos indicaron la gravedad de los desastres naturales para el globo, pero las políticas de los gobiernos fueron casi nulas. Los países amazónicos han profundizado la expansión de la frontera agrícola, petrolera y minera. Los Estados no buscan soluciones al calentamiento global y las calamidades naturales pueden tomar dimensiones colosales”.
*Abogado, licenciado en Filosofía y magíster en Sociología. Actualmente, docente de la Universidad de Cuenca.