04 de Novembre 2015
Esa larga calle hacia atrás: dura una eternidad. Y esa larga calle hacia delante – es otra eternidad. F Nietzche
Cuando la filosofía pierde estatura o cae de rodillas ante el pragmatismo ya todas las decisiones entraron en sospecha. Los caminos del pensamiento precedente se van a la basura. La cultura imperante ¿inoperante? Ya nada crítica, la ciencia y su razón positiva es aceptada, porque al poder le da la gana o porque la filosofía con sus pretéritas ilusiones fue dada de baja. Las instituciones con sus lenguajes dominios o demonios, nos tomaron la libertad por asalto.
Y sobrevivimos para la jodienda, en oposición a las generalizaciones, a las formas de cultura globalizada, cultura de masas, masas de la a-cultura. Escarbando poesía y dignidad entre el consumo irracional de cosas o entre los enredos de una vida cotidiana, forzada a la carga existencial propia y ajena de enemigos que nos gobiernan, sobrevenimos
Los olores de la duda pierden fragancia y son cosas del pasado ante las intrigas de la ciencia y la conciencia. Hoy las certezas tienen registro funcional (preconcebido en los ordenadores insospechados) y el nacimiento de la tragedia entre verdad y mentira anuncia que el ser humano perdió el monopolio del saber, al tiempo que también se enuncia el crepúsculo de los ídolos clásicos. ¿Quién tendrá la última palabra?
Evidentemente, estamos ante una parálisis progresiva y uniforme que provoca la voz dionisíaca de los mandamases, metiches abominables que habitan en gorronerismo falaz contra la vida propia y ajena. Las cosas pasadas son decretadas como viejas y caducas en esta posmodernidad del poder, que se atreve a considerarlas como pesadas para el espíritu. ¡Vaya inquisidor¡ Se pide a los pensadores humillarse, burlarse de la propia sabiduría y celebrar victorias mediante el ejercicio de la virtud subalterna, que es la obediencia. El dominio racional de la conducta es el silencio.
Algunos filósofos y poetas, sufren porque la nueva academia les inventó su jaula antropomorfa y el pintor tiene que redimirse, en una estética que se acompasa desde la ilusión confortable que le dice: te acoplas o te vas. La hermenéutica del espacio despliega su discurso, que contrapone el lujo al altruismo y la teoría debe omitir la reflexión, porque la mecánica no la necesita. Pero el pensamiento libre a pesar de todo, no está triste, canta una canción y escribe un verso
Puede que subir a las altas montañas de la utopía, nos libre de todo mal y peligro, hasta del peligro de enfermarnos de poder y posesión, o nos libere de dominios y mala fe. Oremos, rechacemos el consuelo del maldito posibilismo que acepta el adefesio como buena cosa. No debemos sumergirnos en agua sucia para el rito del bautismo. Subamos pues a la montaña más próxima o al monte de Venus pero empecemos ya, a golpear los pies de barro del enano agigantado.
La segunda transformación sigue en vigencia, hay que amar, el amor preña de libertad el vientre de la vida, aun en la soledad del desierto. El amor, tú tienes que saberlo, brilla como el oro si lo puedes bruñir con la ternura.
Hermanos míos, la bestia de carga, sin amor sin libertad, sin justicia, está también dentro de vosotros y es origen de todas las tragedias. El hombre libre será libre, aun con los grilletes, si busca ser hombre entre los hombres, humano en demasía mientras el hombre esclavo clamará por dioses y Mesías, pedirá caridad y clemencia, aullará en la noche y al amanecer. El esclavo pide pan sucio y nunca agua trasparente. Feo.
Quienes se esconden en el seno de culturas capuchinas de sátrapas inmarcesibles, son un estamento de esclavos indignos, víctimas de palabras seductoras que entregan el cuerpo a nombre de la soberanía, víctimas pero lacayos, sobre todo los de la primera fila que más temprano que tarde, se encaminarán hacia una aniquilación horripilante
La libertad será fuerza y no dominio, motor de creación y arte, será milagro metafísico de la voluntad, que danzará, reirá, soñará con el día en que los hombres volverán a ser hermanos…¡ven canta¡ sigue cantando…