Iniciando el 2019, Ecuador se encuentra en una encrucijada con respecto a su situación económica, y, por lo tanto, política y social. Muchos hablan de la necesidad de ajustarse el cinturón, de apoyar un programa de austeridad, ampliamente percibido y, sobre todo, promovido por las élites y su poder mediático.
Tal programa es visto como “necesario” después de una supuesta década “perdida” como si avances importantes con repercusión global nunca hubieran existido, tales como los derechos de la naturaleza, la idea del Buen Vivir, la economía solidaria o la posibilidad de revisar los movimientos tributarios de los poderosos grupos económicos en la página del Servicios de Rentas Internas (SRI). Obviamente, estos discursos en favor del inconstitucional acuerdo (Tapia, 2019) con el Fondo Monetario y sus efectos sobre el ablandamiento de los derechos laborales, junto con la abolición de los impuestos a la salida de divisas – es decir, petrificando el modelo rentista exportador a través de la mano de obra barata – son enardecidos por las mismas élites que ya se beneficiaron (Ardaya Salina, 2019) de la “década pérdida” (bancos, seguros, farmacias, agroindustria, importadores).
Siendo los mismos que empujan fuertemente hacia los acuerdos de nuevos tratados de libre comercio para exportar sus productos rentistas y al mismo tiempo sacar sus capitales a los paraísos financieros del mundo (Báez, 2018). Un modelo netamente confuso, sin inventiva empresarial e industrial, conocido y abusado desde hace siglos y décadas.
Ahora bien, llama mucho la atención esta ausencia de ideas creativas para superar la evidente crisis económica y política sobrevenida después del correísmo mafioso. Primero, no contribuyó la condonación de la deuda de casi $ 4000 millones a los más grandes contribuyentes del país, entre ellos, por ejemplo, el imperio empresarial de Álvaro Noboa y la española Repsol. Segundo, la total ausencia de debates sobre cómo aumentar la eficacia de los trámites burocráticos, los cuales, para los empresarios, son considerados entre los más ineficientes del mundo (World Bank Group, 2017). Y menos aún, la falta de ideas y medidas legales para aumentar la transparencia en la asignación de puestos políticos y técnicos en los GADs (Transparency International/UNDP, 2006) y en el Estado central. La realidad es que el país sigue siendo muy rico en todo tipo de recursos. Pero su problema está en el gasto innecesario debido a la ineficiente articulación de los mecanismos administrativos. Un tema mucho más relevante que el despido (y por tanto la imposibilidad a futuro de pagar impuestos, salarios y de consumo) de multitud de funcionarios.
Otro tema pasado por alto es la existencia de un grupo de élite sumamente poderoso, no solamente en el Ecuador, sino a nivel global. Ajustar cuentas con este grupo permitiría, de inmediato, remediar la omnipresente austeridad en favor de otras élites económicas, entre ellas, la Iglesia Católica. En el Ecuador del siglo XIX, la Iglesia ha sido el grupo terrateniente más grande del país (Ayala Mora, 1994, p. 70), lo que permitió, junto con las capellanías y misiones (ibíd., p. 68), la acumulación de enormes riquezas.
Desde el siglo XV y bajo la corrupción desmedida del Papa Alejandro VI (quien vendió a su propia hija de 12 años para obtener el puesto), la Iglesia oficial siempre defendió y legitimó el modelo explotador-colonial de la esclavitud, de la servidumbre y posteriormente de los huasipungos. El famoso San Martín de Tours, conocido por compartir su abrigo, mantuvo hasta 20.000 siervos trabajando para él, igual que muchos otros altos representantes y monasterios eclesiásticos.
Durante siglos, la Iglesia Católica acumuló incontables riquezas a través de la venta de oficios y bulas, el comercio de esclavos entre África y América Latina, la falsificación de documentos, los asesinatos por robo, la venta de las remisiones, la captura de herencias, la inquisición (donde la mera acusación era suficiente para confiscar los bienes de los acusados), la prostitución (en su historia el Vaticano compró y operó varios prostíbulos muy famosos, por ejemplo, en la Catedral de Estrasburgo) etc., (Kosmo Data, 2011). Es más, hasta hoy en día, la Iglesia Católica se encuentra excesivamente subvencionada en países como España, Italia, Alemania y Austria, no solamente por los impuestos eclesiásticos, sino también por el financiamiento público de la educación teológica que reciben los curas y su trabajo “educativo” en las escuelas, además de la renovación de sus bienes (iglesias, conventos, palacios, etc.,) bajo los esquemas de protección del patrimonio nacional. Al mismo tiempo, según estimaciones para el año 2013, sus actividades caritativas globales solo llegan a unos 8% de su volumen económico (ibíd.).
A tal nivel llega la acumulación de riquezas, que la Iglesia Católica hoy en día se ha convertido en el terrateniente y poder inmobiliario más grande del mundo occidental.
En el 2003, en la ciudad de Roma (donde una audiencia con el Papa cuesta alrededor de 30.000 dólares, incluyendo vídeo)[1] alrededor del 25% de los terrenos habitables pertenecían al Vaticano. En Alemania, posee tierras igual a la extensión de Múnich, Bremen, Berlín y Hamburgo en conjunto. En España, las ciudades de Toledo, Burgos, Santiago de Compostela, etc., pertenecen cuasi en su totalidad a la Iglesia. En Argentina, al menos el 20% de la tierra estatal se encuentra en posesión del Vaticano (Deschner 1972, p. 429). A esto se suman mil millones de inversiones en empresas industriales, bancarias, seguros, inmobiliarias y alimenticias en Europa y América. En España, es accionista de empresas como Inditex (Zara), Endesa, Banco Popular o Telefónica. A nivel global ha invertido en General Motors, IBM y Disney.
En Ecuador, por ejemplo, el arzobispado de Quito y el Cura de Ibarra son copropietarios del diario El Comercio y, al mismo tiempo, del Banco Pichincha (Pástor Pazmiño, 2019). Un poder fáctico y mediático muy relevante, ya que permite controlar de forma efectiva las opiniones públicas.
Debido la ausencia de un censo agropecuario desde el 2001, por cierto en total violación de las obligaciones constitucionales, no contamos con cifras actuales sobre terratenencia y propiedad. Pero es muy probable que la Iglesia Católica continúe entre los más relevantes terratenientes ecuatorianos. Tampoco disponemos de cifras sobre su aporte en impuestos, pero también es cierto que en muchos países la iglesia está exenta de pagar IVA sobre sus ventas y adquisiciones (por ejemplo, en España).
Es necesario recordar que la iglesia se ha beneficiado de forma excesiva con la explotación durante la colonia,[2] pero se niega a cualquier forma de reparación o restitución del daño causado. El ostensorio dorado de tres metros de altura de la Catedral de Sevilla, construido con el oro enviado por Cristobal Colón, rinde un testimonio escalofriante. Esta acumulación de riquezas, en gran parte ilegal y violenta solo permitió la creación de este imperio de negocios que, hoy en día, representa el Vaticano, el segundo propietario de oro más grande del mundo, detrás de los Estados Unidos.
Actualmente, en lugar de formarse alianzas con gobiernos regionales para empujar a nivel internacional (bilateral y multilateralmente) una demanda de reparación y restitución[3] – a tal fin, se podría orientar la propuesta de la iniciativa Yasuní-ITT de 2007 a 2013– la Iglesia se ve constantemente fortalecida en nuestro país. Esto se vio durante el gobierno de Rafael Correa, quien se apropió públicamente del legado ideológico de la Revolución Liberal de Eloy Afaro, pero en la realidad propagó su ferviente catolicismo a través del ultraconservador Plan Familiar y la (para el país muy costosa) visita del papa Francisco en el 2015.
Luego, bajo el gobierno de Lenín Moreno, a pesar su poder económico-mediático altamente dudoso, la Iglesia fue promovida como grupo de presión para el Ministerio de Educación, hoy nuevamente encargado de diseñar programas e insumos educativos. Esto sucede en un país donde la Iglesia Católica mantuvo el control absoluto sobre el sistema educativo secundario y universitario, junto con el dominio de las imprentas, hasta el inicio del siglo XX, incluyendo todos los efectos dañinos con respecto a la tremenda desigualdad intelectual y alfabética de su población.
En fin, con las reformas tributarias, de trabajo y de administración puestas en marcha luego del inconstitucional acuerdo con el FMI, se vuelve relevante observar minuciosamente sus efectos, pero también los posibles aportes de la Iglesia Católica. Es preciso que los partidos comprometidos con la justicia y los movimientos sociales, ambientales e indígenas tomen la decisión de empujar, más allá de desarticular a las élites económicas, hacia la concreción de importantes aportes tributarios y restitutorios por parte de la Iglesia, que sirvan para superar la crisis económica, tanto al nivel nacional como regional e internacional.
* Docente-investigador de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Universidad de Las Américas (UDLA). Publicó Territorialidades otras. Visiones alternativas de la tierra y del territorio desde Ecuador (2018) y Assessment of Local Adaptive Capacities in the Context of Local Politics after the 2016 Ecuadorian Earthquake, International Journal of Disaster Risk Reduction
Referencias:
Ardaya Salina, Gloria. 2019. “Corrupción e impunidad en el Ecuador de la década perdida”. Quito: Plataforma por la defensa de la Democracia y los Derechos Humanos en el Ecuador.
Ayala Mora, Enrique. 1994. “La relación Iglesia-Estado en el Ecuador del siglo XIX”. Procesos Revista Ecuatoriana de Historia 6: 91–115.
Báez, Jonathan. 2018. “Los grupos económicos del quintil más alto de ingresos poseen 4 veces más integrantes en paraísos fiscales”. La linea del fuego, el 7 de junio de 2018. https://lalineadefuego.info2018/06/07/los-grupos-economicos-del-quintil-mas-alto-de-ingresos-poseen-4-veces-mas-integrantes-en-paraisos-fiscales-por-jonathan-baez/.
Deschner, Karlheinz. 1972. Und abermals krähte der Hahn. Reinbek. Hamburg.
Kosmo Data. 2011. Der Reichtum der Kirche ist Blutgeld [La riqueza de la iglesia es dinero sangriente]. https://www.youtube.com/watch?v=XU6AB8z-iOM [la transcripción en alemán y todas las referencias están disponibles acá: http://www.freie-christen.com/reichtum_der_kirche_ist_blutgeld.html].
Pástor Pazmiño, Carlos. 2019 (en prensa). Los grupos económicos en el Ecuador. Acumulación de capital y captura del Estado. Segunda. Quito: La Tierra.
Tapia, Evelyn. 2019. “Defensoría del Pueblo señala que Asamblea debe aprobar el acuerdo con el FMI”. El Comercio, el 27 de febrero de 2019. https://www.elcomercio.com/actualidad/defensoria-pueblo-fmi-acuerdo-asamblea.html.
Transparency International/UNDP. 2006. “Herramientas para Medir la Corrupción y la Gobernabilidad en Países Latinoamericanos”. Oslo: UNDP Departamento de Políticas e Investigación de Transparency International.
World Bank Group. 2017. “Doing Business 2017: Equal Opportunity for All. Regional Profile Latin America and Caribbean (LAC)”. Washington, DC: The World Bank Group.
[1] Cabe preguntarse si las repetidas audiencias de Correa y Moreno en el Vaticano fueron pagas de forma | privada.
[2] Se estima que 90% de los indígenas en todo el continente murieron por su uso como fuerza laboral y las enfermedades que sufrieron durante la colonización española y portuguesa.
[3] El presidente mexicano AMLO mostró últimamente un interés en responsabilizar al gobierno español en estos asuntos históricos mediante una carta pública.