“Volví andando a la residencia, en la agenda aparece escrito «estoy embarazada, es horrible»”, así Annie Ernaux, vuelve sobre la experiencia de su aborto y recuerda con la frescura de los años universitarios el miedo, la inseguridad y la soledad de una mujer a la que en esas condiciones todo el mundo le da la espalda, incluida ella misma.
Isla Decepción viene escrita con un tono a la deriva y fragua, una historia encallada página tras página, y que acompaña como lo hacen sus personajes principales en la complicidad del silencio, en el respeto de una incomunicación secreta; hay entre los personajes, y entre la novela y el lector, un entendimiento profundo que solo se vincula en la derrota, en la isla decepción que llevamos dentro.
Esta herida llena de peces cuenta la historia de un viaje en canoa, a través del Atrato, un río que a su vez es un mundo que fluye en el agua, que se construye en ese vaivén, un río mundo en el que sus habitantes mimetizan cada tonalidad del paisaje, y la reflejan en sus emociones.
Lo que sucede con Da igual, es que nos metemos en un mundo surreal, pero también cotidiano, o tal vez por eso surreal. Del tipo de libros que son frontera, que no son género ni forma, sino experiencia y camino por volver. Son 25 cuentos, que más allá de ser despiadados, como reza la portada, son 25 relatos, o prosas poéticas, cuentos poemas, pero que sobre todo son formas extrañas de vernos representados. Uno de esos espejos que nos persiguen hacia adentro.
La lectora puede abrir Qué verguenza donde guste y elegir el inicio en cualquier cuento, incluso sin seguir el orden propuesto, se puede empezar en “Afortunada de mí”, “Teresa”, o en “Últimas vacaciones”, que la sensación de que alguien le está mostrando lo que tiene en frente y no se ha fijado es constante en todos, la idea de que la luz en medio de la cotidianidad tiene un brillo diferente atraviesa los nueve relatos.
Casas vacías es una novela que edifica sobre la ternura y la frustración que encierran las maternidades, sobre tener un hijo desde el deseo o desde la imposición; sobre perder un hijo, ya sea desde el olvido, o en el fondo del recuerdo, en un parque o a manos de su pareja, y finalmente reconocerse en esa pérdida, en esa grieta abierta en medio de un muro.
La ciudad invencible es un ejercicio de estirar la voz hasta que adquiere múltiples formas en correspondencia a una espacialidad y una emocionalidad que juntas forman un ángulo literario muy bien descrito, de manera profunda, la autora nos interna en un Buenos Aires que está debajo de la metrópoli.
Lo que sucede con Fernanda Melchor es que nada de lo que dice nos es indiferente. Es una escritora demasiado intimidante, al abrir su más reciente novela Páradais ya te ha tomado del brazo con un poco de fuerza para decirte suavemente: ¡ven te cuento! No te suelta, no te deja escapar, salir, parar o abandonar. Esa pulsión es envolvente y fascinante aunque se repita una y otra vez.
Es un relato poético, a pesar de llevarnos hacia un espacio íntimo a través de algunos recursos como la memoria del cuerpo que está fuertemente marcado por la realidad cruda y dura. La historia alcanza su mejor tono con el enojo, sin aspavientos, con el que se dirige al detestable mundo que las excluye y las violenta; y, con el gesto sensible con el que ellas, las malas, pueden hacerse cargo de aquello que ese mismo mundo se resiste a acoger.
Louise Glück (Nueva York ,1943), poeta con 77 años, lleva una trayectoria de premios importantes como el Pulitzer de poesía 1993; Premio Nacional del Libro 2014; Medalla Nacional de Humanidades 2015; y, el Nobel del 2020. Se ha ganado varias becas como la del Fondo Nacional de las Artes 1970, y la Guggenheim de Artes Creativas 1975. Ha publicado alrededor de una docena de libros de poesía, la mayoría han sido traducidos al español por la editorial española Pretextos.
Pájaros desde mi ventana es el libro más reciente de esta poeta quien empieza a forjarse en medio de la dictadura chilena, publica su primer libro a los 35 años; y, logra hacerse de esta voz que en el libro nos deja mirar su alcance, escuchar sus trinos y estremecernos con sus giros altísimos en el aire.
Por Natalia Enríquez*
Tapa y contratapa: Anne Carson (1950, Canadá). Poeta y traductora, entre sus libros publicados se encuentran alrededor de 20 títulos, su pluma ha...
En este 2020 que empezó el 16 de marzo y no terminará, sino hasta cuando nos quitemos la mascarilla, no necesariamente leí más libros, que otros años, pero sí los sentí más cerca, los aprecié de mejor manera, los supe míos. Un cortejo en el que me encontré con títulos que en el contexto despertaron más sensibilidades que certezas, volví a los que han sido seguridad emocional para soporte de la vida y la muerte.
“Esto no es una biografía ni una novela, naturalmente, quizá algo entre la literatura, la sociología y la historia”, dice la autora pero en realidad te enfrentas como en una novela a un personaje con todas sus facetas de existencia. Ernaux te deja ver por una ventana cómo se atraviesa en las vidas la condición de clase, sus aspiraciones, límites y complejidades.
Contra los hijos, un recorrido por las imposiciones sociales que se acompañan de una serie de mandatos que terminan reduciendo la independencia de la mujer y su supuesta libertad de elección. La primera demanda social es ser madres, dice la autora, y además ser buenas madres, y también buenas esposas.