24 de noviembre 2016
Iniciativa con respaldo de todos los partidos. La impulsan políticos ligados al escándalo de Petrobras y a otros casos. Su votación se realizará el martes 28
El proyecto de ley que estaba por votar la Cámara de Diputados de Brasil por la tarde de este jueves, y que ahora se suspendió hasta el martes, se llama “10 medidas contra la corrupción”. Pero su texto incluye un parágrafo que, lejos de servir para la condena de los culpables, consagra lisa y llanamente una autoamnistía de los propios parlamentarios.
Fueron los líderes de todos los partidos políticos quienes resolvieron, la noche del miércoles en una reunión con el presidente de ese cuerpo Cesar Maia, la redacción de una fórmula para “limpiar” las maniobras ilegales realizadas por congresistas y sus organizaciones políticas con fondos que procedían de empresas privadas y que no se declaraban a la justicia.
Gran parte de esos recursos iban a engordar cuentas en el exterior, con lo que se consagraban dos delitos simultáneos: enriquecimiento ilícito y evasión de impuestos. Ese esquema, que los propios políticos brasileños bautizaron “caja dos”, estuvo en la génesis del Lava Jato. Por este mecanismo, las grandes constructoras brasileñas alimentaron durante años con grandes sumas de dinero las arcas de los políticos, a cambio de obtener contratos sobrefacturados con Petrobras. Claro que tales recursos no salían de los bolsillos de los holdings sino de los sobreprecios abusivos que pagaba la petrolera estatal por obras y servicios.
Estos “10 mandamientos” pervertidos contienen una cláusula donde se decreta que ese “método” será declaradó ilegal a partir de la sanción de esta ley. Y determina que, antes de eso, estas graves irregularidades no constituían delitos. Con esto pierden sustento los juicios entablados a través de la conocida operación Lava Jato –la de las coimas con plata de la petrolera pública— y, más aún, aquel que se entabló contra varios ex ministros de Lula da Silva, hoy en prisión, y que se conoció como el escándalo del Mesalao.
Fue esto lo que influyó en la postergación de una ley que debía ser aprobada el jueves por Diputados y el viernes por el Senado. Tanta prisa tenía su explicación: en estos días debe firmarse el acuerdo para la delación premiada por parte del grupo Odebrecht. Esta constructora fue el eje del “club” de empresas que se beneficiaron con los grandes contratos de Petrobras. Y fue, también, la firma que organizó el modelo para sobornar políticos, congresistas y directores de la estatal, a cambio de controlar la distribución de las grandes obras y servicios de la empresa pública entre un puñado de holdings locales.
No es un detalle que la compañía haya decidido incluir en ese acuerdo a todos los directivos involucrados en las maniobras, incluido su CEO, Marcelo Odebrecht, quien está preso hace más de un año en una cárcel de Curitiba. Lo que puede surgir de allí es lo que provoca pánico entre los legisladores. Hay no menos de un centenar involucrado. Y algunos partidos se destacan por tener comprometido todo su bloque en el Congreso. Ni siquiera se exime de las denuncias, que se irán a conocer en cuanto salga el acuerdo de delación –lo que debe ocurrir a principios de semana— el propio presidente Michel Temer. Ni hablar del titular del Senado, Renan Calheiros y menos aún de un conspicuo político del PSDB (la socialdemocracia) que hoy dirige la cancillería brasileña: el ministro José Serra. También alcanza a varios de sus compañeros, entre ellos el senador Aécio Neves que fue el candidato presidencial derrotado en 2014. También están adentro varios legisladores del PT que se apresuraron a apoyar la “autoamnistía”. Afuera quedaron apenas dos partidos: el izquierdista PSOL y la Red Solidaria de Marina Silva.
Fueron sus parlamentarios quienes impulsaron una cerrada oposición a la ley de amnistía, además de una fracción del Partido de los Trabajadores (PT)que no quiso involucrarse en semejante proyecto.
Por el lado del actual oficialismo, el titular de Diputados, Cesar Maia, no tuvo mejor idea que declarar: “Hay que acabar con esa discusión de la amnistía. Esta no existe sencillamente porque no hay delito. Es sólo un juego de palabras para desmoralizar y debilitar al parlamento brasileño”, sostuvo.
Según los expertos en derecho constitucional, la norma “deja libre a los políticos de condenas no solo en la esfera criminal sino también en la electoral y civil”.
Fuente: http://www.clarin.com/mundo/Brasil-analizan-autoamnistia-delitos-corrupcion_0_1693030855.html
Y pensar que tumbaron una presidenta solo por “maquillar” cuentas; ¿Qué dice el pueblo brasileño frente a esto?
Maquillar cuentas es también corrupción.