COMERCIO CON EE.UU. El rio suena, ¿pero qué traerá?

COMERCIO CON EE.UU.  El rio suena, ¿pero qué traerá?

Gerard Coffey

Cuando los gobiernos salen a desmentir, levanta sospechas. Parece existir una relación inversa: cuanto más fuerte la protesta, más posibilidades hay de que  ocurra lo opuesto. Y en las últimas semanas hemos escuchado al Vice Canciller, Kintto Lucas, a la Ministra de Coordinación de Política Económica, Katiuska King, y al mismo presidente Rafael Correa, enfatizar fuertemente que el país no firmará ningún tratado de libre comercio con Estados Unidos o la Unión Europea.

Es de esperar que en este caso las sospechas no tengan asideros en la realidad. Y Paulina Muñoz, Coordinadora de Ecuador Decide, agrupación de organizaciones no gubernamentales, mantiene un optimismo cualificado a pesar de ahora no tener “acceso a la información, a diferencia de la época del ministro Fander Falconí…..”   También dice estar preocupada por “…. la omisión de las propuestas trabajadas por las organizaciones que dan un marco general para un acuerdo justo; y a la negativa frente a nuestra insistencia de trabajar conjuntamente una propuesta para el desarrollo. Y por otro lado la presencia del Jefe negociador, Mentor Villagómez, quién ha expresado públicamente su posición pro TLC”.

La Lucha por las Preferencias Andinas.

La ráfaga de declaraciones oficiales se debe a la coyuntura. En diciembre se extendió por solo seis semanas las Preferencias Andinas otorgados por Estados Unidos que permiten la entrada de varios productos ecuatorianos a Estados Unidos libre de impuestos (aranceles). El período vence este domingo (13 febrero) y el debate ya comenzó. El lado negativo es que la prórroga dependerá de un congreso estadounidense ahora mucho más conservador, cuya visión de Rafael Correa es negativa. El lado positivo es que el país no está solo. Colombia, el principal aliado de Estados Unidos en la región,  se encuentra en la misma situación. El tratado de Libre Comercio (TLC) que se firmó en el 2006 entre los dios países aún no entra en vigencia debido a la preocupación de varios legisladores, principalmente Demócratas, por la pobre situación de los derechos humanos en ese país.

Una carta enviada por la ONG estadounidense Human Rights Watch al Vicepresidente colombiano Angelino Garzón, emitida poco antes de su visita al país del norte con el objetivo expreso de promover el acuerdo, lo pone en manifiesto. La carta señala que a pesar de los esfuerzos de la nueva administración colombiana por presentar una cara nueva frente a la situación de los Derechos Humanos en el país (el juez español Baltasar Garzón será asesor de la política gubernamental [i]) las violaciones siguen. En el 2010 las matanzas en ese país incluso superaron cualquier año desde 2005[ii]
Pero a pesar de las críticas, la presión de los sindicatos y la oposición de ciertos Demócratas importantes, la información proveniente de Estados Unidos indica que la administración de Barak Obama espera confirmar el TLC con Colombia (además de Corea del Sur y Panamá) en el futuro cercano. Exactamente qué tan cercano será ese futuro es difícil predecir. En la opinión de un experto estadounidense el objetivo es firmar lo más pronto posible, puesto que pasando el verano entrarán en la fase electoral  (noviembre 2012) y es poco probable que la casa Blanca se arriesgue firmar mas tratados de libre comercio. Son muy poco populares dentro de la población general, sobre todo en el contexto de una recesión muy fuerte. Primero será el tratado con Corea del Sur y la única esperanza para la extensión del ATPDEA es que ese debate sobre se extienda hasta el verano, lo que dejaría muy poco tiempo para Colombia.

Una política clara
Pero sea lo que sea la fecha, parece inevitable que el acuerdo con Colombia se firme en algún momento. Y de ahí se debilite de manera significativa la posición ecuatoriana. Negociar la extensión de las preferencias Andinas solo será un objetivo muy complejo, y probablemente imposible de lograr.

La necesidad de una política clara es evidente. Pero según Luis Maldonado Lince, ex miembro de la Junta Bancaria y ex Secretario de Producción del Gobierno actual, esta política no existe, sobre todo en lo que tiene que ver con fomentar la producción nacional. Si bien los aranceles aplicados a las importaciones sí han beneficiado a ciertos sectores como el calzado, en la práctica ha sido un efecto secundario de medidas diseñadas principalmente para corregir el balance de pagos.

Lo que es más, señala Maldonado Lince, el reciente acercamiento entre el régimen, el Banco Mundial y el Fondo Monetario internacional (FMI), para ampliar las opciones de financiación frente a un agujero presupuestario, puede traer consecuencias para varias sectores productivos nacionales. “si bien es cierto que el consenso de Washington ya no impera, lo que van a demandar esas instituciones es el acceso a mercados” opinó el ex ministro, que también formaba parte del Foro Ecuador Alternativo, cuna de la candidatura de Rafael Correa.

La creciente importancia de mercados como Colombia (y quizás Ecuador) para Estados Unidos quedó evidente en las últimas declaraciones de Obama. El lunes 07, en su discurso ante la Camara de Comercio estadounidense, enfatizó que para él es la responsabilidad de su gobierno “romper las barreras que obstaculizan su éxito. En cuanto a las exportaciones esto implica buscar nuevas oportunidades y abrir nuevos mercados para sus productos.” “Voy a cualquier parte” dijo “para promover las empresas, los trabajadores y los productos estadounidenses.” [iii]

A luz de la grave situación económica de Estados Unidos ese afán de exportar es entendible. Y el vehículo preferido es el tratado de Libre Comercio. Pero abrir mercados en el entorno tan poco equilibrado que existe entre la economía estadounidense y ecuatoriano puede implicar graves daños. La industria farmacéutica es uno (entre varios) de los sectores que podría salir afectada. Y parece, a luz de las últimas declaraciones de la industria, que lo saben muy bien.

Hasta ahora el gobierno ha mantenido una postura bastante digna respecto a los acuerdos comerciales. Y sin duda el país puede vivir sin un TLC con Estados Unidos y/o la Unión Europea (que parece con mayor interés o posibilidades políticas de negociar[iv]). Pero la presión de Estados Unidos,  las exportadoras y sus aliados en la prensa será cada vez más fuerte. Por tanto hay que analizar muy bien el valor que tiene, o no tiene, el sector exportador para el país. Por ejemplo, vale preguntar cuánto aportan las exportadoras de camarón, flores o banano a la provisión de empleos dignos, sanos, y bien pagados. Cuántos de sus empleados so afiliados al IESS, y qué proporción de sus rentas quedan en el país. Cabe aclarar qué tan importante es el sector exportador no petrolero, si el objetivo de la ´Revolución Ciudadana´ es promover la industria nacional.

En fin, mantener una postura soberana es indispensable, sobre todo en el contexto actual de la subida de precios de los alimentos y la necesidad de proteger a los pequeños productores nacionales. No podemos permitir que Estados Unidos o la Unión Europea (tampoco los Chinos. Ver abajo) destruya el sector agrícola nacional, como sucedió en México, ni contribuya a la reprimarización de la economía. Se necesita un amplio debate nacional sobre el tema, y la economía en general. Y no es aceptable excluir a las organizaciones sociales de ello.