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jueves, noviembre 14, 2024

Complejo ambiental: un negociazo para unos y el cáncer para otros

“Si la empresa ganadora de la licitación llega a recoger 1.900 toneladas en el día (100 menos de lo previsto), porque a algunos afanosos se les ocurrió empezar a reducir, reciclar y reutilizar, entonces la administración le compensará por no tener la cantidad de basura ofrecida. … En cualquier caso, les van a pagar $100.000 al día, ese es el compromiso”.

La Línea de FuegoPor Ela Zambrano*

Desde hace un par de meses, el municipio de Quito ha venido promocionando la puesta en marcha de un “plan revolucionario” para la gestión integral de residuos sólidos (GIRS) a través de un “Complejo Ambiental”. Dicho así, con la palabra “ambiental” en el título, suena bien; sin embargo, desde la Alianza Basura Cero Ecuador (ABCE) se ha levantado la alerta sobre ese modelo que nada cambia a lo que ya se hace y se deja de hacer en la ciudad: no habrá separación en la fuente, tampoco compostaje descentralizado, ni reciclaje inclusivo, se mantendrá la contenerización, entre otros. Y peor aún, es un modelo que privatiza la gestión de los residuos para la generación de energía sucia, con lo que la posibilidad de disputar la reducción en fuente desaparece ante los intereses privados que hacen de la basura un negocio: la empresa privada cobrará por tonelada.

En el Distrito Metropolitano de Quito se producen muchos residuos: 2.200 toneladas diarias que se van acumulando y acumulando y acumulando en el relleno sanitario de El Inga, situado entre Pifo y Sangolquí. Vale la pena mencionar que la actual administración heredó un pasivo ambiental de 193.000 metros cúbicos de lixiviados ­–todo un complejo de 11 piscinas de líquidos tóxicos–, pero que en las circunstancias actuales seguirá incrementándose por la falta de separación en la fuente y gestión descentralizada de orgánicos que eviten que estos lleguen al territorio en sacrificio (entiéndase Inga y comunidades cercanas).

En su nuevo plan de GIRS y frente a la brillante idea de un complejo ambiental, el municipio de Quito plantea privatizar la basura y propone compensar monetariamente a la empresa que gestione los residuos en la capital si no llegan a recolectar las 2 mil toneladas diarias, así se informó en la socialización que organizó la Secretaría de Ambiente, Emaseo y Emgirs con las organizaciones sociales, ambientales, recicladores de base, el pasado 12 de junio en el Colegio de Ingenieros Civiles.

¿Qué hay detrás de esta compensación?

  1. De las 2.200 toneladas diarias de basura, solo 200 podrán ser gestionadas por más de 3000 familias recicladoras que ejercen su oficio en Quito al tiempo que, cual paradoja, pagan un promedio de 50 dólares por tonelada de las 2000 toneladas que se lleva la empresa privada. Es decir, no solo les regalan los residuos, sino que les pagan por tonelada. A los recicladores en cambio les quitan el acceso a la basura y no tienen reconocimiento monetario alguno.
  2. Si la empresa ganadora de la licitación llega a recoger 1.900 toneladas en el día (100 menos de lo previsto), porque a algunos afanosos se les ocurrió empezar a reducir, reciclar y reutilizar, entonces la administración le compensará por no tener la cantidad de basura ofrecida. El valor promedio de gestión por tonelada de basura en Ecuador es de 50 dólares. En cualquier caso, les van a pagar $100.000 al día, ese es el compromiso. Y si hay más les pagan más. Si hay menos residuos igual les cubrirán 100.000 dólares ¿qué sentido tiene reducir entonces?
  3. A ninguna empresa privada le va a interesar la reducción de la basura, pero al municipio sí debería importarle porque pagaría menos, como ya tiene comprometido el pago por 2000 toneladas, lo que debería procurar es que no aumente un gramo más.
  4. En este panorama, es imposible que gestores de orgánicos y recicladores de base tengan un papel en el modelo porque su trabajo ayuda a reducir y eso no es lo que quiere la empresa privada. Se le cae el negocio.
  5. Lo más perverso, es que no habrá un modelo en el que los ciudadanos y ciudadanas nos volvamos conscientes de los residuos que generamos; que seguiremos permitiendo la producción del plástico de un solo uso; que el consumismo seguirá matando el planeta y a nosotros mismos; que seguiremos permitiendo absurdos como los de envolver frutas en bandejas de polietileno, entre otros.

    Contrario a lo que se cree, envolver o empacar con plástico termina contaminando la fruta. Pero además, no lo necesitan. Foto: Alianza Basura Cero Ecuador
  6. La separación en la fuente se quedará en planes piloto –que solo sirven para mostrarse en los medios de comunicación y redes sociales– que se aplican en barrios de Nayón, la Armenia y la Primavera.
  7. Algo trabajarán con los recicladores de base, quienes llevan décadas reduciendo el impacto de la basura en los botaderos y rellenos sanitarios.
  8. Algo van a compostar de los mercados, principalmente del Mayorista.

¿Para qué quieren mantener el nivel actual de generación de residuos?

Para el coprocesamiento, supuestas tecnologías de punta que se están erradicando en otros países pero que encontraron su meca en Latinoamérica y ahora en Ecuador. Y es que el Complejo Ambiental tiene el corazón de su apuesta en la implementación de CDR que no es sino la abreviatura de Combustibles Derivados de Residuos, que a su vez no es sino otra forma de referirse a la incineración de residuos. En la práctica se trata de quemar basura como si fuese un combustible barato, especialmente en los hornos de la industria cementera. Se trata de hornos que utilizan altísimas temperaturas para quemar residuos en reemplazo de otros combustibles pero que generan: cenizas tóxicas, gases de combustión, contaminantes atmosféricos, calor, efluentes líquidos, entre otros. Todo ello deviene en efectos gravísimos para la salud y el ambiente especialmente por la emisión de dioxinas y furanos; a su vez, requieren de rellenos de alta seguridad y complejidad para la disposición final de las cenizas tóxicas.

Integrantes de distintas organizaciones sociales y por el ambiente forman parte de la Campaña Quemar Basura Mata. Foto: La Cigarra

Finalmente, es triste que los técnicos municipales accionen un modelo en el que no participa la ciudadanía, cuando hay un interés y ganas de separar, de compostar, de ser responsables con su consumo. Hay barrios que ya lo están haciendo como Bellavista, hay gestores de orgánicos de pequeña y mediana escala que ya están trabajando, hay recicladores de base que han evitado que se entierren los desechos, ellos sí aportando a la economía circular tan de moda actualmente.


*Ela Zambrano, comunicadora y periodista. Ha trabajado en los diarios Hoy, El Universo, El Telégrafo y el Quincenario Tintají. Actualmente es investigadora académica de Comunidades Basura Cero. Colaboradora de La Línea de Fuego.

La Línea de Fuego Edición: Jorge Basilago/Fernanda Solíz/Gerard Coffey

La Línea de FuegoFotografía principal: En el marco de la marcha del pasado 1 de Mayo, organizaciones sociales denunciaron los efectos del Complejo Ambiental. Foto: La Cigarra


 

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